Médicos que se vacunaron ven en las dosis «un rayo de esperanza»


La mayoría no tuvo efectos. Aceptan con beneplácito la vacunación, pues es una forma de prevenir los cuadros severos. Piden mantener la precaución.

 



Fuente: paginasiete.bo

Gonzalo Díaz / La Paz

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

“En el momento del pinchazo yo a Diosito le decía: ‘ojalá me haga bien’. Y mire, hasta ahora estoy bien”. Así recordó su experiencia el licenciado en enfermería Édgar Quispe Guachalla, quien recibió la primera dosis de la vacuna Sputnik V en el Hospital del Norte de El Alto. Este profesional trabaja en la unidad de terapia intensiva de ese centro de referencia para Covid-19.

De acuerdo con el reporte oficial del Ministerio de Salud y Deportes, hasta el jueves 4 de enero se habían vacunado 5.172 profesionales de  salud en todo el país. La mayoría recibió la inmunización con esperanza y  coinciden en que los mitos que circulan sobre la dosis son falsos.

 “Por las redes sociales han ido comentando muchas cosas, que uno con la vacuna se iba a volver zombie o que la vacuna enfermaba más. De pronto yo, personalmente, tal vez tenía cierto temor pero se disipó con información real”, afirmó Quispe.

A sus casi 40 años de edad, tiene una experiencia de una década en el área de la salud. Trabajó en el municipio La Asunta de Sud Yungas, La Paz, donde fue parte de campañas de vacunación, por lo que estaba familiarizado con las posibles reacciones en su cuerpo tras recibir la Sputnik V.

“Le podría asegurar que esta vacuna no tiene muchos efectos, es como las otras vacunas”, sostuvo. En el momento del pinchazo sintió el dolor habitual de una inyección. Al día siguiente, tuvo un dolor de cabeza leve, malestar y molestia lumbar. Se tomó un Paracetamol y una hora después estaba mejor.

 Él  se infectó con el SARS CoV-2 en julio pasado, durante la primera ola. Su esposa y su hijo de siete años también tuvieron la enfermedad. Ellos la superaron en su domicilio, pues no había espacio ni en el mismo centro hospitalario donde trabaja.

“Ha sido una gran impresión cuando hemos tenido al primer paciente transferido del Hospital del Tórax. La primera vez yo había ingresado con temor al área roja por todo lo que decían”, recordó.

Vio contagiarse a sus compañeros de trabajo, pero afortunadamente se recuperaron. Los abuelos de su esposa no tuvieron la misma suerte, pues ambos fallecieron en menos de una semana.

“No soy la única persona que ha vivido esto. De mis compañeras de trabajo también han fallecido sus papás hace dos semanas. Hemos vivido igual que cualquier persona, hemos sufrido la pérdida de seres queridos”, refirió.

Para el médico  Daniel Alberto Quispia Sade (35), de terapia intensiva del Hospital Viedma de Cochabamba, lo que estamos viviendo con la pandemia del coronavirus es una verdadera catástrofe. “Ahora lo único que tenemos es un poco más de evidencia en los estudios que se han realizado en otros países y de manera local, para no recomendar algunos medicamentos que se daban al inicio, como el plasma, la Ivermectina, la hidroxicloroquina, etcétera”, explicó.

En la primera ola vio que había muy pocas mujeres en terapia intensiva. En cambio ahora se observa a muchas mujeres con lesiones pulmonares.

La gravedad de la enfermedad motivó a este especialista a recibir la vacuna Sputnik V. “Me he motivado, porque algo de protección está registrado. Todavía no se tienen estudios bien hechos sobre los resultados de la vacuna, pero es algo que tiene que ayudar”, afirmó.

La revista británica The Lancet, especializada en temas científicos y médicos, publicó datos sobre la fase III del desarrollo de la vacuna del Instituto Gamaleya de Rusia. En un estudio realizado con casi 20.000 voluntarios que recibieron las dos dosis de la Sputnik V, con una diferencia de 21 días, se demostró una eficacia del 91,6% contra la Covid-19.

Quispia no tuvo ninguna reacción a la vacuna, ni siquiera sintió dolor en el lugar de la inyección. Mantuvo por precaución el aislamiento de su familia, que inició  desde el primer turno que cumplió en las salas Covid 19 del Hospital Viedma, en mayo de 2020.

“He tenido que aislarme de mis papás y de mis hermanos. Ellos son personas de riesgo, entonces he tenido que salir de mi casa y alquilar un cuarto para protegerlos a ellos. Cuando voy a verlos es desde la puerta; en realidad desde la calle, al aire libre, bien protegidos, con el miedo de no querer contagiarlos”, afirmó.

