Mojeño Trinitario: El carnaval y la preparación espiritual para ser redimidos del pecado

La comunidad originaria aglutinada en el Cabildo Indigenal, da ejemplo de plenitud y fe en los días de carnaval, ahora se preparan para vivir la Cuaresma, periodo de reflexión por los pecados cometidos, se proponen ser mejor viviendo de un modo más cristiano.   

Fuente: https://lapalabradelbeni.com.bo

Reporte Especial/Ignacio Jare Ichu.- Siguiendo las costumbres y tradiciones ancestrales y guiados por su fe en Dios, el pueblo mojeño trinitario, vivió el carnaval de una manera diferente. Lo hace invocando el nombre de Cristo, para que absuelva de los pecados a la humanidad.



Durante los tres días de carnaval, tras el repique campana, la comunidad se congrega en la capilla del Cabildo Indigenal de Trinidad, para rezar y hacer alabanzas al Todo Poderoso. Todas las parcialidades del Cabildo se unen en torno a la oración y meditación, para luego partir en procesión hasta la iglesia Catedral.

La historia se remonta a los días de Noé, cuando éste anunciaba al pueblo que vendría un gran diluvio, pues todos se habían apartado de Dios. El pueblo se divertía cometiendo excesos haciendo todo lo desagradable a Dios. Noé le hacía saber a la gente que llovería 40 días y 40 noches, pero la incredulidad los dominaba y no querían escucharle.

También se hace alusión a los 40 días y 40 noches que el Señor fue tentado en el desierto por satanás. De acuerdo a los acontecimientos acaecidos, el carnaval en el pueblo mojeño trinitario representa la actitud rebelde y pecadora del pueblo, que se pierde en la inmundicia haciendo obras abominables (detestables), que desagradan a Dios.

En la iglesia Catedral, la comunidad permanece en oración y ayuno ante el Santo Sacramento, exclamando: Eterno Padre, yo te gradezco porque tu infinito amor me ha salvado, aún contra mi propia voluntad. Gracias Padre mío, por la inmensa paciencia que me ha esperado. Gracias, Dios mío, por tu inconmensurable compasión que tuvo piedad de mí.

La única recompensa que puedo darte en retribución de todo lo que me has dado es mi debilidad, mi dolor, y mi miseria. Estoy delante tuyo, Espíritu de amor, que eres refugio inextinguible y quiero permanecer en tu adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en favor de mi consagración y entregarte mi homenaje de alabanza y adoración.

Las autoridades y parcialidades del Cabildo Indigenal regresan al cabildo, donde las esposas de los mayordomos han preparado un banquete especial. Participa el pueblo y las almas de los difuntos. Se sirve una comida especial, imprescindiblemente pollo criollo sancochado sin sal, se le reza antes de sacrificarlo.

Se coloca el pollo en la olla con el pico mirando hacia el cielo, la creencia está en qué al ser macho, cantará a San Pedro para que habrá la puerta del cielo, permitiendo que ingresen las almas de los difuntos.

En la mesa del banquete, se sientan solo las mamitas abadesas y se reza junto al pueblo durante un par de horas. Luego el doctrinero bendice la mesa diciendo:                         Señor Dios bendice nuestro pan de cada día, bendice nuestra familia y bendice estos manjares como tu dijiste, “hagan esto en memoria mía”. Todos nosotros que unidos en la fe, conservamos la salud, pese a los momentos difíciles que vivimos por la pandemia. Señor derrama bendiciones sobre todos nosotros, bendice todos nuestros pensamientos y bienestares.

Somos testigos de tu amor en penas y alegrías, acompáñanos en el duro camino de la vida y abre las puestas a nuestros hogares, amén.

Cabe apuntar, qué en el último día de carnaval, se realiza una procesión dentro de la Catedral donde se lleva el cuerpo de Cristo (Santo Sacramento).

Finalizada la procesión, el corregidor manda a un comisario a recoger todos los bastones de mando o vara de virtud de los miembros del Cabildo Indigenal, para entregarlos al sacerdote, autoridad eclesiástica que los guarda en la sacristía.

Los bastones son devueltos después de la pascua de resurrección del Señor. El acto de entrega de los bastones de mando significa que los hombres se despojan de toda autoridad y poder, en señal de paz, para dar lugar al espíritu en la meditación.

La comunidad originaria aglutinada en el Cabildo Indigenal, da ejemplo de plenitud y fe en los días de carnaval, ahora se preparan para vivir la Cuaresma, periodo de reflexión por los pecados cometidos, se proponen ser mejor viviendo de un modo más cristiano.