En nueve meses, el Gobierno cambió a más de 50 autoridades de alto nivel

La sustitución de una alta autoridad se ha dado cada cinco días como promedio desde que Añez asumió el poder, el 22 de noviembre pasado. También los escándalos de corrupción forzaron las renuncias.

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jueves, 23 de julio de 2020 · 00:04

Fuente: paginasiete.bo

Brújula Digital  / La Paz

El primero en ser destituido por el gobierno de la presidenta Jeanine Añez fue Jerjes Justiniano, que duró exactamente 20 días en el importante cargo de Ministro de la Presidencia. Los dos últimos en salir del gobierno fueron Carlos Díaz, ministro de Planificación del Desarrollo, quien solicitó licencia ayer, y Jorge Lozada, presidente de la Aduana, quien renunció también ayer. El exministro de Minería  Fernando Vásquez   fue destituido el 20 de mayo por señalar que por sus ojos verdes no podría ser del MAS; es la autoridad que menos estuvo en el cargo: exactamente 12 días.

Por lo menos otras 50 autoridades han sido removidas de sus cargos, pasados a otros puestos, destituidos o renunciaron en los últimos nueve meses. La sustitución de una alta autoridad se ha dado cada cinco días como promedio desde que Añez asumiera el poder el 22 de noviembre pasado, según un recuento de Brújula Digital. Al mes se han registrado seis sustituciones.

Esta inestabilidad se debe en parte a la manera imprevista en la que Añez asumió el gobierno, tras el vacío de poder ocasionado por la renuncia de Evo Morales, Álvaro García Linera y las presidencias y primeras vicepresidencias de las cámaras de Diputados y Senadores.

La ruptura de la alianza con Luis Fernando Camacho explica también la salida de varias autoridades que habían sido colocadas por él tras la asunción de Añez. En esa situación se hallaron por ejemplo la exministra de Comunicación Social  Roxana Lizárraga, quien renunció a su cargo, o a Mario Ordóñez, ministro de Desarrollo Rural y Tierras; Virginia Patty Torres, ministra de Educción; y Alejandro Sanjinez, director de Vías Bolivia, sustituidos el 28 de enero tras la salida de Camacho del oficialismo.

 Ese rompimiento se dio una vez que la presidenta Añez anunciara su candidatura a la presidencia, el 24 de enero pasado, tras haber negado en varias ocasiones que lo haría. Camacho consideró esa decisión como una traición, ya que Añez empezó a competir en su misma base electoral.

También escándalos de corrupción y denuncias forzaron las renuncias de algunas autoridades, mientras que otras fueron directamente destituidas por esas causas. Entre ellos están el exministro de Salud  Marcelo Navajas, involucrado en un caso irregular de adquisición de respiradores, y Elio Montes, exgerente de Entel.

También hubo cambios decididos por la Presidenta, pero cuyas razones no se explicaron adecuadamente, como la salida de los ministros de Salud  Aníbal Cruz, el 7 de abril, y José Luis Parada, de Economía, reemplazado el 7 de julio.

Otra fuente de cambios de autoridades ha sido el cierre de ministerios, lo que hizo que algunas fueran colocadas en otra responsabilidad o que, simplemente, salieran del Ejecutivo.

Por ello el 4 de junio perdieron sus puestos Martha Yujra Apaza (ministra de Culturas), Milton Navarro (Deportes) e Isabel Fernández (Comunicación). Alcanzaron a estar en sus cargos seis meses y una semana. Fernández fue posteriormente designada como viceministra de Comunicación Social.

Finalmente, la propagación del coronavirus ha afectado a muchas autoridades. Varias de ellas han pedido licencia o renunciado debido a esa causa.

“Definitivamente este Gobierno está casi destruido, no existe propiamente un gobierno, el coronavirus está llegando a las más altas autoridades y evidentemente no hay consistencia; también existe una gran inestabilidad en los cargos de abajo”, dijo sobre la inestabilidad de la administración central el analista Diego Ayo.

Las empresas del Estado tampoco se han librado de esta inestabilidad. YPFB actualmente tiene a su tercer presidente, Richard Botello, tras haber sido sustituidos José Luis Rivero, el 16 de diciembre (alcanzó a estar 27 días en el cargo)  y Herland Soliz, el 5 de mayo (cuatro meses y una semana).

En el Canal 7 ocurre algo similar. Actualmente Daniela Gonzales Quint es la tercera gerenta de la red estatal de televisión. El primero en ser sustituido fue el periodista Gonzalo Rivera, el 6 de marzo (tres meses y una semana en el cargo). Su sucesor, Andrés Rojas, duró un poco más, tres meses y dos semanas. Nunca el Gobierno explicó las razones de sus remociones. Esa situación contrasta con los nombramientos del gobierno anterior, que se caracterizaban por la estabilidad. Los ministros por lo general estuvieron largos períodos en sus cargos, algunos más de una década.

