Proponen cárcel para quienes obliguen a menores a mendigar

Parlamentario provincial argentino sostiene que “no se trata de un trabajo, sino de explotación infantil”. Quiere que las penas lleguen hasta 60 días de presidio.

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Fuente: DW

 

Un diputado provincial de Santa Fe, en Argentina, presentó un proyecto para enfrentar un problema que suele verse en las calles de varios países: niños mendigando. El parlamentario propuso que se sancione a quienes se aprovechan de un menor de 14 años y lo obliguen a pedir limosna. Su idea es aumentar el castigo, que actualmente es una multa, y hacerla extensiva además a los padres, familiares o cuidadores de los chicos.

La idea es castigar con hasta 60 días de presidio a quienes fuercen a los menores a pedir dinero simulando enfermedad, mutilaciones o deficiencias físicas, u obliguen a los niños a consumir drogas para coaccionar a terceras personas. Si lo determina así la Justicia, podría darse el caso de que los responsables pierdan la tutela del menor.

El proyecto, presentado por el diputado del centroderechista PRO Gabriel Chumpitaz, señala que la propuesta surgió basada en «los hechos cotidianos de maltratos que vemos en los principales corredores gastronómicos de nuestra provincia, donde los menores son manipulados y muchas veces fustigados en la venta de algún producto en bares o restaurantes, así como también en semáforos de larga espera donde se observa a niños y niñas entre los autos hasta largas horas de la noche”.

El parlamentario aseguró que mientras los chicos piden, suele haber adultos en los alrededores, que son quienes explotan a los menores de edad. Chumpitaz sostuvo que si no se controlan estas prácticas, podríamos estar antes una red de explotación infantil. «Nadie niega el derecho a pedir ayuda en una forma adecuada y respetuosa, pero no utilizando a los menores como vehículos para fines personales”, agregó.

En conversación con Radio 2, Chumpitaz añadió que ocurre que «estás media hora en un bar y pasan 5 o 6 chicos” pidiendo dinero o vendiendo productos. «Esto no es trabajo, es explotación infantil”, aseguró, criticando que «más allá de que sean familiares (quienes lo incitan a pedir), es una aberración que usen a los chicos de forma abusiva”.

DZC (La Capital, Rosario 3)