Linda Evangelista denuncia que quedó «desfigurada de forma permanente» e «irreconocible» tras una intervención estética

En un comunicado, la exmodelo afirma que lleva cinco años apartada de la vida pública por una criolipolisis que «tuvo el efecto contrario al prometido». Evangelista se ha sometido a dos cirugías correctoras, sin éxito.

Linda Evangelista

Linda Evangelista ha confesado el motivo por el que ha sido la única de las grandes supermodelos de los noventa en protagonizar un revival profesional: está «desfigurada». Una criolipolisis, una de las intervenciones más de moda para reducir grasa, salió mal. El resultado: Evangelista denuncia haber quedado «permanentemente deforme», después de que el proceso surtiera el efecto contrario. En un comunicado titulado «La verdad, mi historia», la exmodelo de 56 años ha enumerado la causa y consecuencias de su afección.

Publicaba, anunciando que ha presentado una demanda, «he tomado un gran paso para reparar un daño que he sufrido y me he guardado para mí durante cinco años. A mis seguidores, que se han preguntado por qué he estado sin trabajar mientras la carrera de mis compañeras prosperaba: la razón es que he sido brutalmente desfigurada por el procedimiento CoolSculpting de Zeltiq, que hizo lo opuesto a lo que había prometido”.



 

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«Aumentó mis células grasas en vez de disminuirlas y me ha dejado permanentemente deformada incluso tras someterme a dos dolorosas cirugías correctoras, sin éxito. Me he quedado, como han dicho algunos medios, ‘irreconocible'».

“He desarrollado hiperplasia adiposa paradójica, o HAP», explicaba Evangelista, «un riesgo del que no se me había informado antes del procedimiento». Una afección que genera depósitos de grasa endurecida en algunos pacientes de criolipolisis, y que tiene una prevalencia del 0,51% según algunos estudios. El fabricante al que se refiere Evangelista afirma tener una prevalencia del 0,025%. El resultado es que los pacientes afectados desarrollan masas agrandadas de grasa en las zonas tratadas. “El HAP no solo ha destruido mi carrera», continuaba la exmodelo, «me ha sumido en un ciclo de profunda depresión, honda tristeza, y en las más bajas cotas de autodesprecio. Me he convertido en una reclusa”.

“Con esta demanda», concluía, «intento pasar página para librarme de mi vergüenza, y hacer pública mi historia. Estoy tan cansada de vivir así. Me gustaría salir por la puerta de mi casa con la cabeza bien alta, a pesar de que ya no me parezco a mí misma».

 

Fuente: revistavanityfair.es