Un gran temor del personal de salud es contagiar la enfermedad a su familia, por lo que no bajará la guardia frente al virus y continuará respetando las normas de bioseguridad. Además está consciente de que la vacuna no garantiza que una persona no se enfermará o contagiará en el futuro.

Carelia Arispe Claros (27) está en el segundo año de su especialidad en Medicina Interna en el Hospital Viedma de Cochabamba. No se imaginaba que le tocaría combatir en primera línea frente a un virus, como el SARS CoV-2. “Obviamente siempre hay enfermedades, influenza, tuberculosis, VIH, hepatitis, cosas que nos podemos contagiar de manera intrahospitalaria. Una pandemia nadie se la imaginaba”, afirmó.

“Está atacando a personas jóvenes y si bien antes llegaban personas positivas no había tanto compromiso pulmonar. Es muy severo, muy grave. Lastimosamente muchos no logran salir del ventilador mecánico y fallecen. Están llegando con el pulmón más comprometido, ya no son exclusivamente personas mayores, ahora también hay personas jóvenes”.

La vacunación a personal  de terapia intensiva empezó el 29 de enero en Santa Cruz. Foto:Ministerio de Salud

Para la vacunación le pidieron una prueba PCR, que debía ser negativa. Otros requisitos son: no haber recibido ninguna vacuna un mes atrás y no haber tenido una infección de cualquier tipo 15 días antes. “La Sputnik V y la Pfizer, hasta el momento, son las que más efectividad han demostrado. Por eso me animé”, explicó.

Alrededor de 12 horas después de ver vacunada sintió algo de fiebre y mialgias, es decir, un dolor muscular difuso. Por ello tomó un analgésico. Todo desapareció al día siguiente. Estas reacciones muestran que la vacuna está surtiendo efecto y el sistema inmunológico está respondiendo a la infección simulada por la vacuna.

Ella vive sola, así que no tiene  problema con la distancia social con los familiares; pero asegura que no bajará la guardia y mantendrá las medidas de bioseguridad.

 “Es algo nuevo, si no probamos, si no damos el primer paso, nunca vamos a saber a dónde nos va a llevar toda esta situación. Por supuesto que siempre habrá diferencia de opiniones, pero hay que aprender a respetar la opinión de cada uno y pensar que todo esto es para el beneficio de todas las personas, porque ha muerto mucha gente en toda esta pandemia, es una crisis económica mundial. Lo que se está haciendo con las vacunas es la alternativa, que nos dejen avanzar porque es para el bien de todos. Es una luz de esperanza”, recalcó la doctora.

La inmunización  llegó el 30 al personal del Hospital del Norte. Foto:Ministerio de Salud

Mitos de la vacuna buscan generar  caos

En las redes sociales circula información errada y malintencionada orientada a promover ideas absurdas contra las vacunas contra  la Covid 19. Se dice, por ejemplo, que éstas pueden provocar la enfermedad, que son parte de un plan para implantar chips a las personas y que incluso alteran la genética humana.

Todas estas ideas de conspiración no son más que mitos, quizás en busca de un caos en la sociedad. “Prácticamente se podría decir que son mitómanos, el ser mitómano no es bueno”, afirmó William Fernando Alarcón Sagredo (39),  médico intensivista del Hospital Obrero  de de Tarija.

La circulación de esta desinformación respecto a las vacunas puede perjudicar la lucha contra la catástrofe epidemiológica que estamos viviendo con un sistema de salud colapsado. “Sabemos que las vacunas han sido desde siempre  beneficiosas para la sociedad. Se ha visto que enfermedades que especialmente atacan a los niños se han detenido”, continuó este profesional que ya recibió la vacuna Sputnik V.

“Tal vez el miedo corre por el tema de que las vacunas, que están siendo aceptadas y administradas en el mundo, se han desarrollado rápido por la emergencia. Se están siguiendo los pasos de control de calidad, de eficacia y de eficiencia”, explicó.

El licenciado en enfermería   Édgar Quispe con sus colegas vacunados en el Hospital del Norte, Foto: Gentileza Edgar Quispe.

Un reciente artículo publicado en la revista The Lancet que afirma que la vacuna Sputnik V desarrollada por el Instituto Gamaleya de Rusia tiene un 91,6% de eficiencia ha disminuido el temor a la inoculación.

En realidad las vacunas, como la Sputnik V, son una forma de prevención para que la enfermedad no avance hasta situaciones graves en el organismo. “Tendríamos que ser bastante técnicos  y pensar que si no nos vacunamos podemos generar muchas más complicaciones a la sociedad y a nosotros mismos”, continuó Alarcón al lamentar que la población aún no respeta las normas de bioseguridad básicas ampliamente difundidas por las entidades sanitarias.
 

Fuente: paginasiete.bo