Fuente: Unitel
“No es mentira que me voy a ir, pero no va a ser de pandemia. Será de cualquier otra cosa”, manifestó Bernardo Landívar Vaca, casado y padre de 13 hijos. Sale todos los días para vender golosinas en mercados.
Con una canasta colgando de sus manos, un barbijo para protegerse del Covid y una gorra para el sol, Bernardo Landívar Vaca, sale todos los días de su hogar con el objetivo de vender en el mercado las golosinas que preparan en casa. Está consciente de los años que lleva y muy seguro que de Covid-19 no se irá.
“No es mentira que me voy a ir, pero no va a ser de pandemia. Será de cualquier otra cosa”, manifestó don Bernardo con mucha seguridad.
Este hombre de 73 años que comparte sus días acompañado de su esposa de 55, con quien ha tenido 13 hijos, vive en la zona norte, desde donde sale todos los días para llegar a los mercados donde vende los virulos, alfeñiques, chupetes y otras golosinas que preparan en casa.
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Este martes don Bernardo se encontraba en la puerta de la Dirección Distrital de Educación de Santa Cruz, donde llegó atraído por la cantidad de gente. “Iba rumbo al mercado Los Pozos, pero vi la cola de gente y me bajé”, contó.
A pesar de que sale todos los días de su hogar, no se ha enfermado del Covid-19, pues siempre está pendiente de las medidas de bioseguridad y de lo que ocurre a su alrededor.
“Las venteras de abarrotes no se cuidan. Aquí veo que todos están con sus barbijos, aunque no veo que tengan alcohol”, manifestó mientras volcaba su mirada hacia los maestros que estaban en la DDE.
Cree que uno de los secretos es seguir los consejos que brindan los médicos como lavarse las manos frecuentemente, desinfectarse con alcohol y al llegar a casa sacarse la ropa, bañarse y cambiarse.
“Todos los días salgo de casa con dos metas. Primero que no me pase nada y en segundo lugar que todo lo que traigo lo tengo que terminar”, concluyó.