La víctima fue vejada y fue encontrada inconsciente en un estanque. La familia rogó por atención, pero los centros se negaron. La joven murió dentro de un vehículo.
Fuente: paginasiete.bo
Luis Escobar / La Paz
Jhoselin fue vejada y encontrada inconsciente en un estanque en Coro Coro. Fue rescatada la madrugada del miércoles por su hermano, quien la llevó a un centro de salud de Viacha, pero por la gravedad de sus lesiones, fue trasladada a El Alto. La familia denuncia que la joven fue arrojada a un pozo luego de sufrir la agresión sexual.
En El Alto, la joven no pudo recibir atención médica y fue rechazada por cuatro hospitales. Los privados pidieron un adelanto de 4.800 a 5.000 bolivianos por una noche en la unidad de terapia intensiva y los públicos exigieron un requerimiento de provincia, pero la familia no tenía el documento por la emergencia, según testimonios de los papás y primas de la víctima. Luego de peregrinar por 12 horas, Jhoselin murió la madrugada del jueves en el auto de un familiar.
El martes en la noche, la joven salió de su casa y dijo que iría a comprar, pero nunca más volvió. Horas después, su hermana menor recibió una llamada telefónica y recibió la alerta de que Jhoselin estaba inconsciente debajo del tanque. Su hermano mayor fue el primero en llegar al lugar y encontró a la joven con el pantalón en las rodillas. A unos pasos se hallaba un joven inconsciente por el consumo de alcohol. Según los testimonios, el hombre era el enamorado de la víctima. Fue aprehendido por la Policía e imputado por la Fiscalía por el delito de feminicidio.
Jhoselin fue trasladada primero a un centro de salud y después a otro establecimiento de Viacha. Sin embargo, como la joven tenía lesiones severas, necesitaba atención especializada y fue trasladada hasta un hospital privado de El Alto. “Nosotros quisimos internarla, pero nos pidieron 5.000 bolivianos. Sus padres no tenían el dinero en ese momento”, contó a Página Siete Deysi, la prima de la víctima.
Al no tener los recursos necesarios, los padres trasladaron a Jhoselin a otra clínica privada de la urbe alteña en el vehículo de uno de sus familiares, porque la ambulancia ya no podía llevar a la víctima. En este segundo establecimiento, la joven fue sometida a un revisión médica en traumatología y laboratorio. Luego de los estudios, el médico informó que la joven fue vejada.
La prima comentó que en este establecimiento, Jhoselin comenzó a recuperar la conciencia. El personal de la clínica advirtió que necesitaba una cama de terapia intensiva porque tenía un coágulo de sangre en la cabeza.
“Nos piden 4.800 bolivianos para terapia intensiva. Le rogamos que la atiendan esa noche y que al día siguiente pagaríamos todo lo necesario, pero nos respondieron que sí o sí debíamos cancelar en la farmacia”, contó la familiar. Al tener el diagnóstico de vejación, el hospital se comunicó con la Policía. Los oficiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) de El Alto llegaron hasta el establecimiento hospitalario.
Como no pudo ser ingresada a una cama de terapia intensiva por falta de dinero, la joven fue trasladada a un tercer hospital de la urbe alteña, esta vez era un establecimiento público. “Dijeron que nos atenderían en tres horas, pero necesitábamos el examen de traumatología y una prueba negativa PCR. Aceptamos todo con tal de que Jhoselin reciba atención, pero después nos informaron que los resultados nos darían después de 24 horas. La enfermera nos dijo que sí o sí necesitaba eso para ingresar al hospital”, sostuvo.
Los oficiales de la Felcv también pidieron al personal de salud de este establecimiento que dé atención médica y de urgencia a la víctima. “Pero ni así quisieron atendernos”, dijo la familiar. “Después indicaron que no tenían camas y según un instructivo: si sucede alguna emergencia, la cama se debe gestionar desde la provincia. Por el apuro y la desesperación no sabíamos de ese procedimiento”, sostuvo.
La familia y la víctima llegaron finalmente a un cuarto hospital que era público y de tercer nivel. Ahí fue rechazada por un tema burocrático. “La enfermera nos dijo que los establecimientos públicos no pueden atender fácilmente. Como el hecho sucedió en provincia, el personal del centro de salud de Viacha debía gestionar el ingreso de la paciente al establecimiento (de tercer nivel). Como no hicimos la gestión, no nos quisieron atender”, sostuvo Deysi, prima de la víctima.
Luego de peregrinar por cuatro hospitales, la familia llevó a la joven a otra clínica, pero no tenía terapia intensiva. “Quisimos regresar (a la segunda clínica), pero Jhoselin perdió la vida en el auto. Se fue a la una de la madrugada del jueves y después de 12 horas de peregrinar en busca de atención médica”, dijo.
El viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, advirtió que los hospitales que se negaron a atender a la joven incurrieron en denegación de auxilio, homicidio culposo e incumplimiento de deberes y extorsión.
“Cometieron un delito, señalado como denegación de auxilio. La ley dice que ningún establecimiento de salud puede negar el auxilio a una persona indistintamente si es público o privado. La norma prohíbe que se soliciten anticipos o garantías, porque se entiende que la salud es un derecho fundamental garantizado en la Constitución”, dijo Silva.
El principal acusado fue enviado a la cárcel
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Vioencia (Felcv) del municipio de Viacha, Juan Carlos Quisbert, dijo a Página Siete que el enamorado de Jhoselin fue aprehendido el pasado miércoles.
El jefe policial contó que los familiares del acusado se resistieron a la detención y los policías usaron agentes químicos para seguir con el procedimiento.
Ayer se realizó la audiencia de medidas cautelares y el juez determinó detención preventiva para el joven, imputado por feminicidio. El acusado, de 18 años de edad, fue enviado al centro de rehabilitación de Qalauma.
Ayer, en el velorio de la víctima, los familiares pidieron justicia y denunciaron que la joven fue arrojada a un estanque luego de ser violada.
“Exijo justicia, no puedo perder a mi hija, ella era estudiante, tenía un futuro”, dijo Dionisio, papá de la víctima, a Unitel .