Droga ‘fina’ por autos ‘clonados’: el negocio crece en el salar de Coipasa

Fuente: El Deber
Ivan Alejandro Paredes

El lugar es inhóspito, pero ahí se hacen grandes negocios, todos ilegales. El intercambio de autos chutos por droga en el sur del salar de Coipasa está en su auge. Las mafias se apoderaron de la zona para operar. Según un informe de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Brianco) de la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, al que tuvo acceso EL DEBER, del lado chileno llegan los vehículos “clonados” y del lado boliviano la cocaína u otro tipo de drogas.

El “negocio” se ejecuta hace tiempo, pero ahora -con un incremento notable- se modernizó el trueque. De un lado exigen motorizados último modelo y del otro bando droga de última generación, señala el informe.

Layaca y Tres Cruces son los poblados en el lado boliviano donde se reúnen las mafias internacionales. Estas comunidades están en el sur del salar de Coipasa, que pertenece al departamento de Oruro. Los vehículos indocumentados siguen un segundo tramo: llegar a los poblados bolivianos donde los chutos son aceptados. Existen muchas rutas, pero la principal pasa por el municipio de Challapata, en Oruro.

El informe de la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile revela cómo operan las mafias en el lado chileno. Estos grupos roban las patentes (placas) de vehículos en diferentes puntos del vecino país y son llevadas a las ciudades ubicadas en el norte chileno para clonar motorizados. Desde ahí, los automóviles, todos último modelo y de marcas reconocidas, pasan a suelo boliviano para ser cambiados por droga.

A diferencia de años anteriores -dice el informe- ahora los automóviles pasan a Bolivia con placas chilenas. Las mafias utilizan esas patentes para que los vehículos robados -también en Chile- puedan tener de alguna manera identidad legal.

“Quienes apuntan a la venta o al intercambio en el extranjero actúan en gran parte por encargo de otras personas, habitualmente líderes de estructuras criminales que suministran herramientas a otros delincuentes. También hay casos que surgen por iniciativa propia, cuando el sujeto tiene contactos que permitan comercializar los vehículos sin contar con un pedido previo”, dice parte del informe.

Este documento pone en evidencia un caso. Una persona sufrió el robo de las placas de su vehículo en la capital chilena. Luego de peregrinar por varias oficinas la víctima pudo acceder al recorrido que realizó el auto robado que tenía sus patentes. Todas las rutas que realizó ese vehículo -que tiene que ser de similares condiciones- fue en el norte de Chile.

Auto clonado

La víctima tiene una camioneta Toyota fabricada en 2020. El vehículo que utilizaba sus placas era el mismo modelo, la misma marca y solo no coincidía el color. La PDI realizó un trabajo desde el mes de abril para terminar la investigación. Tenían de cerca a las mafias y esperaban el momento exacto para detenerlos.

El vehículo clonado, que al final se oficializó que fue robado también en Santiago, recorría las rutas del norte chileno. Su cuartel era la comuna de Alto Hospicio, cerca de Iquique. De ahí partió rumbo a una carretera que va a Bolivia.

“En la clonación se utilizan los papeles de un vehículo de remate (con pérdida total) para darle una nueva vida a uno robado que presenta las mismas características. En tanto se entiende por ‘gemeleo’ cuando se utilizan placas patentes falsas en un vehículo robado. En ambos casos son llevados a la frontera con Bolivia y ahí son cambiados por droga”, continúa el informe del PDI.

Es en el sur del salar de Coipasa donde se sella el negocio. Los motorizados llegan hasta las comunidades de Lacaya y Tres Cruces para el intercambio. La operación no dura mucho. No hay saludos y solo se realiza las verificaciones de los productos. Una camioneta Hilux de Toyota modelo 2020 puede ser cambiada por hasta tres ladrillos de cocaína purificada. Cada ladrillo tiene un kilogramo de la droga y en Bolivia cada kilo puede llegar a costar hasta 2.500 dólares. En Chile ese valor puede duplicarse. Así, una camioneta de última generación puede llegar a costar 7.500 dólares y en suelo nacional puede duplicarse su valor en el mercado.

La PDI realizó un operativo la semana pasada y logró desarticular una banda criminal internacional que operaba en el norte de Chile. El cuartel de esta mafia era la comuna de Alto Hospicio. En una casa de esta localidad se encontraron ocho vehículos que iban a partir a la frontera con Bolivia. Cuatro de los motorizados estaban clonados. Además, se detuvieron a 11 personas, diez chilenos y un ecuatoriano.

Este operativo se denominó “Manto Blanco” y fue ejecutado en las comunas chilenas de Iquique, Alto Hospicio, Calama, Concepción, Chiguayante, Lota y Arauco. Los detenidos tenían en su poder distintos tipos de drogas que fueron cambiados por vehículos, reveló la investigación.

También por marihuana

El informe del PDI también detalla que el intercambio de vehículos no solo es por cocaína, sino también se lo hace por dos tipos de marihuana: la creepy y la sativa. La primera es la marihuana más cara en el mercado por su alta concentración de tetrahidrocannabinol (THC), el principal sicoactivo del cannabis.

La creepy se la produce en Colombia y en Bolivia. Un kilo de este tipo de marihuana puede llegar a costar hasta $us 1.000. En Chile puede costar $us 2.500. En cambio, la marihuana sativa es más barata: un kilogramo llega a costar hasta $us 500.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) de La Paz, Willy Paz, relató que en Bolivia no es común cultivar la marihuana creepy, pero sobre su consumo afirmó que se volvió en una tendencia en este último tiempo. El jefe policial dijo que se encontraron en Tiquipaya, Cochabamba, dos fábricas donde se cultivaba este tipo de cannabis.

“Este tipo de marihuana tiene diez veces más potencia que la marihuana normal y su dependencia es aún mayor; por ello, es que es una droga que va ganando terreno en Bolivia, sobre todo en Cochabamba”, detalló Paz.

Las organizaciones que existen en Chile son las que se encargan de poner los vehículos clonados en la frontera. Esos mismos vehículos luego son comercializados en el mercado boliviano. En el mismo informe se pone como algo secundario que antes estas mafias cambian la droga por vehículos chutos y que luego llegaban a diferentes poblados de Bolivia. Es estudio se refiere a los autos conocidos como “surubís” y que son frecuentes en la zona de Yungas, el norte de La Paz y poblaciones rurales de Beni y Santa Cruz.

El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, consideró que Bolivia sigue siendo un país de tránsito para la droga que proviene de Perú. Del intercambio de sustancias controladas por vehículos clonados afirmó que se hará una investigación.

“Nuestro país se ha convertido en tránsito del narcotráfico desde Perú ingresa a nuestro país y estos sectores son utilizados como una media para abastecerse de combustible y continuar su ruta hacia Paraguay y Brasil”, afirmó el viceministro Mamani.

Mientras, en el Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando se informó que existen investigaciones para hacer un trabajo coordinado en el salar de Coipasa.

Por su parte, la Felcn informó que esa zona se convirtió en un paso de droga hacia Chile y que el intercambio de sustancias controladas por vehículos es una práctica de hace años y que se hacen operativos para evitarlos. La fuerza antidroga afirmó que recientemente se realizó un operativo en la zona y  se logró incautar 30 kilos de cocaína cristalizada que iban a ser intercambiadas por automóviles provenientes de Chile.

“Por la pronta intervención de la Felcn se causó una afectación económica al narcotráfico de $us 78.000, precio en Bolivia y $us 156.000 precio en el exterior”, dice el reporte de la Felcn.

Los vehículos clonados llegan a ferias de poblados de Bolivia o también son ofrecidos por redes sociales con bajo precio.