A propósito de los retos a debatir

Saludo y aplaudo todos los desafíos que se lanzan los políticos a nuevos debates electorales. Ojalá se puedan hacer muchos en el poco tiempo que queda de esta campaña y de las próximas campañas que vendrán. Más allá de lo difícil que ha sido hacerles entender que los cara a cara son vitales para la democracia, parece que se están dando los primeros pasos este año. Hay que recordar que los debates son un derecho ciudadano y que los políticos tienen la obligación de respetar ese derecho. La democracia gana siempre con debates

Como moderador del debate del domingo pasado, debo hacer notar que no hubo ningún impedimento en el formato ni tampoco frenos para que los siete candidatos invitados puedan confrontar sus ideas y sus propuestas. Tampoco nadie les prohibió que lleven y muestren los documentos que hayan querido mostrar. Y a los cinco candidatos que decidieron estar en esa cita de la democracia boliviana, se los motivó e invitó constantemente a hacer uso de la réplica y la dúplica como recursos para generar un choque de ideas en 2 horas y 15 minutos, con temas vitales para el país.

La transmisión de este evento histórico es la clara constatación de que desde la moderación se insistió constantemente en la interacción de los participantes, condición básica para la definición del formato debate.



Las dos lamentables ausencias que se dieron esa noche no son responsabilidad ni de los organizadores ni de los dos árbitros que tuvimos el honor de ser seleccionados por el prestigioso comité organizador del debate, de una larga lista de notables profesionales del periodismo boliviano. Las dos ausencias fueron solo responsabilidad de ellos y de sus equipos de campaña.