La desigualdad en el acceso a las vacunas lastra la lucha contra el Covid-19

Líderes globales advierten de que las vacunas serán inútiles si los países de bajos ingresos no tienen acceso a ellas y esto da al coronavirus la posibilidad de seguir mutando.

    David Sloan

defaultFuente: DW

Líderes globales han advertido en una reunión del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que la falta de acceso a las vacuas en el mundo en desarrollo y los países de ingresos bajos no solo exacerbará las desigualdades económicas y sanitarias globales, sino que también se convertirá en un obstáculo en la lucha contra la pandemia de coronavirus.



Meses antes de que las vacunas se pusiesen a disposición de la población, los países ricos pudieron asegurarse millones de dosis de vacunas contra el COVID-19, un privilegio al que no tuvo acceso el resto del mundo. Estados Unidos encargó por anticipado 800 millones de dosis de las vacunas antes de que estuvieran desarrolladas, mientras que Reino Unido pudo hacerse con 340 millones de dosis.

En abril se han distribuido unos 700 millones de dosis, la mayoría desde América del Norte y Europa.

«Desde que empezó la pandemia, la solidaridad y la unidad nacional no han funcionado tan bien como a uno le gustaría”, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanon Ghebreyesus, en una reunión del Grupo del Banco Mundial. «Compartir y apoyarse mutuamente no es caridad”.

Esta distribución asimétrica se ha convertido en motivo de preocupación de los líderes globales, que aspiran a ampliar esa distribución en un contexto de alta demanda, desafíos logísticos y problemas de desconfianza en comunidades locales. Algunos países tendrán que esperar meses e incluso años hasta que toda su población pueda ser inmunizada.

Una obligación global

Preocupa que los países ricos hayan monopolizado las vacunas, dejando a las naciones de menores ingresos en la estacada. Y los expertos temen que, sin una distribución adecuada de la vacunas, las variantes del virus aumenten y muten, comprometiendo así el progreso logrado desde que llegaron las vacunas.

«Se le está dando al virus un espacio para seguir propagándose y mutando, así vamos a tener más variantes”, dijo el director de la OMS. «Incluso aquellos países con suficientes dosis de las vacunas estarán inseguros”.

La preocupación es que las vacunas acaben siendo ineficaces contra las nuevas variantes del coronavirus y esto provoque un estancamiento en la lucha contra el COVID-19.

Críticas al nacionalismo de vacunas

Las críticas se dirigen especialmente a aquellos países que muchos consideran haber abrazado el nacionalismo de las vacunas. En Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha revocado alguna de las decisiones de la administración de Donald Trump relativas a la salud global. Por ejemplo, ha vuelto a la OMS y ha optado por apoyar la iniciativa COVAX. Sin embargo, la mayoría del abastecimiento de vacunas ha sido únicamente para uso nacional, profundizando en la brecha entre quienes tienen las tienen y quienes no.

«Necesitamos solidaridad internacional”, dijo Axel van Trostsenburg, gerente de operaciones del Banco Mundial. «Tenemos que reservar una cierta parte de la capacidad para los países de ingresos bajos. Nos arriesgamos a que se queden al margen y reciban la mayoría de sus dosis el año que viene”.

No son pocos quienes consideran que los países ricos no están esforzándose en serio para combatir esta desigualdad en el acceso a las vacunas. Gran parte del mundo desarrollado ha acordado públicamente que es necesario apoyar estos esfuerzos globales, pero los críticos subrayan que hay una enorme distancia entre sus promesas y los hechos.

«Si los principales países acordaran resolver este problema, lo pueden lograr”, dijo Tedros Adhanon Ghebreyesus. «Tienen todo lo que necesitan para hacerlo, lo que falta es la voluntad política”.

Falta de preparación

Uno de los obstáculos más evidentes ha sido la falta de preparación para hacer frente al problema de distribuir la vacuna de una forma equitativa.

«Llevamos 30 años atrapados en el mismo sitio, reviviendo el problema de una respuesta equitativa a las emergencias”, dijo Gro Brudtland, ex primera ministra de Noruega. «Los países de ingresos bajos han vacunado a menos del 1% de su población y muchos países todavía no han recibido ni una sola dosis”.

Brudtland advirtió de que los sistemas internacionales actuales no están preparados para afrontar un asunto global de esta escala. La respuesta de la comunidad internacional sigue estando en el núcleo de este problema.

«Las inversiones han sido solo una mínima parte de lo requerido, se han invertido millones cuando tendrían que haber sido miles de millones”, dijo Brudtland.

La advertencia es que la comunidad global está pagando el precio de la falta de inversiones y el mundo está intentando responder con urgencia desafíos que tendrían que haber sido afrontados hace generaciones.

«Necesitamos un refuerzo sistemático del sistema de salud. Es un trabajo duro, no se verá en las cámaras, pero creo que es absolutamente necesario”, dijo van Trostsenburg.

(eal/ers)