En un registro audiovisual que difundió el 12 de octubre de ese año, el expresidente manifiesta: “Estoy comprometido para ayudar en esa reconciliación”.
Pablo Peralta M. / La Paz
En un video de 2020, Evo Morales prometió ayudar a lograr la reconciliación en Bolivia. Sin embargo, en seis meses del gobierno de Luis Arce no promovió aquello y más al contrario, según la oposición, el expresidente es uno de los impulsores de la confrontación.
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El registro audiovisual fue difundido el 12 de octubre 2020 por Morales, seis días antes de que Arce ganara en las elecciones de ese año. En el video, entre otros detalles, Morales habla de la reconciliación y llama a lograr ese objetivo, debido a que -dice- en noviembre de 2019 Bolivia se dividió.
“Invito a todos los bolivianos a la reconciliación. Estoy seguro de que la división de nuestro país fue la más grave consecuencia de la tragedia política que estamos enfrentando desde noviembre de 2019 y será el primer gran desafío del nuevo gobierno”, expresa Morales en el registro.
En el video, el jefe del MAS también habla de construir un “gran acuerdo nacional”. “Estoy comprometido para ayudar en esa reconciliación. Debemos dejar de lado las diferencias y los intereses sectoriales y regionales para lograr un gran acuerdo nacional con partidos políticos, empresarios, trabajadores y Estado”, asegura Morales.
Casi siete meses después de la difusión del video, se evidencia que el expresidente Morales no buscó esa meta y, al contrario, marcó diferencias con las fuerzas de oposición.
Entre enero y abril, Morales acusó a la “derecha” de difundir la falsa versión de que se había contagiado Covid-19, aunque después se confirmó que efectivamente había dado positivo (11 de enero); de enviar infiltrados a reuniones del MAS para generar violencia, luego de que recibiera un silletazo en la cabeza en Lauca Ñ (14 de febrero); pensar sólo en “ellos”, lo que dificulta el trabajo, palabras que mencionó durante un acto de campaña en El Alto (23 de febrero); y, después de la derrota del MAS en el balotaje, de haber originado la idea de “dedazo” para supuestamente dividir al MAS (25 de abril).
Beto Astorga, diputado de Comunidad Ciudadana, declaró a Página Siete que el mensaje del video de Morales de 2020 saca a relucir un “doble discurso”.
“Lo único que le interesaba era volver al poder, y de alguna forma lo logró, ya que él es el que maneja el poder, es el rey detrás del trono. Y bueno, se pudo observar que en ningún momento ha querido ninguna reconciliación. Al contrario, ha regresado de Argentina para vengarse y lo único que está buscando, con la falsedad de la mentira del ‘golpe de Estado’, es que se empiece a detener a gente inocente”, indicó el legislador.
Fernando Llapiz, diputado de Creemos, manifestó a este rotativo que el MAS “se está aplazando” en esta materia, puesto que lo primero que hizo ese partido, después de ganar los comicios de 2020, fue suprimir los dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional. “¿Qué significa esto?, que el 50% del país si bien tiene representantes, no tiene una voz en el Parlamento. Todo se decide por la mayoría absoluta del MAS”, lamentó.
“Yo realmente pienso que Evo Morales genera terror dentro de sus parlamentarios. Llegué a conversar con varios diputados del MAS y me han dicho que no pueden apoyarme porque soy ‘de oposición’. Pese a que sea un buen proyecto que pudiera plantear, me dicen ‘no, no podemos, nos cortan la cabeza’”, manifestó Llapiz.
El legislador comentó que hace poco más de un mes presentó un proyecto de ley sobre la regulación de la bandera del patujú como símbolo patrio, puesto que -subrayó- representa a los indígenas de tierras bajas.
“Eso se mandó a la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, presidida por el diputado del MAS Renán Cabezas, pero se rechazó el proyecto, excusándose de que se tenía que hacer una modificación de la Constitución, que se tenía que hacer un referendo… O sea era simplemente regular el uso de la bandera del patujú a nivel nacional, así como se hace con la wiphala (…). El proyecto de ley tenía el objetivo de mostrar esa unidad entre oriente y occidente, dar un pequeño paso de mostrar la pluralidad de nuestro país, pero lastimosamente no lo ven así”, dijo.
Para el oficialismo, la reconciliación no es cuestión de un apretón de manos, puesto que se considera que no puede haber reconciliación sin justicia. “No podemos tener reconciliación si no hay justicia. No podemos tener reconciliación si las víctimas a esos sucesos no encuentran la respuesta a su clamor de justicia”, sostuvo el canciller Rogelio Mayta, en noviembre de 2020.
Evo, la reconciliación y la “derecha”
Oferta El 12 de octubre de 2020, el expresidente Evo Morales, desde su exilio en Argentina, prometió: “Estoy comprometido para ayudar en esa reconciliación”.
Covid-19 El 11 de enero, ante las versiones que circularon sobre que se había contagiado con la Covid-19, el expresidente Evo Morales lo negó y apuntó a la “derecha”. Sin embargo, días después se confirmó que había dado positivo.
Silletazo Después de que recibiera un silletazo en Lauca Ñ, el 14 de febrero, Morales apuntó a la “derecha” y la acusó de buscar destruir la unidad del MAS, enviando “infiltrados” para generar violencia.
Campaña En las subnacionales, Morales aseguró, el 23 de febrero, en El Alto, que “con la derecha no se puede trabajar, sólo piensan en ellos”.
Dedazo El 25 de abril, después de la derrota del MAS en el balotaje, Morales aseguró que la idea del “dedazo” provino de la “derecha boliviana y del imperio”, y que es parte de la estrategia para dividir al MAS. No obstante, esa idea provino de las propias bases del MAS. Se la escuchó en la etapa de elección de candidatos de ese partido en diciembre de 2020.