Sin dinero y con cáncer, Tatiana lucha «contra viento y marea» por ver crecer a sus tres hijos

La pandemia de Covid-19 ha afectado emocional y económicamente a la familia de Tatiana. Sus hijos no pueden acceder a las clases virtuales por falta de internet y celulares inteligentes.

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Tatiana junto a dos de sus tres pequeños en su vivienda. Foto: ANF

Fuente: ANF

“Ella es un ejemplo de guerrera”, dice Ezequiel de tan solo 12 años sobre su mamá Tatiana, de 40 años, una paciente que lucha contra el cáncer de mama desde el 2017. El pequeño es el mayor de los hermanos, junto a Jaime de 9 e Isaí de 6. Esta familia sufre por la enfermedad y su desdicha empeoró con la pandemia del coronavirus (Covid-19), dejándoles sin dinero para alimentos, estudios ni tratamientos médicos.



El 2017 cuando Tatiana se enteró que tenía cáncer de mama en etapa avanzada quiso lanzarse del puente de Las Américas en La Paz, pero el futuro de sus pequeños la detuvo. Cuenta que su dolor y la depresión eran grandes, ya que al enterarse su pareja y padre de sus niños sobre su enfermedad le quitó todo su apoyo; la idea de quitarse la vida regresó a su cabeza, pero esta vez lo haría junto a sus retoños.

“He pensado en llevar a mis hijos al puente de Las Américas para morirme con ellos, no quería dejarlos solos, eran pequeñitos”, dice con tristeza. Sin embargo, Ezequiel al verla tan triste y conocer su diagnóstico le preguntó ¿te vas a morir?, esa frase la hizo reaccionar y buscar ayuda para ganarle la batalla a la enfermedad.

Al principio, pensó que con el dinero que ganaba en su trabajo de limpieza de Bs 800 mensuales podría costearse los tratamientos, no fue así. Necesitaba realizar quimioterapia, que por sesión tenía un costo de Bs 4.000 además de los medicamentos

“Yo siempre he trabajado, siempre he tenido mi platita y he dicho tengo mi plata y me voy a curar. Pero solo los medicamentos salían Bs 2.800. No tenía apoyo. El hombre que pensé que me amaba, que iba a estar conmigo en las buenas y malas se ha volcado. Mis hijos le han pedido llorando dale plata, pero él les ha respondido ‘en vano vamos a gastar plata, tu mamá se va a morir”, relata desconsolada.

Pese a quedarse sin el apoyo del padre de sus hijos, Tatiana no se dio por vencida y buscó ayuda en la Asociación de Pacientes con Cáncer del Hospital de Clínicas y allí pudo conseguir ayudar para una cirugía, luego para sus quimioterapias y radioterapias.

“La enfermedad no se ha ido aún”, dice; sin embargo, confía que en sus resultados de unos estudios que le practicaron le salga “libre de cáncer”, para disfrutar de sus pequeños, que asegura son su motor e impulso para levantarse todos los días muy temprano para salir a vender queques, aretes, todo con el objetivo de ganar dinero para sus tratamientos y la alimentación de su familia.

En la cuarentena rígida que decretó el anterior Gobierno por la pandemia, Tatiana dice que atravesó momentos muy difíciles. Por su enfermedad perdió su trabajo y tuvo que reinventarse para sobrevivir, comenzó a tejer y vender sus productos ambulando por las calles, otra vez hizo queques y así fue solventando de a poco sus gastos.

Pero su situación se agravó porque desde que comenzaron las clases virtuales, sus niños le piden megas de internet, materiales escolares y otros insumos necesarios para participar de la enseñanza. Con mucho esfuerzo compró un celular, pero hace más de una semana un avezado ladrón le robó el artefacto en un minibús.

Sus hijos perdieron una semana de clases hasta que lograron conseguir otro a medio uso, pero el audio no funciona muy bien y la pantalla esta quebrada. Aún así Ezequiel que está en secundaria es el que más utiliza el artefacto por ser “el mayor”. Jaime que está en primaria e Isaí en Kínder aceptan esa decisión. Sin embargo, se dan modos de estar al día y buscar las tareas para enviarles a sus docentes.

“Quisiera tener otro celular, porque solo él (Ezequiel) pasa clases. A veces yo entro tarde al curso (virtual)”, dice Jaime, que es un estudiante destacado de su curso.

Por su lado, Ezequiel relata que, por la escasez de dinero, su mamá sólo puede comprar megas para que solo uno de los tres participe en las clases. “Mi mamá como no tiene plata a veces solo compra megas para mí, y mis otros hermanitos no pasan y los dos son buenos alumnos. Me da pena verlos así, pero mi mamá no puede porque ella trabaja todo el día y a veces llega con dolores”, indica.

Al hablar sobre la enfermedad de su mamá, a Ezequiel se le quiebra el corazón y recuerda que desde que su progenitora comenzó el tratamiento fue él quien la ayudó en todo el proceso e incluso aprendió a cocinar para sus hermanitos.

Dice orgulloso que cuando su mamá estaba internada o hacía sus sesiones de radioterapia, ellos la esperaban con los alimentos preparados y los cuartos limpios para que ella descanse.

“Muchas veces no hemos podido dormir, ella (su mamá) se levanta a las 01.00 o 02.00 de la madrugada porque se revolcaba de dolor, nosotros la cuidábamos, mi papá no. Nosotros estábamos ayudándole en todo, limpiábamos, barríamos los cuartos, lavamos los pisos y yo cocinaba para que cuando ella se levante coma y solo descanse. Sin ella no somos nada, ¿qué hubiese sido de nosotros?”, afirma.

La familia de Tatiana necesita ayuda, sobre todo los tres pequeños que requieren un celular para pasar las clases virtuales, que es la modalidad que rige a nivel nacional por la pandemia del Covid-19. Para ayudarlos puede comunicarse al número celular 63161213.