El evismo “interplanetario”

Emilio Martínez Cardona

“Esta lucha no solamente es interna, es una lucha internacional, una lucha interplanetaria”. Con estas palabras, el ex “Jefazo” Evo Morales selló su retorno a la capital de su feudo cocalero en El Chapare, Chimoré.



¿Simple lapsus de quien anteriormente había destacado la lucha de los aymaras contra el imperio romano y el británico? ¿O se trató de una búsqueda deliberada de exposición mediática, en vista de que los sucesos en la sede de gobierno no lo tienen por principal protagonista?

En todo caso, es posible que lo primero haya sucedido en el marco general de lo segundo, más aún cuando tanto Luis Arce como David Choquehuanca eligieron no participar en el acto de recepción chapareño. De hecho, Arce apenas le dedicó a su regreso un tuit vergonzante a medianoche, mientras que Choquehuanca prefirió el silencio absoluto.

Cosas del nuevo poder dual que se va configurando, podría decirse.

También llama la atención que el evismo “interplanetario” esté bastante circunscrito a cierta territorialidad específica, con desplazamientos restringidos a las regiones y localidades donde el Movimiento Al Socialismo logró mayorías holgadas, evitando el paso por ciudades marcadamente antievistas (es el caso del reciente Ampliado en Colcapirhua, donde Evo finalmente “logró” la presencia de Arce).

Cabe pensar, entonces, que del liderazgo nacional Evo Morales ha pasado, al menos de momento, a un caudillaje territorial, a convertirse en el principal líder regional del MAS.

Volviendo a su nueva perla discursiva, que sin duda pasará a engrosar su frondosa e involuntaria antología del disparate, podría temerse que en los largos meses de aburrimiento en la mansión de San Isidro, sin compañías quinceañeras, el ex “Jefazo” haya sido iniciado en los misterios esotéricos del posadismo, ese extraño marxismo ufológico que postula la existencia de extraterrestres socialistas.

Ese bizarro cóctel ideológico fue creado hacia 1968 por el trotskista argentino J. Posadas (seudónimo de Homero Rómulo Cristali Frasnelli), con la publicación de un libro de título extenuante: Platillos voladores, el proceso de la materia y la energía, la ciencia, la lucha revolucionaria y de la clase trabajadora y el futuro socialista de la humanidad.

Allí, este curioso personaje alegaba que el proletariado debía pedirle ayuda a los alienígenas comunistas para “sentar las bases de la fraternidad humana”. También hay que indicar su entusiasmo por una pronta guerra nuclear, que sembraría al planeta de “Estados obreros”.

Por absurdo que parezca, en torno a él llegó a erigirse la “Cuarta Internacional Posadista”, donde se unían las seudociencias del materialismo dialéctico y de la especulación ufológica.

¿El posadismo es la fase superior del evismo? ¿En la nueva etapa “interplanetaria” se pasará del “horizonte etnocomunista” al ufomarxismo? ¿Bajarán los cosmonautas en Chimoré?