Manfred Reyes Villa abandonó intempestivamente el país, nuevamente, el 1 de septiembre, en medio de la reactivación de un proceso por supuesta corrupción y el arraigo dictado por un juez en Cochabamba. Se benefició de un “desarraigo judicial” y se fue a Estados Unidos. A tres semanas de ello, señaló ahora que volverá antes de las elecciones del 18 de octubre.

“Los 15 o 20 procesos que tengo son políticos. Yo retorné en enero, luego salí de nuevo por la boda de mi hija”, señaló el exlíder del desaparecido Nueva Fuerza Republicana (NFR). Cuando se fue hace 10 años, lo hizo asfixiado por los juicios y sentencias por irregularidades en su gestión como prefecto cochabambino. Volvió en enero con la intención de quedarse, afirmó.

Sin embargo, la demanda de mala administración en la construcción de la represa Kecoma, con un proceso que ya se alista para el juicio oral, provocó, en agosto, que un tribunal de sentencia determine su arraigo y que se presente cada 15 días ante la autoridad fiscal y tener dos garantes. Por ello sorprendió que días después Reyes Villa obtenga un “desarraigo”.

Primero dijo que se ausentaba por motivos de salud, luego se lo vio en fotos en la boda de su hija. “Para mis detractores y perseguidores políticos a quienes les molesta que alguien tenga mérito por trabajar de verdad: mi salida del país es temporal, no se hagan ilusiones ni fantasías con mi ausencia, yo regresé a #Bolivia para quedarme, les guste o no (sic)”, escribió en Twitter.

Este martes, en una entrevista con la Red ATB, ratificó su posición de que todos los procesos en su contra son políticos. “Estaré muy pronto en Bolivia, estaré la subsiguiente semana, para llegar el 18 de octubre en el reinicio de la democracia”. Y ratificó su apoyo a la candidatura del exdirigente cívico cruceño Luis Fernando Camacho, de Creemos. “Es un proyecto nuevo”.

Reyes Villa volvió en enero, tras 10 años y en medio de sentencias y juicios abiertos en su contra. “El que nada hace, nada teme, por eso estoy aquí”, dijo a su retorno, decisión que tomó al igual que otros políticos autoexiliados que se declararon perseguidos en el gobierno de Evo Morales, como el exprefecto tarijeño Mario Cossío o el excívico cruceño Branko Marinkovic.

El excandidato presidencial tiene al menos 15 procesos en contra por casos que involucran a su gestión prefectural, de los cuales siete cuentan con sentencia condenatoria y están pendientes de ser ejecutados, según los datos que la Gobernación de Cochabamba, por incumplimiento de deberes, enriquecimiento ilícito, contratos lesivos al Estado, entre otros.

Los delitos que pesan sobre el exprefecto por el caso de la represa Kecoma son incumplimiento de deberes y conducta antieconómica. Está en la mira por la modificación de un contrato sin el aval de un consejo técnico, durante su gestión como máxima autoridad de Cochabamba, lo que derivó en una represa con bastantes deficiencias, con un supuesto daño económico al Estado.

Ante el viaje de Reyes Villa, el Gobierno salió de inmediato a aclarar que no hay nada ilegal. El director de Migración en Cochabamba, Samir Aliss, confirmó que el excandidato tenía la autorización judicial para tramitar un “desarraigo temporal”, por lo cual no tenía ningún impedimento para abandonar el país, según una nota de la agencia estatal ABI.

“Es importante mencionar que aquí no funcionan las llamadas de castigos o amenazas de quienes gobiernan, pues hay independencia de los poderes», indicó el funcionario, que ratificó lo dicho por el director general de Migración, Marcel Rivas, quien sostuvo anteriormente que Reyes Villa no tenía un arraigo en su contra a la hora de partir hacia Estados Unidos.