Según el Gobierno, el exministro de Defensa Fernando López, se habría contactado con un grupo de personas para que se ejecute un plan contra Arce.
Luis Fernando Camacho calificó de “irresponsable” las declaración del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, que dio a conocer un informe sobre la presencia de sicarios y paramilitares -en octubre de 2020- que habrían pretendido atentar contra la vida de Luis Arce.
Camacho, líder del opositor Creemos, pidió que se muestre a las personas que han sido señaladas como parte de este plan en el que tendría implicancia, según el ministro, el extitular de la cartera de Defensa, Fernando López, hoy buscado por la justicia dentro del caso gases lacrimógenos.
La autoridad cruceña pone sus dudas sobre que hubieran estado en el país personas con este perfil y que nadie quiere atentar contra la vida de nadie, además pidió que no se busque victimizar a una persona con ese tipo de declaraciones.
Sobre la mención que hizo Del Castillo sobre de que López “fue cuota de poder” del exlíder cívico cruceño dentro del Gobierno de Jeanine Añez, Camacho enfatizó en que él no puso a nadie como ministro y que tal afirmación no era verídica.
La denuncia
El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, presentó un informe en el que denuncia un plan para atentar en contra de la vida de Luis Arce en el que apuntó, se habría contratado a sicarios y paramilitares que estuvieron en el país en octubre de 2020, tiempo en el que se ejecutaba el proceso electoral en donde terminó electo presidente el entonces candidato del MAS.
“Estas personas hubieran tenido un contrato anual inicial de 125 mil dólares estadounidenses o 10.416 dólares mensuales“, señaló Del Castillo que remarcó que existió toda una estrategia armada para evitar el ascenso de Arce a la presidencia y que finalmente no se ejecutó.
La autoridad mencionó incluso un vínculo entre quienes reclutaron a los mercenarios que efectuaron el asesinato de Jovenel Moïse, presidente de Haití, ocurrido en julio de este año, con las personas que buscaban cometer un magnicidio en Bolivia.