”Si vis pacem, para bellum”

 

No es justo que Bolivia soporte “ad eternum” una situación de guerra atizada por los enemigos de la Nación, de los revanchistas que culpan del atraso y la miseria a ilos otros, “nos quitaron todo y nos dejaron sin nada”, razonan por tanto persiguen una “guerra civil” para recuperarlo todo. Mientras del otro lado no llegan a entender que si de verdad quieren obtener la paz, no hay otro camino que preparar la guerra, el combate para situar las cosas en su lugar.



Nuestra Constitución Política desde su título preliminar al proclamar que Bolivia libre, independiente, soberana, multiétnica y pluricultural constituída en República Unitaria adopta para su gobierno la forma democrática representativa, fundada en la unión y solidaridad de todos los bolivianos, marca el texto que la forma de gobierno que reside en el pueblo es inalienable e imprescriptible delegando el mando a los poderes Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral los que no pueden estar reunidos bajo un mismo órgano. O sea, nos previene de entrada sobre el autoritarismo y la dictadura, estableciendo que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y esto que lo ponemos de relieve “toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya soberanía de pueblo comete delito de sedición”.

No hay donde perderse cuando la CPE concede el monopolio de la violencia a las FFAA y la Policia otorgándoles poder actuar con el uso de todos los medios disponibles para preservar el orden interno y asegurar física y materialmente la soberanía en cuanto se trata del peligro externo que adquiere varias formas, la agresión y violación del espacio geográfico, así como de las tareas de espionaje al servicio de terceras potencias que manifiesten animaversión hacia “lo boliviano”.

El atributo de preservar la paz, conferido a las instituciones patrias es total e indiscutible, al punto que el control de las armas mortíferas está reglado hasta en sus mínimos detalles, así los que están exhibiendo su posesión ante los medios, con el fin de amedrentar a la población y paralizar su defensa son ahora mismo sujetos de detención. Así como los principios religiosos aceptan la defensa propia como legitimación del uso de las armas, así la CPE autoriza al ciudadano actuar para preservar su vida y su propiedad.

Ni siquiera los regímenes más extremos de antes y de hoy, han podido soslayar el mandato contenido en la máxima citada. Si quieres la Paz, prepara la guerra.