¿Qué hacer en las elecciones municipales cruceñas?

Opinión.

Abog. Gary Prado Araúz



En las justas electorales de 2010 y 2015 fui protagonista. De aquellos que no podíamos levantar cabeza por la fuerte presencia del alcalde Percy Fernández que a punta de carisma y cemento monopolizaba más del 50% del voto y del masismo que con todos los recursos del Estado se apropiaba del voto popular y sobre todo colla en la ciudad.

Cumplí con mi partido (MNR) haciendo campaña de sol a sol, caminando, debatiendo, dialogando, proponiendo un programa de gobierno, al que titulamos ciudadano, para alentar a que la ciudadanía fiscalice y exija transparencia en la administración comunal; que se podía seguir haciendo obras a la par que se fomentaba el compromiso ciudadano y la cultura de ciudadanía; que se podía avanzar en el ordenamiento de los servicios públicos en manos de privados y tratando de mostrar las graves falencias del gobierno de Percy que estaban deshumanizando la ciudad, que fomentaba la corrupción pública y privada, que atentaban al medio ambiente, que se habían rendido al poder del empresariado constructor y la fuerza de la dirigencia de los gremios del transporte y los mercados. Lo cierto es que sin recursos y con una estructura partidaria debilitada, era y es imposible competir.

Quizá esta hubiera sido una oportunidad de ofrecer a Santa Cruz nuestro esfuerzo, pero nuestra propuesta intra partidaria de trabajar desde 2015 hasta la que debía ser la elección de 2020 fue rechazada. Así que decidí colgar las zapatillas de caminar y me dediqué íntegramente a mi profesión.

Así que veo esta elección de palco. Estudio las propuestas y las tendencias. Observo a los candidatos y a los líderes de opinión. Leo, veo y escucho a los analistas. Me involucro en el ambiente social en el que me muevo y ahí dejo saber mis opiniones. Pero resulta que, en una situación como la actual, corresponde compartir las opiniones y tratar de aportar a una definición electoral adecuada y necesaria para la ciudad.

Debo además decir que en mis casi cuarenta años de actividad pública fui concejal suplente del extinto Arq. Sergio Antelo, una gran figura edil cruceña. Y fui funcionario municipal en dos ocasiones: como Director Ejecutivo de la Casa Municipal de Cultura, en la primera gestión de Jhonny Fernández y como Intendente y Oficial Mayor de Seguridad Ciudadana en la primera gestión de la segunda etapa de Percy Fernández. En la primera renuncié para dedicarme a una labor privada que me exigía mucho viaje al interior y exterior del país y en la segunda me renunciaron por los celos y angurria del ex fiscal y ahora candidato perdidoso a concejal coludido con una colega Secretaria de Gestión que quería mi cargo. De ambas gestiones salí sin pliegos, sin culpas y sin escándalos. Cumplí mis compromisos de trabajo en pos del vecino y la ciudad.

Ahora bien. Puedo decir que conozco personalmente a los candidatos de las principales opciones políticas y mi opinión no está marcada ni por el odio ni por el amor.

Los errores en política se pagan. Y creo que Angélica Sosa y Roly Aguilera los están pagando. La primera por conducir desde 2015 prácticamente los destinos de la ciudad con prepotencia, con absolutismo y dejando que la corrupción campee. La utilización del nombre y la imagen de Percy Fernández llegaron al hastío a la gran mayoría. Y los resultados de la última gestión son catastróficos aún en su propia lógica de primero el cemento y luego lo demás. Creer que se está haciendo gestión y forzar a los empleados municipales a trasladarse a todos los distritos a aplaudir a la jefa es tan tonto como creer que la luna es de queso.

El liderazgo no se fuerza, se construye. Y contra la eficiencia en licitar, construir y entregar obras, se nota la ingenuidad en creerse los aplausos forzados de los empleados municipales y las roscas dirigenciales vecinales. La Arq. Angélica Sosa no supo heredar al Ing. Percy Fernández. Y el Ing. Percy Fernández se equivocó de heredera. Si algo carcome un proyecto político es el rumor de los actos de corrupción y los sobreprecios en las obras. Eso, que no me consta, circula profusamente por la ciudad, como los funcionarios jerárquicos en sus autos del año rumbo a sus palacetes residenciales. Pregunten a Evo por el Fondo Indígena. Más o menos así.

