Pérez indicó que insistir en dejar de pagar las deudas al sistema bancario pese a las actuales condiciones y facilidades, muestra que detrás del paro y los bloqueos pueden existir motivos estrictamente políticos, especialmente de sectores contrarios al Gobierno que quieren desestabilizar la economía en momentos previos a las elecciones subnacionales.
«Una de las obligaciones de quienes administran el Estado es cuidar la estabilidad financiera y que el dinero que va a través de los bancos fluya, vaya al crédito y luego se recupere el crédito. Ese es movimiento, la liquidez de los bancos. En el momento en que se para ese flujo, se va a afectar la estabilidad financiera y se puede llegar a extremos donde los bancos se declaren en mora y finalmente se declaren en quiebra y se agudiza una crisis financiera», indicó Pérez.
Si eso ocurre, repercutirá en una crisis general de la economía de manera similar a la gran recesión que afectó EEUU y varios países europeos en 2007 y 2008, sostuvo.
Entre 2007 y 2008 se produjo una de las peores crisis financieras de la historia. Fue una crisis financiera por desconfianza crediticia que se extendió inicialmente por los mercados financieros de Estados Unidos y fue la alarma que puso en el punto de mira a las hipotecas «basura» de Europa. Se considera el detonante de la gran recesión en el plano internacional, incluyendo la burbuja inmobiliaria en España.
La debacle financiera erosionó la confianza de la gente en los funcionarios e instituciones que los gobernaban. El desencanto popular que dejó la crisis fue caldo de cultivo para populistas y extremistas, sobre todo de derecha, que polarizaron las sociedades y ganaron espacios de poder, indica un análisis de la BBC.
En ese contexto, Pérez recordó que los transportistas, si bien fueron afectados por la pandemia, volvieron al trabajo en los últimos meses y consiguieron ingresos suficientes para pagar sus deudas.
A ello se añade que en Bolivia hay una «cultura de pago» es decir que, históricamente, las personas deudoras hacen todo lo posible por cancelar sus deudas bancarias y su mora es normalmente mínima.
La incorporación del periodo de gracia favorecerá a todos los prestatarios en general, cuyos créditos fueron diferidos en sujeción Decreto Supremo 4409, permitiéndoles contar con un tiempo durante el cual no tendrán que pagar la cuota parte del capital, además de lograr mayor plazo para el pago de sus obligaciones crediticias, lo que posibilitará reactivar sus actividades económicas, indica un reporte del Ministerio de Economía.
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