Fuente: Facebook Eduardo Bowles
El basquetbolista de la NBA Joshua Reaves dice que sus abuelitos le advirtieron sobre la realidad del deporte boliviano cuando vino al país para enlistarse en la selección nacional y ayudarla a clasificar al mundial que se jugará en 2023 en Filipinas.
Lo que nunca imaginó es que lo harían hambrear, que lo obligarían a dormir amontonado en un coliseo y que él mismo se pague su pasaje.
Y eso no es nada, pues hay atletas nacionales que hacen queques para costearse su entrenamiento, a otros los hacen viajar en aviones de carga y también los llevan en camión como si fueran animales que van al matadero.
Reaves quedó espantado por lo que vio y retornó a Estados Unidos, donde tiene la oportunidad de volverse millonario en la liga más famosa del mundo.
Lo que debieron decirles sus abuelos es que en Bolivia hay que ser pacientes y que la verdadera carrera deportiva no se hace en las canchas, sino como dirigente, donde se logran los puntos más lucrativos. Es tan rentable el deporte en Bolivia que a lo mejor te vuelves ministra simplemente por hacerle unas gambetas al “jefazo”.