El mural de la vida: Lorgio Vaca se sienta a escribir su propia historia


De la mano del comunicador e investigador Fernando Valdivia, el maestro del muralismo en Bolivia se apresta a publicar sus memorias, en un libro que propone recorrer una de vida de casi 91 años en la que forjó su propia identidad artística

Foto: Marcelo Suárez
Foto: Marcelo Suárez

Fuente: El Deber

“No pensé llegar a vivir tanto”, dice Lorgio Vaca, sorprendido, en cierta forma, al recordar que dentro de dos meses cumplirá 91 años. Con la claridad meridiana con la que siempre se expresa y rodeado de cuadros, bocetos, material de trabajo y recuerdos que atesora en su taller del barrio La Madre, donde vive desde años, reconoce que nunca se imaginó publicar un libro sobre su vida. Y hoy está a punto de lograrlo.

El mural de la vida se titulan las memorias de Lorgio Vaca Durán, que nació un 24 de septiembre de 1930 y que se convirtió en uno de los más grandes artistas de Bolivia, gracias a una vasta obra, especialmente la muralística.



Un viejo amigo suyo, el comunicador e investigador Fernando Valdivia, es responsable en gran medida de que la biografía de Vaca sea una realidad, como resultado de una serie de entrevistas y conversaciones que comenzaron a entablar en 2016. El lector tendrá en sus manos una obra escrita a cuatro manos, con la particularidad de que el consagrado muralista es uno de los autores.

Se tiene previsto que el libro sea presentado este año, actualmente se encuentra en las gestiones de financiamiento de su impresión.

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Con luz propia

Lorgio Vaca es dueño de una obra que trasciende las barreras ideológicas, culturales y geográficas. Ha sido sido capaz de exponer su punto de vista sobre las transformaciones políticas de las sociedades y se ha convertido en universal a partir de su visión del ser humano en toda su extensión.

“Cada uno de nosotros es un pilar sustancial en este mundo”, expresa el artista, que reafirma que todas las culturas merecen ser respetadas bajos sus propios principios y valores.

Vaca considera que este momento difícil que atraviesa la humanidad es propicio para volver al origen, a la visión de nuestros ancestros, para encontrar la respuesta a muchas de las preguntas de nuestra existencia.

Inquieto

Más allá de que en su taller llega a quedarse trabajando durante muchas horas, don Lorgio no es amigo del encierro, la pandemia lo obligó a ello y hoy lamenta no poder conducir su vehículo debido a que no ha podido renovar su licencia.

Sin embargo, eso no le impide estar presente donde se lo solicita. Recientemente estuvo verificando, junto a autoridades municipales, algunos de los murales de su creación que se encuentran en la ciudad, incluyendo Bebederos de los tigres y sapos, la obra que se luce en el zoológico y que fue intervenida por funcionarios con la idea de mejorarla, pero, lamentablemente, sin criterios de restauración artística.

El hecho ha motivado diversas ideas para preservarlos y que sean revalorizados por la ciudadanía. Entre las sugerencias está incluirlos en una ruta turística y organizar visitas de estudiantes para que los conozcan de cerca.

Opinión

Escrituras cruzadas: Lorgio y Fernando

Jorge Luna Ortuño / Investigador y Filósofo

Hay que estar un poco poseído cuando se escribe, y en este caso Fernando Valdivia y Lorgio Vaca han logrado entrar en un trance compartido, escribir un libro entre dos, en el que la sintaxis se conjuga y los pensamientos se han entrecruzado. Valdivia es un talentoso narrador de historias, de amplia cultura universal, que combina el rigor informativo con el temple poético; cada uno de los textos ha sido revisado por Lorgio Vaca y en muchos casos él mismo ha escrito sendos pasajes donde deja ver la calidad de su prosa, por si faltaba tomar cuenta de otro más de sus talentos.

Recuerdo la primera vez que Lorgio me habló de Fernando, del sueño que cultivaban juntos de llevar a un libro la larga serie de entrevistas y conversaciones que estaban realizando al menos una vez por semana en las noches. Aquellas tertulias que grababan religiosamente en el taller de Lorgio les permitía interiorizarse en los recovecos de la memoria, aceitada por el impulso de la conversación; Lorgio se explayaba en anécdotas, recuerdos, discutían temas que los devolvían a sucesos de la actualidad, aparecían las lecturas contemporáneas y, después, el peso de los sucesos históricos volvía a ocuparlos.

El Mural de la vida es casi el equivalente a un libro de memorias de Lorgio Vaca, por lo que es uno de los testimonios que más lo entusiasma dejar para la posteridad, quizás tanto como el Taller de Muralismo Cerámico que quisiera abrir en Santa Cruz para las nuevas generaciones. Su estructura de narración es circular, cíclica, aunque tenga como eje una línea cronológica de aparición de eventos, hace mucho uso de recursos del cine como ser el flash forward y el flash back. Es un libro donde se cuentan los hechos en modo muy parecido al que Lorgio Vaca piensa. Será una de las publicaciones más esperadas para los amantes del arte público y de la historia del arte boliviano.

Fuente: El Deber