Estatales: Hay que cerrar las que tienen «muerte cerebral»

Tres analistas coinciden en que las empresas estatales deficitarias fueron concebidas sin planes de negocio, estudios de mercado ni objetivos claros.

Una vista aérea del ingenio de la Empresa Azucarera San Buenaventura (Easba), en el norte de La Paz. / Foto: Archivo Página Siete.

 

Fuente: paginasiete.bo



Los expertos Jimmy Osorio, Alberto Bonadona y José Gabriel Espinoza señalaron que es necesario un análisis caso por caso de las empresas estatales deficitarias para identificar y cerrar a  las que se encuentran con “muerte cerebral” y evaluar el futuro del resto.

De acuerdo con un informe de la Oficina Técnica para el Fortalecimiento de la Empresa Pública (OFEP),  dependiente del Ministerio de la Presidencia, nueve empresas estatales  acumularon una pérdida de 475,26 millones de bolivianos hasta 2019.

Estas empresas son la Empresa Azucarera San Buenaventura (Easba), Empresa Estatal  de Textiles Yacana, Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBHI), Empresa Pública Quipus, Empresa Siderúrgica del Mutún, Empresa Pública Productiva Cementos de Bolivia (Ecebol), Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) y  Empresa Naviera Boliviana (Enabol).

“Lamentablemente estamos dando oxígeno a empresas que ya están con ‘muerte cerebral’, que cada vez el Banco Central de Bolivia (BCB), a través del Tesoro General del Estado (TGN), debe estar prestándoles plata, y cada vez  la deuda crece más y se les hace sobrevivir de manera artificial. El Gobierno debe ser más práctico, reflexionar sobre el destino de estas empresas”, señaló el economista Jimmy Osorio.

Por su parte, el analista Alberto Bonadona indicó que es necesario un proceso de selección con base en  los resultados y performance de las empresas deficitarias, para decidir si vale la pena invertir en ellas o cerrarlas.

“El presidente Luis Arce, cuando era ministro de Economía, dijo que las empresas deficitarias debían ser cerradas, que si pasados los cinco años de su creación no generaban ganancias y no producían como debían, entonces debían dejar de existir”, apuntó.

Bonadona agregó que entre las empresas que presentan pérdidas hay firmas que aún se encuentran en proceso de consolidación y en esos casos hay que ver cómo se comportan y hacer los ajustes necesarios a sus procesos, pero si en un futuro no rinden los frutos esperados, también deberán ser cerradas.

Sobre las causas de que estas empresas registren pérdidas y no logren despegar, los analistas coinciden en que esto se debe a que fueron creadas con el fin de responder a demandas sociales políticas y laborales, más que con base en  estudios de mercado, planes de negocio, además de no contar con estructuras transparentes ni objetivos precisos que las guíen.

“La razón para que estas empresas fracasen es que fueron concebidas desde una óptica estatal, sin mucha lectura de lo que implica el manejo empresarial. A eso hay que sumarle el hecho de que nunca cumplieron el objetivo para lo que fueron creadas y se convirtieron en agencias de empleo”, explicó el analista y exdirector del BCB, José Gabriel Espinoza.

Evaluación

Osorio indicó que, entre las empresas deficitarias hay algunas con mayores problemas que otras, como por ejemplo Quipus, de la cual dijo que es poco probable que se pueda salvar.

“Hay que replantear la visión empresarial del Estado, porque hubo un momento es que se crearon empresas para todo, pero sin ver la situación de los mercados en los que pensaban competir. Hay actividades económicas, como por ejemplo  el rubro de la tecnología, donde tenemos un mercado dominado por empresas gigantes como Apple, Microsoft o Samsung, que lo hacen muy bien y no podemos competir ahí con Quipus. De todas maneras, Quipus podría haber centrado sus esfuerzos en otra cosa que no sean los celulares y computadoras, como cámaras digitales u otros equipos más simples”, apuntó.

Espinoza opinó por su parte, que también es necesario hacer un análisis de las empresas que puedan ser reconvertidas, las que deben ser cerradas y las que pueden ser viables a través de una reingeniería de sus procesos.

“Hay que ver qué empresas  pueden ser reconvertidas, tanto en su giro de negocio como en sus objetivos, aunque sea para que éstas puedan ser sostenibles y puedan pagar los créditos que se hicieron del BCB y el TGN, las empresas que deben ser liquidadas y las empresas que pueden ser viables, pero que deben ser mejor administradas”, agregó Espinoza.

Problemas de las  empresas estatales

  • Problemas Un informe de la Oficina técnica para el Fortalecimiento de la Empresa Pública  (OFEP) identificó  15 problemas comunes que enfrentan 63 empresas estatales en su  gestión e inciden en su bajo rendimiento. Estos problemas están relacionados a: contabilidad institucional, situación patrimonial, dimensionamiento, falta de modelos de negocios, financiamiento, falta de planificación empresarial, normativa, compras entre estatales, información, temas laborales, derecho propietario, uso de la Cuenta Única del Tesoro, aporte a la política social, trato con impuestos y aduana,  y falta de gobierno corporativo.
  •  Transparencia Hasta el momento, las estatales registraron  un total de  1.225 procesos, de los cuales   572 corresponden al área  penal.