Decir que uno se baña dos veces en el mismo río es una falacia, por una simple y sencilla razón que todo fluye, como la vida misma, como que a veces sentimos que en un parpadeo todo gira en 360 grados.
“En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos]”, decía Platón, porque en el río no hay la misma agua y nosotros tampoco somos los mismos, cada que ingresamos, porque siempre hay algo que en nosotros ha cambiado.
Y eso ha ocurrido este año que concluye, un año para olvidar, pero también para recordar que somos de carne y hueso: mortales, y que el único requisito que existe para morir: es estar vivos.
Porque esta pandemia nos deja en blanco eso, que como dijo Bil Gattes, igual uno cae por más que viaje en primera clase o en la última fila del avión.
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Y por más que no tenga un peso en el bolsillo o por más multimillonario, pues finalmente, los cajones no tienen bolsillos, y nos vamos al mismo pozo de la tierra, desde donde vivimos. Y si de la tierra vinimos, en tierra nos convertiremos, por más que nos entierren en un nicho de oro.
Pero si Platón decía que nadie se puede bañar dos veces en el mismo río como lo llegó a sostener Heráclito, agregando también algo transcendental en nuestras vidas: que el sol es nuevo todos días, y aunque pareciera contradictorio, es verdad porque cada mañana sale un nuevo astro rey para iluminarnos la vida y para impulsarnos a salir adelante y cuidarnos en esta pandemia.
Por eso tenemos que recibir este 2021 con actitud positiva y dispuestos a enfrentar todos los retos que se vengan. Por eso me encantó un mensaje del Papa Francisco un fin de año y es bueno repetirlo en este 2021. “Ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones” y no es apenas “conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos”.
Entendiendo que nada es para siempre y como dice este antiguo consejo que siempre debemos estar mirando en cinco direcciones:
1.- Adelante, para saber a dónde nos dirigimos
2.- Detrás, para recordar de dónde venimos
3.- Debajo, para no pisar a nadie.
4.- A los costados, para ver quién o quienes nos acompañan en momentos difíciles.
5.- Arriba, para que sepamos que siempre existe alguien superior a nosotros que nos mira y nos está cuidando.
Es decir, mirad a quien pisas cuando estés subiendo o estás arriba, porque te los vas a encontrar cuando estés bajando.
La reflexión va también en el marco de este torbellino político, para las autoridades, las que se fueron y las que están llegando, porque también, nada es para siempre.
Seamos pues entonces más humanos, más solidarios y más empáticos… Agradecido de haber conocido gente maravillosa en este 2020, de haber aumentado mi banco de amigos, de haber continuado aprendiendo y de haber continuado enseñando…
¡¡¡Tengan un bendecido Año 2021 ¡¡¡
(Roberto Méndez, periodista y profesor).
Fuente: eju.tv