Ecomarka propone convertir las cenizas de un ser querido en un árbol

Se trata de una opción para el entierro de los difuntos, que además de ecológica es mucho más económica que la tradicional.

 



Herlan Prada Siles inició Ecomarka hace tres años en la ciudad de Cochabamba. De acuerdo con lo planificado, el crecimiento de su emprendimiento debía ser gradual. Sin embargo, la llegada de la pandemia de la covid-19 impulsó su desarrollo aceleradamente.

Herlan Prada Siles inició Ecomarka hace tres años en la ciudad de Cochabamba

Ecomarka es uno de los proyectos finalistas del concurso de Ideas Emprendedoras en Pandemia organizado por la Fundación Samuel Doria Medina Arana., que tiene como objetivo principal impulsar a emprendedores bolivianos en este momento difícil por el que atraviesa la economía del país.

Herlan es scout y desde niño vive en comunión con la naturaleza y consciente de la importancia de cuidar el medioambiente y dejar el planeta en buenas condiciones para las nuevas generaciones. Esta pasión la transmitió a sus hijas, con quienes realiza actividades de jardinería los fines de semana.

En uno de los tradicionales encuentros que Herlan sostenía con sus pequeñas, surgió una charla sobre lo que sucede después de la muerte. Comenzó al recordar a una abuelita que había fallecido poco tiempo atrás. Fue entonces que toda la familia coincidió en que después de fallecer sería maravilloso convertirse en un árbol que produjera más vida. Tiempo después, esta idea fue la matriz para la creación de un innovador emprendimiento.

Gracias a su formación académica y experiencia en sistemas y marketing, Herlan desarrolló una inusual idea. Se trata de una opción para el entierro de los difuntos, que además de ecológica es mucho más económica que la tradicional.

Así surgió Ecomarka, que ofrece a sus clientes urnas biodegradables para contener las cenizas del cuerpo. En ellas se coloca, a la vez, un plantín. De esta manera, la esencia de nuestros seres queridos puede permanecer entre nosotros impregnada en un árbol.

Además, el usuario tiene acceso a un sistema de geolocalización que le permite identificar, en el tiempo, dónde se encuentra el árbol que creció en base a las cenizas de su ser querido

La urna biodegradable está fabricada con hummus, arrocillo, afrechillo y otros componentes naturales, por lo que, una vez que el árbol es plantado, este contenedor se degrada con el agua y se convierte en abono para la planta.

Fabricar una urna con esas características no fue fácil. En el camino Herlan dio fin a dos licuadoras y una procesadora de alimentos, hasta que logró el producto adecuado para no dañar el medioambiente.

La mayoría de los clientes de Ecomarka realizan la plantación en el jardín de su casa, mientras quienes viven en departamento optan por alguna especie ornamental o se inclinan por un árbol bonsái. Sin embargo, existe también la posibilidad de plantar en espacios abiertos.

El segundo paso en el proyecto de Herlan es la creación de un bosque santo, en los que los interesados podrán comprar nueve metros cuadrados para plantar la urna biodegradable con el plantín de su elección.

Herlan estuvo gravemente enfermo y sobrevivió al Covid-19. Esto le permitió entender aún más la sensibilidad de sus clientes, quienes inevitablemente sufren al despedir a sus seres queridos. Ahora cree que convertir las cenizas de estos en un árbol transmite esperanza a los familiares.

En caso de que el emprendimiento de Ecomarka sea uno de los cinco ganadores del concurso de la fundación Samuel Doria Medina Arana, los fondos serán destinados a marketing y publicidad.

Para conocer más sobre Ecomarka se puede ingresar a su página de Facebook con el siguiente identificador @Ecomarka.