David y Guido, primera unión civil reconocida

 

Fuente: paginasiete.bo



David Aruquipa y Guido Montaño lograron establecer un hito al obtener el reconocimiento de su unión de parte del Estado boliviano en 2020. No obstante, para el colectivo    Lgbtiq aún continúa la pelea legal por el derecho a las uniones diversas.

 En 2018 David y Guido  solicitaron al Serecí la inscripción de su unión civil tras 10  años de convivencia. El tramite  fue rechazado con  el argumento de que la legislación  no reconoce la unión legal de  personas del mismo sexo. La pareja impugnó esa decisión y en julio de 2020 la Sala Constitucional Segunda del Tribunal de Justicia emitió una sentencia que ordenaba al Serecí certificar oficialmente su unión civil.

Fue un hito  que abría  camino para que otras parejas de la comunidad Lbgti legalicen su unión. Sin embargo, esa sentencia se aplicó  sólo para el caso Aruquipa y Montaño y se extiende a otras parejas diversas.

“Falta la sentencia del TSJ  que debe emitir una posición sobre el matrimonio homosexual. Lo nuestro ya pasó. La respuesta para las otras parejas, que son muchas, es que salga de una vez esta resolución para legalizar la unión civil de las personas del mismo sexo”, afirma Aruquipa.

El abogado civil Rolando Ardaya explica que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es reconocido oficialmente en la Constitución boliviana, por lo que este derecho está reservado para las personas heterosexuales.

“No podemos ir en contra de las leyes. Mientras no haya una sentencia o una ley que autorice la unión homosexual no se puede hacer nada”, asegura Ardaya.

Consultado sobre la sentencia en  favor de David y Guido  que puede ser precedente para otras uniones, Ardaya dice que sí, pero recalca que mientras no exista presión social, estos derechos no se aplicarán para  la comunidad  Lgbtic.

“Lo de esta pareja de La Paz -Aruquipa y Montaño- fue una excepción que no es aplicable para otras. Sin embargo, es un precedente que puede ser considerado para modificar las leyes. En otros países reconocen la unión de esta población y Bolivia va por el mismo camino”, recalca Ardaya.

Mientras tanto, Rodrigo y Norman no pierden la esperanza de que la justicia reconozca legalmente su unión. “Es una cuestión de derechos y justicia”.