Concentración y MAS juicios, para esconder una triste derrota electoral


Es increíble que el mayor partido político actual en Bolivia, esté viviendo una época de ilusión colectiva en la que el discurso es una máscara que esconde la realidad. Lo que es peor, su dirigencia se está inventando un mundo utópico con relación a su debilidad, fracaso electoral y derrota en las urnas, queriendo generar en sus filas partidarias una categoría de realidad absoluta, lo que constituye una hipertrofia de la razón.

Estamos viviendo como país, una época crítica en varios aspectos que aquejan el futuro de los bolivianos, desde la crisis sanitaria (la falta de vacunas, la deficiente infraestructura hospitalaria, la falta de ítems para profesionales médicos, etc.); La crisis financiera (la reducción drástica de las reservas internacionales, el retiro de PETROBRAS, la disminución de la venta de reservas de gas, la falta de exploración, la iliquidez financiera, las restricciones a las exportaciones, el cobro de IGF, el desincentivo a las inversiones, etc.); La crisis en educación (la ausencia total de un programa real para enfrentar la educación a distancia y virtual, el sofocamiento y la presión a los colegios privados, la paupérrima conexión a internet a nivel rural, un satélite que no presta un servicio adecuado, etc.); La crisis de la corrupción (el enriquecimiento ilícito, las coimas a los miembros más alto del poder ejecutivo, una justicia corrompida por el poder político, etc.) y la crisis de valores y principios en la sociedad política. Esto más otros elementos que día a día sucede en Bolivia, nos tienen que llevar a llamar a las cosas por su nombre y asumir como ciudadanos el protagonismo de nuestro futuro como nación para desenmascarar el engaño en el que estamos y evitar la desconfianza y la desesperanza, propias de un mundo imaginario que, sin ninguna intencionalidad, entre todos estamos construyendo.



En democracia las elecciones son normales y, naturalmente deseables. Pero no son gratis. No nos referimos al costo económico, sino a la calidad de las decisiones que puede tomar la alta dirigencia de un partido, en este caso el MAS, para avergonzar a quien actualmente es el presidente del Estado Boliviano. Los malos cálculos electorales de las últimas elecciones sub nacionales, han hecho que los masistas convoquen a una concentración de adeptos partidarios en Cochabamba (la mayoría funcionarios públicos) pro Covid, más, que de apoyo a Luis Arce, Choquehuanca y Evo Morales, desconociendo totalmente a los 2 millones de votos, que significa simplemente un 42 % de apoyo electoral, que recibieron a nivel nacional en los diversos departamentos, una semana después de la última votación de balotaje.

El querer demostrar fuerza a través de fotos que divulgaron los diferentes medios estatales y masistas a nivel nacional de este acto insulso, no hicieron MAS que ratificar la debilidad y la división que sufre el partido de gobierno, como así también, demostró la pérdida de liderazgo del pedófilo Evo Morales y una preocupante sumisión de Luis Arce Catacora al ala radical de la vieja y organizada plebe masista, que pretende llevar al gobierno, al despeñadero de una ingobernabilidad con nefastos resultados para todo el país.

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¿Concentración y promesa de nuevos juicios?  ¿Con qué fin? Es lo que la gente se pregunta y critica; La concentración completamente inapropiada, puede conllevar a una ola de contagio del Coronavirus a niveles dramáticos sobre toda en el departamento de Cochabamba y la promesa de nuevos juicios políticos, no es más que una tonta y novelera acción del gobierno, para esconder sus falencias y desviar la atención pública de la realidad critica que atraviesa su gestión gubernamental.

Cualquier tipo de noticia sirve para distraer la pérdida de confianza del electorado, el hecho del abuso de un menor de parte de un médico sobre su hijastro, sirvió para que el ministro de gobierno aparezca en los medios jactándose de la detención del galeno que se había entregado por cuenta propia. Lo curioso es que hace una declaración pública indicando: “El menor y todos los menores deben ser protegidos por el Estado” olvidándose que su jefe de partido y expresidente es un pedófilo consuetudinario que mantiene varias acusaciones en su contra siendo protegido de una manera asquerosa por el poder judicial en su conjunto.

En síntesis, el gobierno no asume sus responsabilidades, buscan justificar los efectos sociales que provocan las actuaciones de sus “JEFES SUPREMOS O DUEÑOS DEL PARTIDO” simplemente por no tomar en cuenta la existencia de los otros con los que se interacciona o de aquellos que una vez pertenecieron y buscan su liderazgo propio. Por eso, los discursos y las actuaciones posteriores están llenos de razones que manipulan los resultados “no queridos”.

No importa si todo se tambalea, si las instituciones quedan en entredicho. Si las razones argumentadas no tienen consistencia, no importa. Lo único que prevalece realmente es que el discurso consiga convencer a los afectados. Así, van superando los efectos que se han producido sobre la imagen del personaje nefasto. Ese es el objetivo, y con ello pretenden que los problemas acaben ahí.

En el fondo, el discurso actual de Arce Catacora, de Choquehuanca y de sus ministros, es una máscara que nos oculta la realidad. Dicha máscara está hecha con los ingredientes que requiera la oportunidad. Esos ingredientes nunca serán los mismos, ya que para ello se prostituirá la palabra, que cambiará su sentido según convenga.

Se usarán las palabras que pueden confundir la conciencia que el pueblo posee de los hechos; se ocultará la realidad tras aquellas palabras que tienen eco en la equidad del que escucha. De esta manera, el otro o los otros son enredados en los cables del discurso oportunista que acostumbran construir una realidad aparente, respaldada siempre, por la supuesta autoridad del que habla: en eso han avanzado mucho las técnicas de la comunicación masista y el poder judicial dominado por el poder ejecutivo.

Es bueno recordar que: “Los Políticos y los pañales deben ser cambiados regularmente, por el mismo motivo”