Antonio Saravia: “Stiglitz dejó que su ideología de izquierda nuble su razonamiento científico”

La CNI organizó la que denominó “la conferencia del año”, con apoyo de la cooperación europea. Pero un prestigioso economista liberal cuestionó los criterios vertidos por Joseph Stiglitz en su exposición.     

En un evento híbrido sobre “Crecimiento económico, empleabilidad y sustentabilidad”, realizado en la mañana del viernes, la Cámara Nacional de Industrias (CNI) combinó una teleconferencia del Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, con un acto presencial que incluyó un conversatorio previo entre representantes de organismos internacionales (Emanuel José Amaral de la UE, Julia Johannsen del BID y Luciana Mermet del PNUD).



Ivo Blazicevic, presidente de la CNI, dijo que la conferencia del Nobel se enmarcó dentro de la visión de su entidad, que se plantea “reconstruir para mejorar, con una mirada a la sostenibilidad. Debemos crecer mejor, no retornar simplemente a la misma senda. Esto requiere inversión en capital humano, innovación social e institucional. Con capacidades de colaboración entre empresas grandes y pequeñas, gobiernos locales y empresas, sector público con sector privado”.

Por su parte, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, consideró que la disertación fue “un sobrevuelo muy importante y brillante de la situación actual de la economía, afectada por la pandemia, que tiene que enseñarnos a resolver las cosas juntos, entre todos los estamentos”.

Para analizar la disertación de Stiglitz, eju.tv entrevistó a Antonio Saravia, destacado economista boliviano que dirige el Centro de Estudios sobre Economía y Libertad en la Stetson-Hatcher School of Business, en Mercer University, y quien es un comentarista frecuente para medios de comunicación como CNN y Fox News.

Admirador de Hugo Chávez

“Joseph Stiglitz es un economista que, sin lugar a dudas, ha hecho contribuciones muy importantes a nuestra ciencia. Fue un prodigio desde muy joven. Llegó al grado máximo académico de full professor en Yale a los 26 años, recibió la prestigiosa medalla John Bates Clark otorgada al mejor economista menor de 40 años y, como todos sabemos, recibió el Premio Nobel de Economía el 2001. Pero a pesar de todos estos logros, Stiglitz es un economista que se ha equivocado muchísimo y ha dejado que su ideología de izquierda nuble su razonamiento científico”, señaló.

Saravia recordó que Stiglitz felicitó a Hugo Chávez y se declaró un admirador de sus políticas de izquierda públicamente, no una sino dos veces (2006 y 2007), y que en un famoso discurso lo felicitó por “traer salud y educación a la gente en los barrios pobres de Caracas”.

“Stiglitz apoya también al gobierno kirchnerista de Argentina y celebró al dictador Meles Zenawi de Etiopía, quien lo invitó a dar una charla sobre crecimiento económico. Es un economista de izquierda que no tiene empacho en apoyar a gobiernos de esta línea, que están causando mucho daño alrededor del mundo. No sorprende por tanto que el presidente Arce se haya reunido con él recientemente, cuando estuvo en Nueva York para el encuentro de Naciones Unidas”, añadió.

“Los empresarios necesitan menos intervención estatal”

El analista dijo que “lo que sí sorprende es que una organización de empresarios privados lo haya invitado para hablar de crecimiento. Esta es una mala señal. Los empresarios deberían estar interesados en todo menos en la izquierda. Los agentes privados necesitan menos intervención estatal, menos regulaciones, menos impuestos, más seguridad jurídica y más respeto a sus derechos de propiedad. Necesitan, en suma, mayor libertad económica. Sólo por ese camino se puede generar mayor crecimiento. La única razón que explicaría la invitación es que la CNI quiere mostrarse amigable con el gobierno de Arce”.

El economista liberal enumeró varios puntos de la exposición de Stiglitz del viernes, en los que el Nobel apoyó las políticas de intervención estatal: “Criticó el sistema de salud pública en Estados Unidos comparándolo con los sistemas de salud en Europa. Mostró que en muchos indicadores los países de Europa le llevan ventaja a Estados Unidos, pero, por supuesto, evitó mencionar que la carga impositiva y la ineficiencia administrativa son tremendamente mayores en Europa que en Estados Unidos. Stiglitz evita así la primera tarea del economista: si muestras resultados, también debes mostrar los costos”.

“Alabó los estímulos fiscales y monetarios en Estados Unidos después de la pandemia. Incluso afirmó, como toda el ala progresista del Partido Demócrata, que estos son insuficientes y habría que ir por más. Y otra vez, se olvida mencionar el costo. Estados Unidos ha gastado en un año alrededor de 6.5 billones de dólares (el 30% del PIB) y su oferta monetaria se ha incrementado en 26%, generando la inflación más alta de los últimos 40 años. El déficit fiscal es de alrededor del 16% del PIB y la deuda acumulada está en un 130% del PIB. Incurrir en más gasto y más estímulo puede, a estas alturas, poner en riesgo la estabilidad macroeconómica de ese país”, comentó.

“Le dio una mano a Arce”

Saravia recordó que, en lo referente a Bolivia, el Nobel sugirió que el litio debería ser explotado con valor agregado. “Es posible que esta sea una buena alternativa, pero Stiglitz tendría que reconocer que esa iniciativa no puede venir del sector gubernamental sino de empresarios que sepan por dónde va el mercado y estén dispuestos a arriesgar su propio dinero. Los políticos no saben qué producto funcionará y generará beneficios. Los únicos que lo saben son los agentes privados”, opinó.

“Stiglitz le dio una mano a Arce sugiriendo que había que volver a la política de sustitución de importaciones. Aclaró que no quiere volver al modelo cepalino sino a las políticas industriales del Asia. Esto es un despropósito mayor. Las políticas industriales requieren elegir ganadores y perdedores y los gobiernos no tienen esa información. Si encima apoyamos esas decisiones con aranceles, subsidios y, Dios nos libre, tipos de cambio diferenciados, podemos crear un cóctel muy peligroso que desencadenará una crisis”, advirtió.

El experto también cuestionó que Stiglitz alabase a Argentina y dijera que lo hizo bien durante la pandemia: “Esto es inexplicable. Argentina tuvo las cuarentenas más rígidas y castigó severamente su aparato productivo sin haber logrado frenar los contagios. El país pasa ahora por una severa crisis con una alta inflación, aumento de pobreza y una pérdida completa del rumbo económico”.

Saravia concluyó que la conferencia “fue hecha a gusto y medida del gobierno del MAS” y que la Cámara Nacional de Industrias “tiene que repensar mucho su rol como líder en materia económica”.

Edición y entrevista: Emilio Martínez

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