En Tarija, el MAS fue traicionado por su asambleísta y el sector indígena asumió la presidencia de la Asamblea con apoyo de partidarios de Óscar Montes. En Santa Cruz Creemos recibió el apoyo indígena.
Cándido Tancara Castillo / La Paz
La oposición relegó al Movimiento Al Socialismo (MAS) en al menos cuatro regiones en la presidencia de concejos municipales y asambleas departamentales, y para ello contó con el apoyo de autoridades electas indígenas y también con la aplicación de normas vigentes, como la mayoría absoluta y equidad de género. Esta situación, según un analista, es resultado de la lucha nacional antimasista en el plano regional, pese a que son escenarios diferentes.
En Santa Cruz, el MAS esperaba contar con el voto de los indígenas, uno de ellos prefirió apoyar a Creemos para hacer de Zvonko Matkovic presidente de la Asamblea Legislativa Departamental. Con el voto de 13 asambleístas y una abstención, Matkovic fue elegido en abril presidente del legislativo. El representante yuracaré moxeño Wilson Cortez facilitó la instalación de la sesión y elección de la directiva. La plancha propuesta por el MAS contó con 11 votos, cuando se esperaba 14, 11 de ellos del MAS y tres representantes indígenas. Por esta derrota, la bancada del MAS se replegó.
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La directiva fue completada con Óscar Feeney (Creemos), como primer vicepresidente; Susana Vaca (MAS), segunda vicepresidenta; y Paola Aguirre (Creemos), secretaria general.
En Tarija, el MAS esperaba también el apoyo de la representación indígena, pero este sector prefirió recibir el apoyo de los partidarios del gobernador Óscar Montes y se hicieron de la presidencia del legislativo departamental. Al menos dos factores fueron decisivos para la derrota azul: el MAS constató que su asambleísta votó en contra de la plancha masista. Dijeron que identificaron al “traidor”. “No puedo dar el nombre, pero se ha identificado al asambleísta y está en manos del partido que junto a movimientos sociales deben decidir. Como bancada ya hemos informado”, dijo la asambleísta Marina Hoyos (MAS) a El Deber.
El segundo factor en la elección de la presidencia del legislativo fue que el bloque del gobernador Montes decidió apoyar a un asambleísta de la bancada indígena, el guaraní Nicolás Montero, para garantizar la gobernabilidad.
En Sucre, el MAS tiene como alcalde electo a Enrique Leaño y cuatro concejales al igual que República 2025, pero este último se impuso con la fórmula mayoría absoluta para hacerse de la presidencia del Concejo Municipal. Este argumento es aplicado por el oficialismo en el Senado y Diputados. Los concejales azules pretendían aplicar mayoría simple.
Luego de dos jornadas y en tres votaciones empantanadas, finalmente Carmen Rosa Torres, de R2025, se quedó con la presidencia del ente legislativo con el apoyo de su bancada y de los concejales de Comunidad Ciudadana (C-A), Unidos y Chuquisaca Somos Todos (CST). Antonio Pino (R2025) es el vicepresidente y Jenny Montaño (C-A) es la concejala secretaria. El MAS quedó fuera de la directiva porque se aplicó la minoría para los otros cargos.
El otro escenario subnacional, donde el MAS no solo perdió las elecciones el 7 de marzo, sino también la posibilidad de que la exministra y ahora concejal Wilma Alanoca accediera a la vicepresidencia del Concejo Municipal por una estrategia al parecer aplicada por Jallalla, que tiene ocho de 11 curules. La exministra de Evo Morales no esperó ni siquiera que la nomine su bancada, se autoproclamó candidata. Jallalla propuso y posesionó a Iris Flores presidenta del Concejo y, por tanto, el vicepresidente debía ser varón. Alanoca dijo que en otros municipios no respetaron esa condición e insistió en su postulación.
Entonces el MAS propuso los nombres de Daniel Ramos (MAS) y Alanoca para la vicepresidencia y se sometieron a la votación. La exministra consiguió tres votos y Ramos seis y fue posesionado como vicepresidente.
Punto de Vista
Paúl Coca, analista político
Ahora el MAS está sufriendo
Hay que diferenciar dónde el MAS ha ganado, en Sucre, y dónde no ha ganado. En El Alto el MAS tiene tres concejales, donde hay una aplanadora, la misma que el MAS tiene en el Legislativo, pero la está sufriendo en otros lugares donde no tiene mayoría y tiene una aplanadora en su contra.
Hay municipios como Sucre, donde el MAS ha ganado y no se puede negar, pero el MAS con su estrategia de agarrar y estar en contra de todo el mundo ha hecho que todos los rivales del MAS e incluso los rivales afines y rivales no afines al MAS terminaron uniéndose para enfrentarlo. Es algo que el MAS ha hecho y los rivales por más que sean dispersos han logrado unificarse para quitarles la presidencia del Concejo.
Ese es el juego de poder que el MAS, a diferencia de años anteriores, no supo seducir a los opositores municipales como lo hacía antes para que lo apoyen.
Los rivales políticos prefieren unificarse en contra del MAS llevando esa lucha nacional en el plano municipal, pese a que son escenarios diferentes. El MAS tiene dos opciones o hace oposición constructiva, donde se muestre el aporte que el MAS puede hacer despojándose del color, o hace una oposición destructiva, salvo Sucre, y solo fiscalice y cuestione, pero el segundo es contraproducente.