Ignoró el consejo de los médicos y ahora hará historia: la tenista con cuatro dedos en cada mano que debuta en el Abierto de Australia

La número 245 del ranking mundial se enfrenta ante la estadounidense Shelby Rogers en su primer duelo en un Grand Slam

 

Francesca Jones tiene 20 años y jugará su primer Grand Slam (AFP)

Francesca Jones tiene 20 años y jugará su primer Grand Slam (AFP)



Fuente: infobae.com

La tenista británica Francesca Jones hará su debut en un Grand Slam este martes cuando enfrente a la estadounidense Shelby Rogers. La presencia de la 245º del ranking de la WTA no es una noticia menor ya que la joven de 20 años logró llegar hasta el Abierto de Australia pese a tener una discapacidad que podría significarle una desventaja en el tenis.

Es que la inglesa padece una anomalía del desarrollo embrionario: “Mi síndrome es muy raro. Es complicado porque hay numerosos síntomas. Los míos son que tengo tres dedos en el pie derecho, cuatro en el izquierdo y cuatro en cada mano”, explicó en una entrevista publicada en el sitio de la Federación Internacional de Tenis (ITF) en enero de este año.

Su explicación se dio luego de haberse clasificado para el certamen oceánico al vencer a la china Lu Jia-jing por 6-0, 6-1 en la última ronda de clasificación al Open de Australia. “Los médicos me dijeron que no podría jugar al tenis. Y mi reacción fue: ‘Ya que dijeron eso, voy a demostrales que están equivocados’”.

Con su triunfo contra Lu, de 31 años, la tenista nacida en Leeds se clasificó para su primer torneo de Grand Slam, el Open de Australia, y este martes hará su debut frente a Shelby Rogers, número 57 del ranking mundial. Hasta ahora, Jones, que tiene la ambición de convertirse en un gran nombre dentro del deporte, había fracasado dos veces en la primera ronda de las calificaciones de Wimbledon en 2018 y en 2019.

En su última presentación perdió ante Nadia Podoroska (AFP)

En su última presentación perdió ante Nadia Podoroska (AFP)

 

La enfermedad genética que tiene es una forma de ectrodactilia, que se caracteriza por una malformación de las extremidades, y le supone un gran problema de equilibrio. “Cuando tienes menos dedos, es más difícil poner peso sobre los pies”, explicó al señalar que ella tiene más riesgos de sufrir una lesión.

“Lo peor que se puede hacer es decirme que no puedo hacer algo. Un día el doctor me dijo que mi cuerpo no estaba construido para ser una atleta ni una tenista profesional, pero mis padres me dijeron que podía ser lo que quisiera. Y les creí… En ese momento me decidí a hacerlo; esas palabras consiguieron lo contrario, me impulsaron a ser así de determinada”, explicó Jones en diálogo a El País.

Pese a todos los pronósticos y contrario al consejo de los especialistas, la británica ha logrado lo imposible y este martes buscará hacer historia. Su fuerza de voluntad, que según ella es su mayor virtud, la clasificó al certamen de Australia, habrá que esperar para saber hasta donde la llevará ahora.