Muchos cambios han sido presentados como “renuncias por razones personales”, pero ese es un eufemismo para encubrir la destitución de una alta autoridad.

Sobre la situación, el analista Marcelo Silva expresó que se ha vuelto “endémica” debido a “haber alargado en exceso sus funciones, es un gobierno que tiene problemas de identidad muy grande, primero tenía un tiempo de mandato muy corto, tal vez tres o cuatro meses, y luego pasó a seis meses y finalmente la pandemia le alargó no se sabe con precisión hasta cuándo”.

Diego Ayo: “Estamos hablando de vacíos de poder enormes, abajo y arriba”

En analista político Diego Ayo considera que el gobierno de Jeanine Añez tiene “vacíos de poder enormes, abajo y arriba” y sugirió que lo mejor que puede hacer hasta la culminación de la transición es “asegurar los puestos a todos” y no “generar más inestabilidad”.

“Estamos hablando de la necesidad no de remover a los funcionarios del MAS, simplemente de la reestructuración del Poder Ejecutivo, aquí son completamente justos los despidos y además son imprescindibles, pero sinceramente pienso que no son pertinentes y que hay que dejar que la siguiente gestión haga eso, con cinco años de gobierno”, dijo.

Hasta la fecha, el gobierno de Añez ha cambiado a más de una cincuentena de autoridades de niveles de ministros, viceministros, gerentes de empresas y otros cargos similares. Ayo afirmó también que la expansión de la Covid-19 afectó al Ejecutivo de manera muy severa. “Definitivamente este gobierno está casi destruido, no existe propiamente un gobierno, el coronavirus está llegando a las más altas autoridades y evidentemente no hay consistencia; también existe una gran inestabilidad en los cargos de abajo”.  En un momento dado, ocho ministros del gabinete de Añez sufrían la enfermedad de manera simultánea. De ellos, solo el de la Presidencia, Yerko Núñez, ha retornado a sus plenas funciones. El analista destacó los vacíos de poder en la administración pública. “Estamos hablando de vacíos de poder enormes, abajo y arriba, es una situación conflictiva enorme porque evidentemente cualquiera puede meterse donde hay un vacío”, aseguró y sugirió “dos cosas que tiene que hacer el Gobierno, la primera, asegurar los puestos a todo el mundo, porque no queda otra, y convocar a las elecciones en el tiempo que sea el mejor, no el 6 de septiembre”.  Ayo también propuso al Gobierno realizar cambios mínimos. “Se podrá cambiar a las cabezas más urgentes, los puestos secundarios inmediatos de más confianza; hay que mantener la estructura del Estado, aunque sea justa o injusta, no importa, hay que mantenerlo y más aún en momentos de coronavirus”.

Marcelo Silva: “Es una inestabilidad muy grande”

Para el analista político Marcelo Silva, los más de 50 cambios de principales autoridades en el Ejecutivo, sucedidos entre noviembre y los últimos días, se debe a “una inestabilidad muy grande” y que “está acorralado por el tiempo, porque no sabe todavía cuánto tiempo se va a quedar, porque el 6 de septiembre (para las elecciones generales) es referencial”. “(La inestabilidad) es característica de un gobierno de transición política, no estamos hablando de un gobierno que tenga un horizonte de largo plazo y sobre todo de permanencia muy larga; no olvidemos que el gobierno de transición es ese que culminará con una elección, el 6 de septiembre. Es un gobierno que muestra en sí mismo una inestabilidad en el ámbito de la duración del mandato”. Una segunda característica, prosiguió, del gobierno de transición  es que se hubiera aumentado el plazo de su gestión. “Es una inestabilidad muy grande, diría, endémica del gobierno, en función de haber alargado en exceso sus funciones, es un gobierno que tiene problemas de identidad muy grande, primero tenía un tiempo de mandato muy corto”, que luego fue aumentando por diversas circunstancias. La pandemia obligó a retrasar los comicios y, por lo tanto, alargó la duración de la gestión. Para Silva, como tercera característica, el actual es “un gobierno-candidato y ese es el gran problema”, debido a que “tiene la ambición de quedarse cinco años si logra ganar las elecciones, por tanto, es un gobierno que va a estar en constante campaña electoral”. Esa permanente campaña causa roces, dijo. Un cuarto elemento, continuó, “desgraciadamente es la corrupción, yo no diría constante ni determinante en el cambio de muchas autoridades, pero sí la corrupción ha incidido en el hecho de que algunos actores políticos o han sido cambiados o que rotan en el ámbito de la gestión gubernamental”. A diferencia del gobierno anterior, el actual ha mostrado una gran inestabilidad, con un cambio de unas seis altas autoridades cada mes. Algunos cambios nunca se aclararon, como las sustituciones de los exgerentes del Canal 7 o de ministros de Economía.

Fuente: paginasiete.bo