La OMS consideró «extremadamente importante» rastrear el origen del Covid-19 dentro de China

La demora de meses en el inicio de esta investigación ha generado críticas de investigadores de salud pública y líderes mundiales como Donald Trump, que han acusado a la organización de ser demasiado respetuosa con los deseos del gigante asiático

 

Viajeros en la estación de tren de Pekín, China. 9 de octubre de 2020. REUTERS/Thomas Peter
Viajeros en la estación de tren de Pekín, China. 9 de octubre de 2020. REUTERS/Thomas Peter

Fuente: infobae.com



El director del programa de emergencias sanitarias de la Organización Mundial de la Salud consideró el lunes “extremadamente importante” que su equipo internacional visite China para rastrear los orígenes del coronavirus, y agregó que a la agencia de salud de las Naciones Unidas se le ha asegurado que ese viaje se llevará a cabo “lo más pronto posible”.

El doctor Michael Ryan dijo que tal visita es necesaria a fin de que “la comunidad internacional pueda sentirse más tranquila sobre la calidad de la ciencia” que, lamentó, ha sido puesta en duda cada vez más por fines políticos, incluyendo presiones y correos electrónicos amenazantes contra la comunidad científica.

Claramente, todos necesitamos comprender el origen del virus. Todos necesitamos saber de dónde viene, lo mismo que saber dónde podría reaparecer en el futuro”, dijo Ryan en una conferencia de prensa desde Ginebra. “Creo que nuestros colegas chinos están tan ansiosos como nosotros por hallar esas respuestas”.

Diez meses después de que declarara que el Covid-19 representaba una emergencia de salud pública internacional, la OMS siguie trabajando en enviar un equipo internacional de expertos a China para visitar el presunto epicentro en la ciudad de Wuhan y la circunvecina provincia de Hubei.

Durante una conferencia de prensa el 23 de octubre, Ryan dijo que los científicos chinos ya han comenzado los primeros estudios para la investigación de dos fases. Según lo que encuentren esos expertos, la OMS luego desplegará un equipo internacional en China para colaborar con muchos de los principales científicos del país en el rastreo de las raíces de COVID-19. Una semana después, el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, aseguró que un grupo de expertos internacionales había mantenido una primera reunión virtual con sus homólogos chinos, antes de prometer el pleno apoyo de la OMS al proceso. Y el 5 de noviembre, la OMS dio a conocer discretamente detalles sobre su misión con China, que describe como un estudio global de los orígenes del SARS-CoV-2.

Una pasajera se dispone a someterse a un control de temperatura en el aeropuerto internacional de Pekín. EFE/EPA/WU HONG/Archivo
Una pasajera se dispone a someterse a un control de temperatura en el aeropuerto internacional de Pekín. EFE/EPA/WU HONG/Archivo

La demora de meses en el inicio de esta investigación ha generado críticas de investigadores de salud pública y líderes mundiales, como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que han acusado a la OMS de ser demasiado respetuosa con los deseos de China. Durante la primera fase de la búsqueda, un equipo de la OMS no estará presente para las encuestas sobre el terreno y solo revisará y discutirá los datos recopilados por investigadores chinos. Algunos informes han descrito este arreglo como la responsabilidad que cede la OMS, dado que la organización está patrocinada por naciones individuales y China es su segundo mayor donante después de Estados Unidos.

Pero los detectives de enfermedades que han trabajado en búsquedas similares dicen que esto es lo mismo. La OMS carece de personal —con 7.000 empleados distribuidos en 150 países— para realizar una investigación a gran escala por sí misma y siempre depende de equipos nacionales o voluntarios internacionales para el trabajo de campo.

Si entras con una mentalidad de quién es la culpa, tu opinión es diferente a si te preguntas por qué se extendió y qué podemos aprender”, dice Sian Griffiths, quien copresidió la investigación del gobierno de Hong Kong sobre la epidemia de SARS en 2003. La especialista enfatiza la necesidad de objetividad en tal proceso: “Francamente, mirar hacia atrás y culpar no es muy relevante”.