Turba tu abuela

La devolución del crédito contraído con el Fondo Monetario Internacional (FMI), causó una serie de opiniones a favor y en contra, para poder comprender esta operación financiera, es necesario aclarar algunos aspectos fundamentales.

El FMI tiene la misión de asegurar la estabilidad del sistema monetario internacional, supervisando las políticas económicas aplicadas por los países miembros, proporciona préstamos a los países que están expuestos a problemas de balanza de pago, con la condición de implementar programas de ajuste, como fue el caso de nuestro vecino Argentina durante el gobierno de Macri.



Los programas de ajuste que exige el FMI, se implementan a través de políticas tributarias, control del gasto público, cambios en el sistema financiero, cambios en el sector monetario y tipo de cambio.

En este sentido, el financiamiento del FMI estaba condicionado a la implementación y el fiel cumplimiento de los ajustes económicos recomendados, medidas que eran de corte neoliberal y afectaban a la población más vulnerable.

Recordemos que, en abril de 2020 Bolivia se vio sorprendida con el retorno del FMI, se anunció la otorgación de un crédito, con la recomendación de realizar un ajuste en el tipo de cambio, luego de superar la pandemia.

En el marco de la Constitución Política del Estado y la Ley del Endeudamiento Público, este Crédito debería ser aprobado por la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), sin embargo, fue rechazado por la recomendación realizada por el FMI, exigencia que se traducía en un ajuste en el tipo de cambio a través de la devaluación de la moneda nacional.

Una devaluación de la moneda nacional es una medida neoliberal que merma el poder adquisitivo de los salarios, es decir reduce el salario real, crea una inestabilidad económica del sistema financiero, afecta de manera muy directa a los ciudadanos que tienen depósitos y créditos, lo peor de esta medida son los procesos inflacionarios que puede genera, como los que ya vivimos. Por tanto, es una medida antipopular que solo beneficiara a los más poderosos.

El crédito rechazado por ALP ya había ingresado y generado costos para la economía nacional, ante esto el gobierno de facto quiso tapar sus errores, buscando otras figuras financieras como la devolución de aportes o el intercambio de divisas.

El intercambio de divisas es una operación financiera muy similar a la compra de dólares, cuando una persona requiere esta moneda, se dirige al banco o casa de cambios donde entrega una cantidad de bolivianos a cambio de dólares, a un tipo de cambio previamente fijado, esta operación no genera intereses ni la obligación de devolver los dólares adquiridos. Por tanto, es muy diferente a un crédito, donde el prestatario debe pagar un interés y otros costos financieros, además, debe devolver el capital de acuerdo a un plan de pagos.

El financiamiento concedido por el FMI no se acomoda a un intercambio de divisas, es un crédito condicionado, toda vez que tiene costos financieros, genera intereses y contaba con un plan de pagos para amortizar el capital adquirido.

Llama la atención que cadáveres políticos que retornaron del cementerio, como Ronald MacLean ministro del dictador Hugo Banzer; y el Vallegrandino Iván Arias que fue secretario privado de Víctor Hugo Cárdenas cuando ejercía la vicepresidencia en el gobierno de Gonzalo Sánchez (GONI), y ministro del gobierno de facto de Añez, consideren que el crédito del FMI sea un intercambio de divisas, mostrando su esfuerzo para proteger al gobierno de facto y confundir a la población.

Debe quedar claro que, el FMI concedió un crédito con la condición de devaluar la moneda boliviana, medida que no afectaría a políticos decadentes como Ronald MacLean que vive años en Estados Unidos, que solo aparecen en tiempos de elecciones, con un total desconocimiento de la realidad nacional.

Es muy lamentable que este señor califique al gobierno constituido democráticamente como turba, esto muestra su desesperación por el fracaso del modelo neoliberal, reconociendo que sus élites políticas fueron un desastre para el país, toda vez que solo pensaban en los más poderosos en desmedro de la población boliviana; este señor debe entender que turba fue lo que su abuela manejó para proteger los intereses de las élites económicas y políticas, grupos de terratenientes que tenían el pleno dominio de la población boliviana, privilegio que les dolió perder.

Aunque les duela aceptar a los neoliberales, durante la aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, Bolivia tuvo grandes transformaciones políticas, económicas y sociales, reconocidos por organismo internacionales; la forma de pensar de los bolivianos cambio para bien, ya no es posible someternos como lo hacían en los gobiernos de Goni o Banzer, se cuenta con una población más informada y preparada con mucho patriotismo y dispuestos a defender los avances logrados.

No debemos dejarnos sorprender por estas falsas opiniones de políticos neoliberales que buscan confundir a la población, no somos la turba que ellos siempre quisieron tener y manejaron a su antojo; el país cambio, estamos en tiempos donde nuestras políticas las diseñamos e implementamos los propios bolivianos, pensando en nuestro futuro y la de nuestros hijos, sin condiciones ni chantajes.

* El Autor es Economista.