La esposa del extinto secretario de Salud de la Gobernación agradeció a todos por sus muestras de afecto y reconocimiento en memoria de Óscar Urenda.
Cecilia Dorado/eju.tv
En un conmovedor discurso en el acto realizado en la plaza 24 de Septiembre, la esposa del doctor Óscar Urenda, Darling Flores, agradeció a todas las personas que expresaron su apoyo en memoria del extinto secretario de Salud. Con la voz entrecortada dijo: «Te escapaste y me agarraste al descuido. Te voy a amar y honrar hasta el último día de mi vida, con todo este dolor nos están regalando la infinita satisfacción de todo lo que diste, las personas nunca podrán olvidarte, te amo».
Flores agradeció a las autoridades por darle la oportunidad a Urenda de hacer lo que más quería: «Servir a los demás». «Gracias, porque hoy con todo este dolor que estamos sintiendo, al mismo tiempo sentimos y nos estás regalando infinita satisfacción por todo lo que fuiste y diste. Las personas que te conocieron, que supieron cómo eras, nunca podrán olvidarte», agregó.
«A todas las personas de su pueblo cruceño, de Bolivia y del mundo les digo que no se sientan tristes ni defraudados por la partida de Óscar, Dios tuvo la perfecta voluntad, en vez de recibir Dios la gloria, quiso volcársela para él con todo ese cariño y ese amor que está demostrando ser en todos ustedes», expresó.
Posteriormente, recibió la máxima condecoración del departamento «Dr. Andrés Ibáñez, en el Grado de Gran Cruz Potenzada 2020», de manos del presidente de la Asamblea Departamental, Hugo Salmón y del gobernador Rubén Costas, momento en el cual también estuvieron los hijos del extinto secretario de Salud, entre ellos Javier y Moisés Urenda.
Por su parte, su hijo Javier Urenda hizo uno de la palabra y agradeció todos los reconocimientos otorgados por las autoridades en memoria de su padre, pero dijo que en este momento el «mejor reconocimiento es el amor, la admiración y el respeto» que mucha gente ha expresado.
Recordó que una de sus máximas del doctor Urenda eran «el que no vive para servir, no sirve para vivir» y pidió seguir sus pasos inculcando los valores de vida que tenía su padre.
