El pediatra Fabián Barja venció el mayor desafío físico y espiritual de su vida

El médico se contagió de coronavirus. Estuvo dos meses internado, pero ya se recupera en su domicilio. Su familia cree que la oración tiene poder.

Robin David Peredo Flores

El pediátra Fabián Barja se contagió de Covid 19 y venció al virus. Ya está en su casa



Fuente: El Deber

«Nunca abandonaré a mi pacientitos, ya volveré para ayudarlos a curarse», fue una de las frases que dijo el médico boliviano Fabián Barja Áñez, luego de dar positivo en la prueba de Covid-19 y antes de ser internado en el Hospital Obrero 3 de la Caja Nacional de Salud de Santa Cruz de la Sierra.

Tiene 70 años y 45 de ellos los ha dedicado a la medicina, a sus pequeños pacientes, pues es pediatra neonatólogo. Cuenta con su propio consultorio, situado en la calle Cobija, asiste a nacimientos y opera en diversas clínicas y hospitales de la ciudad.

Cuenta su hijo menor, Álan Barja (21), estudiante de Sicología, que notaron que su padre tenía fatiga y dificultad para respirar. Una vez fueron a almorzar, luego de trabajar, y se sacó el barbijo, y así vieron que sus labios estaban morados, lo mismo que las uñas de sus manos.

Le hicieron la prueba rápida del Covid-19 y salió negativo. Pero el cansancio aumentaba en él. Luego fueron a una clínica donde se sometió a otro examen y ese dio positivo. De inmediato fue llevado a la Caja Nacional de Salud y lo  internaron.

A pesar de que nunca perdió la fe, se notaba que estaba un poco asustado. Es muy difícil para un médico reconocer que está enfermo, ellos saben cuál es la realidad de su salud y aquello puede jugar a favor o en contra, explica Alan.

Su situación se fue poniendo delicada, tuvo que ser ingresado a la Unidad de Terapia Intensiva UTI y durante 38 días estuvo intubado. También le realizaron transfusión de plasma, que encontraron gracias a la solidaridad de sus amistades y colegas, que se pusieron en campaña para conseguir su tipo de sangre.

Durante los dos meses que se mantuvo internado recibió muy buena atención. Sus seis hijos, toda su familia y médicos amigos estuvieron pendientes de él. Cuando no se lo podía visitar le mandaban a decir que lo estaban acompañando afuera del hospital y con oraciones.

Recordando cómo se pudo contagiar de Covid-19, su familia cree que fue en alguna clínica u hospital donde trabaja. Porque no fue en su consultorio, que luego de la atención de un paciente era desinfectado minuciosamente. A las madres de sus pacientes les pedían que vayan a la consulta con barbijo, que se pongan alcohol en gel en la manos y se respetaba el distanciamiento social.

Además de él, en su familia se contagió su nieta Natalia Barja, que ya está sana. Todos tienen cuidado de seguir las normas de bioseguridad, porque saben que él, por sus 70 años, integra uno de los grupos de riesgo.

Espiritualidad

La rápida atención médica es muy importante para la curación de la infección del coronavirus. Sin embargo, la familia del médico cree que también es imprescindible la oración, que tiene poder para curar el cuerpo y el espíritu.

Álan Barja manifiesta que su familia nunca perdió la esperanza de que su padre se iba a sanar. Todos los días oraban y le clamaban al Señor que lo acompañe y lo cure y hasta se armaron cadenas de oración.

Todo ello se lo mandaban a contar, para que su fe no se quebrante y sepa que no estaba solo.

Recuperación

Después de más de un mes con respiración asistida le quitaron los aparatos de su cuerpo, porque estaba mejorando y ya no los necesitaba. Luego salió de la UTI y fue llevado a terapia intermedia. Y como la recuperación fue progresando fue dado de alta y trasladado a su casa.

En su domicilio fue recibido como un héroe. Y es que lo es, estaba venciendo a un enemigo peligroso, agresivo y traicionero, el coronavirus. El médico que hasta hacía tres meses curaba a los enfermos, ahora estaba siendo curado. Hace 26 días que regresó a su domicilio.

Su habitación fue acondicionada especialmente para su recuperación, con todo lo que se necesita para esa fase y sobre todo para que esté bien, pues una parte importante del tratamiento es la anímica.

Debido a que estuvo un poco más de dos meses postrado en una cama de hospital, que sus músculos estuvieron inactivos, ahora está realizando fisioterapia rehabilitadora. Todos los días lleva a cabo sesiones para fortalecer brazos y piernas y ejercicios respiratorios para los pulmones.

Nueva vida

Fabián Barja, aún con cierta dificultad para hablar, pero totalmente lúcido en lo que dice, reconoce que Dios le ha dado una nueva oportunidad de vida. «El coronavirus es una enfermedad terrible, destruye el cuerpo humano. Yo entré al hospital pesando 85 kilos y salí con 51. Ahora estoy con casi 60 kilos. De 10 pacientes entubados en la UTI solo uno se salva, y yo fui ese uno. Por lo que prácticamente he vuelto a la nacer, regresé a la vida, gracias Dios, que aún tiene un propósito conmigo», comenta.

Cuenta que a pesar de todas las dificultades nunca perdió la fe, pues él es un hombre que cree en Dios y en sus designios. Afirma que estos casi tres meses de enfermedad se dio cuenta que lo menos importante en la vida es el dinero, que lo principal es la salud y los afectos.

Con mucho optimismo el doctor Barja Áñez dice que volverá a trabajar, a atender a sus pacientitos, a quienes prometió que no iba a abandonar. Tiene previsto, con la ayuda de Dios, de que en 2021 regresará a su consultorio y a su rutina médica, porque siente que su vida está consagrada a la salud.