La familia de la joven sabía de las agresiones. Ella llegó hace un mes a Santa Cruz, se vino desde La Paz, en donde esperaba comenzar una nueva vida alejada de su pareja.
Pablo Cambará Ferrufino
Éricka Alejandra Gutiérrez fue encontrada muerta, calcinada, junto a su pequeña hija de tres años de edad. Ambas vivían en alquiler en un pequeño cuarto en la zona de Los Lotes en la capital cruceña. Ella vivía en La Paz y hace un mes decidió escapar de los golpes de su expareja quien constantemente la agredía.
La mujer estaba casada desde hace cinco años. Su familia sabía de los maltratos que sufría e incluso su padre contó que el domingo fue la última vez que la vio y en ella se evidenciaba los golpes en el rostro. Tenía moretones en el rostro e incluso uno de sus ojos había quedado de color rojo en la parte interna producto de la agresión.
Álex Gutiérrez y Miriam Flores eran los padres de esta joven de 31 años que vivía un tormento y que era constantemente agredida, no solo física sino sicológicamente. «No te voy a denunciar, pero quiero que te vayas», fue lo que Éricka le dijo a su expareja, según contó su papá, para que los dejara en paz.
Éricka fue encontrada muerta junto a su bebé. De manera preliminar se conoce que murieron por inhalación de monóxido de carbono que se generó en el incendio dentro de su cuarto que alquilaba, según el propietario del domicilio, estaba cerrado por dentro.
Edson Claure, director de la Felcc, informó que en la autopsia se confirmó que el cuerpo de la joven tenía golpes anteriores al momento de la muerte, mientras que la menor no evidenciaba agresiones.
El hombre que convivía con Éricka está siendo buscado por la Policía para responder por el hecho. Dentro de las hipótesis que se manejan está la de un posible feminicidio o que la joven hubiera decidido quitarse la vida. El caso está en investigación.