Tras muerte de Betania, director de La Casa de los Niños pregunta: “Dónde estaba Luis Arce”


Sobre el drama que vivió Cochabamba por la falta de oxígeno y medicinas: «Dónde estaba Luis Arce, el Estado para proteger a su pueblo que se moría por falta de oxígeno, dónde estaba, cuando yo buscaba, en el frío de noche, un espacio en los hospitales para internar a mis queridos profesores Esteban y Rubén, dónde está parado el Estado hoy, señor Luis Arce. No pueden faltar medicamentos, insumos, oxígeno…”

 

  • Aristide Gazzotti, director del hogar la Casa de los Niños, ubicado en Tiquipaya, Cochabamba. | Los Tiempos

 

Aristide Gazzotti, el director del hogar La Casa de los Niños, contó este martes su lucha contra la Covid-19 junto a niños y personas humildes que enfermaron y fallecieron a través de una carta abierta para el presidente Luis Arce.



El responsable de este hogar que recibe a familias con niños enfermos y de escasos recursos escribió su nota tras la muerte de Betania, una niña de 4 años, que murió fulminada por la Covid-19, luego, de peregrinar por dos hospitales.

En su carta expone lo siguiente:

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“A la luz de mi experiencia de esos meses tan difíciles, me permito algunos comentarios sobre el discurso que presidente Luis Arce, el 30 de junio, a los bolivianos. He escuchado varias veces ese mensaje. Justo esa noche, del 30 de junio, yo estaba deambulando en las calles desiertas de Cochabamba en búsqueda de oxígeno para una mamá de Sacaba, gravemente contagiada por el virus”, escribió.

“El presidente de Bolivia sabe muy bien de números. Reconozco que fue un muy buen ministro de Economía. Su discurso del 30 de junio es muy importante, sin embargo, llega al pueblo boliviano con tres meses de atraso. En esos tres meses, de hecho, han muerto muchos amigos, amigas, muchos papás, muchas mamás por el silencio cómplice de las autoridades centrales: Cuántas familias han sufrido la pérdida de sus seres queridos por falta de oxígeno”, dijo.

Siguió: “Destaco las palabras del presidente, puntualizando esta consideración central: Sólo el Estado es quien puede proteger a su pueblo”.

Pero, “Son meses que yo me pregunto, que muchos de nosotros nos preguntamos: Dónde estaba Luis Arce, el Estado para proteger a su pueblo que se moría por falta de oxígeno, dónde estaba, cuando yo buscaba, en el frío de noche, un espacio en los hospitales para internar a mis queridos profesores Esteban y Rubén, dónde está parado el Estado hoy, señor Luis Arce. No pueden faltar medicamentos, insumos, oxígeno…”

Sobre los niños, cuenta lo siguiente en su carta.

“El viernes ha fallecido en el materno infantil una niña de 4 años por Covid-19. Los papás son de Cocapata, pueblo alejado de nuestras montañas. Son campesinos. No hablan bien el castellano. Tienen 20 años. Han deambulado de un hospital a otro para que alguien atendiera a una hija enferma. Todas las puertas cerradas: no tenían los documentos necesarios del SUS para ser acompañados en su calvario”, expresó.

“El lunes, la familia llega finalmente al materno infantil. Es tarde. La niña se muere después de cuatro días de tormentos, sola, en la salita de terapia intensiva, donde yo la conocí y aprendí a quererle, con su cuerpito diseminado de tubos. Durante esos cuatro días, los buenos médicos y profesionales han atendido, día y noche, con esmero, a la pequeña Betania, solicitando a nuestro hogar que les apoyáramos con remedios, que no hay en el hospital. El Ministerio de Salud -de hecho- hace tiempo que no contesta las solicitudes de provisión de remedios para terapia presentadas por la farmacia del hospital… No pueden faltar medicamentos, insumos, para terapias intensivas”, lamentó.

Continuó: “Ese mismo viernes, en la tarde, cuando estoy llevando de vuelta a casa el cuerpito, dormido para siempre, de Betania, recibo un mensaje de la doctora de terapia intensiva: “Aristide, le escribo de Covid-19 Pediatría, tenemos a otro paciente que requiere midazolán. Los familiares son de bajos recursos, por favor… ayúdenos”.

Contó: “Enseguida doy las instrucciones para que se puedan comprar las primeras 10 ampollas de midazolán para ese pacientito. Al día siguiente voy al hospital. Conozco al niño, se llama Joel, tiene 6 años. Viene de Locotal, camino al trópico. Conozco también a su mamá, Emiliana, humilde, acongojada, en el pasillo de terapia. Tiene 26 años. No se da razón de la enfermedad de su hijo. No tiene recursos porque -me lo confiesa ella- no hay trabajo en Locotal”.

Expresó: “Al igual que a muchas otras mamás, le han exigido a Emiliana la prueba diagnóstica Covid-19 para poder entrar al hospital (el Gobierno ha adquirido un lote de 4,3 millones de pruebas diagnósticas. Tanto de pruebas antígenos nasales, como reactivos para PCR, todas serán repartidas a las diferentes regiones) Le devuelvo a Emiliana los 150 Bs, de la prueba diagnóstica “gratuita”.

“En las últimas dos semanas he cancelado ocho pruebas diagnósticas Covid-19 para que mamás, humildes como Emiliana, pudieran estar al lado de sus hijos internados en el hospital materno infantil: Nuestro Gobierno se encarga de facilitar pruebas diagnósticas masivas, gratuitas…”, cuestionó.