Bolivia víctima de la cultura HEvónica

Le meto nomas y que arreglen los abogados”. Evo

 



El diálogo, la negociación y la concertación, que funciona muy bien en los países democráticos es desconocida en los países populistas y sin embargo es lo debería ser nuestra meta para lograr una mejor convivencia ciudadana.

Para lograr una buena concertación, un país necesita tener confianza tanto en los políticos correctos como en las instituciones, porque sin confianza no habrá eficacia o esta será precaria.

Como producto de la desconfianza y nula capacidad de concertación, cada día y en algún lugar del país hay un bloqueo de calles, avenidas, carreteras, puentes, aeropuertos, edificios públicos, etc. Muchos de los bloqueadores no saben de qué se trata, pero saben a quién y cuanto cobrar.

Es conocido que con la confianza se reduce el grado de incertidumbre, la cual es muy elevada en estas épocas. Sabemos también, que mientras más desconfianza existe en un país, los gobiernos se dedican a elaborar y aprobar infinidad de leyes y reglamentos impositivos, siempre para su interés y conveniencia.

Por lo tanto recuperar la confianza de los ciudadanos, en los políticos y las instituciones públicas es fundamental para retomar la senda de la estabilidad, la democracia, el progreso y el bienestar para todos los bolivianos.

Evo el cocalero, masificó e institucionalizó el bloqueo. Desde su feudo en el Chapare y en defensa de la hoja sagrada y bien remunerada, paralizó por meses al país cerrando las vías troncales, y de ahí en adelante el país vive en constante bloqueo por todo y por nada. La consigna masista, cuando ellos estaban en la oposición, y que se ha posicionado en la población afirma que: “La presión, la movilización y el bloqueo es lo único que funciona exitosamente para presionar a cualquier Gobierno”. Actualmente el pueblo la aplica contra ellos y poco les hace gracia.

En consecuencia, la población para lograr sus reivindicaciones (justas o interesadas), las que saben no podrá conseguir por la vía del diálogo y la justicia, presionan al gobierno con paros, huelgas de hambre y continuados bloqueos que perjudican a todos.

El problema es que cada vez más y por culpa de las políticas y prácticas populistas del MAS, crece la desconfianza por todo y por todos y esto está llevando al descreimiento y desprecio total de la población por los políticos y las instituciones públicas y por ende el estado de derecho, poniendo así en riesgo la cohesión social y debilitando la democracia. Esta práctica masista bloqueadora, genera inseguridad, pérdidas a los emprendedores, transportista, trabajadores y molestia a todos los habitantes. Viajeros de otros lares y que llegan al país se encuentran en medio de estos bloqueos, sin saber qué hacer y cuánto durará el paro y juran no volver.

Como producto de todo esto, en el país no se cree en la justicia y menos en los Fiscales y Jueces. El pueblo conoce que todos ellos están al servicio del masismo y muy bien remunerados, y diariamente ve como aplican las leyes y castigos de acuerdo a las instrucciones del Jatun Jefe.

Cuando las leyes no alcanzan o perjudican a sus intereses cocaleros, se las deroga y se aprueban otras. Por ejemplo, eliminar los dos tercios cuando perdieron los votos en el Parlamento.

Todo este proceso social y político de desconfianza y desinstitucionalización, es la esencia del populismo cocalero el cual para presentar un mejor imagen y posicionar a nivel internacional su exitoso “modelo social y económico”, maneja un discurso y una fraseología democrática buscando engatusar a la comunidad nacional e internacional, especialmente a esta última que no quiere complicarse la vida.

Para aparecer como demócratas en el ámbito internacional, muestran la formalidad electoral, pero esconden su práctica electoral fraudulenta para tomar el poder.

Acuden al discurso sobre el respeto a sus derechos humanos para proteger sus fechorías y atacan a los contestatarios con leyes en manos de sus fiscales y jueces; matizado con abundante palo contra toda opinión democrática. En consecuencia golpean, secuestran y encarcelan a quien les molesta, pero de manera democrática.

Usando abundante fraseología legal, venden al exterior que ellos instauran correctos procesos judiciales a los opositores. Así enmascaran sus criminales secuestros y detenciones, afirmando que sus procedimientos son absolutamente judiciales y de ninguna manera extrajudiciales.

Alguna prensa internacional libre, informa: “Tener tras las rejas a todo aquel que proteste o se oponga al régimen es una práctica perversa y habitual en Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia. En estos últimos días entre estos cuatro países acumulan más de 1000 presos políticos, con detenciones arbitrarias y por una misma razón: disentir. Es la evidencia del abuso como un factor común cuando la permanencia en el poder está en juego”.

El masismo signatario de Grupo de Puebla (ex Foro de San Pablo) acompañado de una buena estrategia mediática, recibe el beneplácito y apoyo militante de las organizaciones internacionales de derechos humanos al servicio del comunismo. Esto continuará así hasta que la sociedad democrática internacional decida actuar prácticamente y parar este desatino.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com