En cuanto al Ing. Roly Aguilera, sus casi 15 años en la gobernación parecen infructuosos a la hora de competir por el sillón municipal. Él es víctima del pacto de no agresión que firmaron y cumplieron Percy y Rubén. Ninguno se metía en el chaco del otro. Hoy Roly salta al charco ajeno y así le va. Formación, conocimiento, propuestas tiene. Pero es como un paracaidista en quinceañero: Nadie lo conoce. No se hizo ningún esfuerzo en promocionarlo ni él lo buscó en los últimos años de su labor pública. Pudo hacerlo. Pero obviamente, se sabía que Costas era el candidato a Alcalde. Entonces no había para qué promocionarse. Ahí está el error que se está pagando. Quizá en la próxima, pero en esta no. La ciudad es muy grande y el ingeniero no estuvo presente tres lustros.

Mi amigo Oscar Eid en alguna ocasión decía que los ciclos políticos se repiten cada 20 años. Así, decía, el Dr. Paz Estenssoro cayó en 1964 y regresó en 1985. El Gral. Bánzer cayó en 1978 y volvió en 1997. Jaime volverá el 2013. Le peló, como le pela Jhonny Fernández cuando cree que puede volver. Hay que reconocer que trabajó denodadamente en re posicionarse. Lo de Tío Jhonny y Jhonny Cash, parecen adecuadas piezas de marketing. Sirven para posicionar, pero no para definir. Y ahí está el defecto de este hombre que no supo heredar ni capital político ni el otro.

Que su gestión estuvo estigmatizada por la ineficiencia y la corrupción es cierto. Que su paso por la municipalidad fue catastrófico en términos financieros, también es cierto. Que gracias a él y su prédica populista se desbordaron los mercados, es verdad. Que los planes de ordenamiento vehicular no funcionaron, que apenas se hacían obras, todo eso es verdad. Pero hace tanto tiempo que algunos ya se olvidaron y otros no lo sabían. Él apuntó a esos que no lo sabían y les ofreció sus obras faraónicas y sus proyectos carísimos e inútiles (tapar el canal Isuto), como un mago de la lámpara (casualmente su color partidario es el mismo).

Pero lo que funciona en Disney no funciona en la realidad. Ante tan peligroso despegue inicial, las críticas, los recordatorios, los archivos y la frase célebre salieron otra vez al aire y pasó lo que tenía que pasar: tu pasado te condena

Creo que Jhonny Fernández no tiene las cualidades profesionales, éticas y políticas para gobernar la principal ciudad de Bolivia. Su popularidad, como la espuma de la cerveza, está en caída libre y dejará una estela de tres concejales, pero no logrará la victoria.

Finalmente. José Gary Añez, un verdadero outsider de la política, aparece y diciendo verdades, proponiendo transparencia, golpeando de frente se posiciona como el preferido en las encuestas.

Es como una brisa refrescante en el enrarecido ambiente de la política. Si bien su profesión de periodista lo puso en los televisores y las radios de muchos hogares cruceños en las últimas décadas, lo cierto es que su participación política es nueva. Y parece preñada de éxito.

Supo leer el momento de lanzarse al ruedo y de unir bajo su liderazgo a sectores, grupos, tendencias, movimientos ciudadanos de jóvenes y no tan jóvenes que cuestionaron la gestión que finaliza, que propusieron y no fueron escuchados, que combatieron y fueron reprimidos. Supo aunar a su portentosa voz a los que habían sido silenciados.

Lo conozco y sé de su ética personal. Lo conozco y sé de su amor por la ciudad que lo vio nacer y su gente. Lo conozco y sé de su honradez personal.

Quizá no es el más enterado de los asuntos urbanos, quizá no gestionó nunca una entidad pública. Pero nos ofrece hacerlo con respeto por lo público y con transparencia. Fíjense que ninguno de los otros lo hace. No hablan de la corrección en el manejo del erario público. Eso es llamativo. Ofrecen obras, empleos, trenes, viajes a la luna y hasta la vacuna contra el covid, pero no ofrecen manejar la plata ajena con respeto. Gary sí lo hace.

Entonces. Después de este largo análisis, creo que estamos en la disyuntiva de darles la ciudad a los lobos o dársela al cazador. Como cantara Luis Eduardo Aute, entre la fe y la felonía, entre la herencia y le herejía, entre la jaula y la jauría, entre morir o matar…. Prefiero votar. Y votar por la honestidad y la esperanza, en esta ocasión histórica, en los 460 años de nuestro aniversario, es votar por Gary Añez.