El todavía difícil camino de la unidad

El Sufrimiento De Los Exiliados | EL DEBER

Guido Áñez

El camino de la unidad se empieza a construir, es importante entender que la fortaleza del MAS es la falta de unión de las formulas presidenciales democráticas, por eso saludo la decisión valiente de Jeanine Áñez Chávez de dejar de lado su candidatura a la Presidencia para construir esa unidad, no es fácil pero es noble y estoy seguro que la historia sabra valorar cuando las aguas bajen, lo valiente y patriótico de esta decisión.



No es suficiente para que la dictadura no regrese a Bolivia, deberían seguir el ejemplo y también bajarse, Jorge Tuto Quiroga, Chi Hyun, Feliciano Mamani, María de la Cruz Baya, porque no tienen ninguna posibilidad de llegar a la Presidencia y así sus votos sean muy pocos, esos pequeños porcentajes pueden definir el futuro en libertad o en dictadura de los bolivianos.

La necesidad de la unidad surge porque es imposible lograr la democracia sin derrotar a la dictadura al cual una sola fuerza no lo puede hacer. La unidad en política se puede dar entre diferentes, no unirse a tiempo puede ser fatal.

El objetivo de la política es sumar para buscar una mayoría, y esa mayoría tenemos que construirla en primera vuelta que es donde se define el poder y la estabilidad social del país en los próximos 5 anos, donde habra, como en todo el mundo una crisis económica muy profunda, una oposición masista dispuesta a recuperar el poder por medios democráticos y antidemocráticos, debemos recuperar la presencia del estado en todo el territorio nacional, no mas republiquetas de la cocaína como el Chapare, y para eso necesitamos un gobierno con mayoría parlamentaria, un programa economice claro y la decisión política de recuperar la independencia de la justicia sacándola de las garras del masismo extorsionador y corrupto.

Cuando los politicos se equivocan, el pueblo no tiene derecho a equivocarse, la prioridad en estas elecciones es derrotar a la dictadura y recuperar la democracia y la libertad para nuestro pueblo.

Imagen El Deber