La manera más efectiva de transformar la sociedad es a través del ejemplo personal

Las homilías y la apologética no pueden hacer nada si no se irradia santidad en todo lo que decimos y hacemos.

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Fuente: Aleteia

Philip Kosloski



Los cristianos han vivido en diversos países en todo el mundo, y muchas veces en la historia han sido capaces de transformar toda una cultura.

¿Cómo lo hicieron? ¿Qué podemos aprender de ellos?

El monje trapista francés Jean-Baptiste Chautard escribió sobre el elemento clave que usaron los cristianos para convertir naciones en su popular libro The Soul of the Apostolate (El alma del apostolado). En particular, relata una conversación que los cardenales tuvieron con el papa Pío X.

El Papa les preguntó: «¿Qué es lo que más necesitamos, hoy, para salvar a la sociedad?» «Construir escuelas católicas», dijo uno. «No». «Más iglesias», dijo otro. «Tampoco». «Acelerar el reclutamiento de sacerdotes», dijo un tercero. «No, no» dijo el Papa, «Lo más necesario, en este momento, es que cada parroquia tenga un grupo de laicos que sea virtuoso, iluminado, decidido, y realmente apostólico».

El testimonio personal del Evangelio es lo más efectivo para transformar la sociedad. Chautard explica esta idea a lo largo de este libro.

La regeneración de la sociedad… puede llegar solo como resultado de una mayor irradiación de la santidad de la Iglesia. Es a través de este medio, se dice, más que por lecturas y apologética que el cristianismo se desarrolló tan rápidamente en los primeros siglos de su historia, a pesar del poder de sus enemigos, de prejuicios de todo tipo, y la corrupción generalizada.

Incluso señala cómo la Iglesia primitiva utilizó este método.

Es muy cierto que la Iglesia primitiva, como ya hemos insinuado, supo cómo organizar magníficas y numerosas tropas de choque [grupo central de santos], en medio de los fieles, y sus virtudes sorprendieron a los paganos y despertaron la admiración de las almas honradas, incluso de las más prejuiciadas contra el cristianismo por sus principios, sus tradiciones y su trasfondo social. El resultado fueron conversiones, incluso en círculos a los que ningún sacerdote tenía acceso.

Si bien la formación es importante, lo más importante es ser testigo personal del gozo del Evangelio.

Predicar con el ejemplo será siempre el principal instrumento de conversión.