El corredor paceño murió la semana pasada, lejos de la gloria y las rutas. Fue bicampeón nacional y uno de los grandes rivales de Armin Franulic.
miércoles, 5 de agosto de 2020 · 00:00
Fuente: paginasiete.bo
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Julio Lazarte / La Paz
Comenzó con un Ford 1978 prestado. Con los años se convirtió en campeón. Si había un piloto que podía vencer a Armin Franulic, ese era Ankuku, aseguran los que lo conocieron. Sergio del Castillo fue uno de los mejores corredores de la historia del automovilismo boliviano. Lejos de la gloria, sin sus amigos y fuera de sus añoradas rutas, el paceño murió la pasada semana en Santa Cruz, a los 59 años de edad, por un problema cardíaco.
Sergio Del Castillo Matkovic representó al tipo de corredor audaz y con una impresionante calidad de manejo. Comenzó muy joven con el coche de su familia, con una camioneta modelo ranchera que los fines de semana llevaba a los Yungas. Ahí se formó el ídolo.
Foto:Julio Lazarte / Cabalgata Deportiva
Ankuku era su apodo, por el color de su cabello café castaño, muy parecido al dulce o caramelo que se vendía y fabricaba en Chulumani.
Sumó dos títulos nacionales, ganó tres versiones de la Integración del Oriente. Fue imbatible en 1993, cuando ganó cuatro de las cinco carreras nacionales de la primera victoria en el Óscar Crespo, de Sucre.
Tuvo dos hijos, Camila y Sergio. Sus padres fueron Jelica y José. Sus hermanos, Eliana, Miriam, Fernando y Ninón.
Era hincha de Bolívar. Decía que era el único club de Bolivia que podía jugar la final intercontinental en Japón. Fue un piloto que despertaba admiración y susto al verlo pasar por las rutas yungueñas.
Ankuko siempre tenía la broma lista y su pasión por lo tuerca, siempre A última hora se decidía a viajar a Chulumani, pero para él no era problema. Poco a poco mejoró y con tráfico abierto hacia el recorrido peligroso. En poco tiempo ya estábamos en la plaza de Chulumani. Sergio poco a poco mejoró el tiempo de recorrido. Yo le indicaba las señales del camino como copiloto en el viaje a Chulumani y como nos gustaba la velocidad, animábamos a todos sus amigos a que se presenten a una carrera. Sólo se esperaba esa oportunidad para demostrar su innata calidad, recordó Gonzalo Silva amigo y primer copiloto de entonces principiante Del Castillo.
En los años 80, el paceño se lució en competencias de El Alto y carreras internacionales como los Caminos del Inca, que en 1989 recorrió Cusco, Coroico, para terminar en Arequipa con la victoria boliviana de José Monín Camacho.
Su leyenda
Ese espaldarazo de sus primeras carreras lo impulsaron en la siguiente década. Ankuku siempre era bromista y alegre. Tuve la oportunidad de ser su copiloto en la Doble Copacabana, en 1992, y sentir que dentro del habitáculo se iba demasiado rápido, pero él tenía un magistral control de la potencia del motor. Desde mis 15 años fui a sus carreras como auxilio y ser copiloto fue una de las mejores emociones que me dio el automovilismo, opinó Alex Crooker, amigo y fanático de Del Castillo.
Foto: Julio Lazarte / Cabalgata Deportiva
Sus mejores años
Los 90 fueron los años maravillosos. Del Castillo por primera vez fue parte del calendario nacional organizado por la Federación Boliviana de Automovilismo Deportivo (Febad).
Corrió el Gran Premio Nacional de Automovilismo presidente Jaime Paz Zamora desde el sur hasta el norte de Bolivia. Como pionero, el corredor representó a la escudería Nissan Bolivia, la importadora que apoyó al también joven piloto Sergio Kosky.
La escudería
Marco Antonio Romero, por ese entonces director del grupo, evocó: Nissan Bolivia decidió incursionar como escudería en el automovilismo boliviano. Buscamos nuevos talentos y con el apoyo del vicepresidente ejecutivo Carlos Arana, de Nissan, respaldamos a Kosky y Del Castillo. Los dos cumplieron nuestras expectativas y se dio el espaldarazo al deporte tuerca boliviano. Romero lamentó la partida de un gran amigo y gran piloto. Sergio demostró su calidad de manejo en nuestro Nissan Sunny luego el 200SX y finalmente el Nissan Pulsar, en todos demostró esa categoría de manejo ,recuerdo que participamos en una categoría promocional mexicana las 12 horas de México. En el Circuito Hermanos Rodríguez de la F-1, en México, impresionó a Alfredo Tame, director del equipo mexicano de carreras, ni qué decir nuestra participación en WRC Rally Argentina 1993 y nuestra competencia el Rally de Apolo en condiciones extremas de manejo y prueba de la Patrol ganando a pilotos consumados.
Foto: Julio Lazarte / Cabalgata Deportiva
Sucre, la primera de Ankuku
En el circuito Óscar Crespo, de Sucre, una pista con 50 años de historia, se catapultó la nueva categoría N12.
Micky Tejada, su otro copiloto, rememoró que en Sucre yo no tenía que correr como copiloto, pero por un viaje de emergencia del que iba ser su navegante Juan L. Ramírez, me eligen a mi para correr junto a Ankuku. Nos fue muy bien ya que ganamos en el circuito Óscar Crespo y desde esa carrera fui su navegante.
En 1993, Sergio del Castillo buscó nuevos horizonte y dejó Nissan. Corrió por la marca de la constelación (Subaru) gracias a Carlitos Chamon (+) de la Corporación Trasandina.
Fue un año espectacular, ganamos cuatro pruebas de las cinco programadas. Fuimos primeros en la Vuelta a Cochabamba, Circuito Oscar Crespo ,Rally Oruro Potosí e Integración del Oriente. Sólo un error nos costó ganar la Vuelta a La Paz la ultima de ese año, contó Tejada.
Segundo campeonato, en 1996
La carrera de Del Castillo estaba marcada por la rivalidad con el multicampeón Armin Franulic. Pero en 1996, su adversario dejó las carreras temporalmente y sólo Viktor De los Heros estaba en su camino rumbo al título. La lucha se trasladó a la Integración del Oriente.
Foto: Julio Lazarte / Cabalgata Deportiva
Luego de solucionar el problema de la bomba de gasolina empezamos a subir posiciones hasta ganar esta Integración que nos da una ventaja importante para lo que falta esa temporada, el copiloto paceño finaliza, argumentó Tejada, quien describió a Ankuku como un corredor muy veloz que aprovechaba al máximo la potencia de su máquina, para mí estaba para ganar más campeonatos nacionales y competir fuera de Bolivia. Fue un piloto con mucho talento. Fue un corredor que disfrutaba las dificultades dentro de los tramos de una carrera, realmente fue el mejor.
Duelo
Del Castillo es recordado por sus apasionantes duelos ante Franulic, Iván Sarmiento y Kosky entre algunos.
Quienes lo conocían dicen que los Yungas era como su patio, porque sus caminos corría como si nada.
Además de brillar en las rutas, también mostró su carácter como líder. La Febad dictaminó luto por la partida del sorprendente piloto histórico.
Fuente: paginasiete.bo