Gualberti: «Queremos que la Mamita de Cotoca nos ayude a ser forjadores de paz»

En las celebraciones religiosas de la Virgen de Cotoca, monseñor Sergio Gualberti convocó a los feligreses a orar y poner su esperanza y consuelo en la fe cristiana.

Fuente: El Deber

Con fe y regocijo, así se desarrolló la festividad de la Virgen de Cotoca. Durante la celebración religiosa, el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, pidió a los feligreses mantener la esperanza y la fe cristiana en un contexto de crisis y donde el coronavirus azota a la población; asimismo, aprender de la lección que ha dejado la pandemia y pedir a la Mamita ser forjadores de reconciliación y paz.



Durante la eucaristía, el arzobispo dijo que se siente la cercanía de la Virgen, una madre amorosa que ha confortado y protegido a la población en estos duros tiempos de pandemia, crisis social y económica.

«Hemos querido peregrinar y llegar hasta acá,  en su casa, en el santuario de Cotoca. A nuestra llegada hemos encontrado la mano premurosa de nuestra Madre que nos ha acogido en su regazo. Le hemos presentado, con total confianza, nuestras penas y dolores, nuestras dudas y temores, pero también nuestros sueños y pedidos, por nosotros, por la familia, por la salud y tantos otros motivos», expresó Gualberti.

Dijo que, si bien los devotos experimentan un clima de sosiego y paz, también estos debe doblar rodillas ante la Mamita para elevarle  plegarias, para venerarla, alabarla y para manifestarle aprecio y cariño, en particular agradecerle por estar en tiempos de sufrimiento y en los momentos en que peligraban la fe y la vida cristiana.

«Un virus minúsculo e invisible nos ha hecho tocar con mano la fragilidad y limitaciones humanas, ha puesto de rodillas tantos poderosos e imperios económicos y ha humillado a las pretensiones de la ciencia y de la técnica de dominar los destinos de las personas y del mundo. Ojalá que todo el mundo aprenda la lección y de verdad se cambie de rumbo«, enfatizó Gualberti.

En este sentido, el líder religioso señaló que se debe recurrir nuevamente a la protección de la Mamita para que ayude a recibir a Jesús en la vida personal, en nuestras familias y en nuestra sociedad. «También queremos pedirle que nos ayude a superar divisiones y enfrentamientos, a buscar lo que nos une y a ser forjadores de reconciliación y de paz», remarcó.

Añadió que el camino a recorrer todavía es largo, por lo que pidió ser vigilantes ante la tentación, siempre al acecho, de caer en los errores del pasado, de dar escucha a los miramientos, resentimientos, rencores y venganzas.

«La Virgen María nos llama a todos a construir una Bolivia mejor y dejar en herencia a nuestra niñez y juventud un país más justo, solidario, humano y en paz», concluyó, a tiempo de pedir oración para obtener consuelo y esperanza ante las adversidades.