De la elección fallida a la “nueva tríada” del MAS

A dos años de la elección que desencadenó la renuncia de Morales, el partido y el Gobierno atraviesan momentos de indefinición asediados por las amenazas de bloqueos y los pulsos internos

De la elección fallida a la “nueva tríada” del MAS

Evo Morales y Luis Arce

Llegó el día 20 de octubre, segundo aniversario de la elección fallida que acabó con Evo Morales en México y Jeanine Áñez en el Palacio Quemado. Una fecha que se recuerda como el origen de todo el conflicto, aunque en sí, fue una jornada tranquila, mucho más que los días previos – con los incendios de la Chiquitanía y los cuestionamientos a la constitucionalidad de la candidatura de Evo Morales – y muchísimo más que los siguientes.



El Movimiento Al Socialismo (MAS) llega un poco justo de fuerzas luego de que la semana pasada tuvieran que movilizarse con el “wiphalazo” para contrarrestar el paro cívico del día anterior y el lunes 18, de nuevo, esta vez para festejar el primer año de “la recuperación de la democracia” tras la victoria de Luis Arce, aunque no es la movilización lo que le agota, sino el resultado: dos días después del wiphalazo se suspendió el tratamiento de la polémica ley contra la legitimación de ganancias ilícitas y una semana después los sectores que la rechazaban sigue en pie de guerra exigiendo más y más abrogaciones.

Hay además otra situación que lo desgarra por dentro y ha empezado a hacer mella ya en el Ejecutivo de Luis Arce – donde la mayor parte de los ministros son intrascendentes y están desaparecidos – y en los movimientos sociales: la tríada Luis Arce – Evo Morales – David Choquehuanca no parece funcionar “como debiera”.

En general, advierten algunos analistas, partido y gobierno confluyen en un punto: el “golpe de Estado” como narrativa principal, sin embargo, el hecho de que Luis Arce no haya sostenido más tiempo el discurso de crisis en los temas económicos, con los que culpaba a la gestión de Jeanine Áñez de los malos resultados más allá de la pandemia, y rápidamente haya empezado a comunicar supuestos éxitos han dejado el asunto íntegramente en el campo de la discusión política.

En todos los departamentos se está llevando adelante las renovaciones del partido, en algunas con más conflicto, como en Tarija, y en otras con menos. El objetivo de Evo Morales es consolidar un partido sólido que marque la agenda al Gobierno en los cuatro largos años que quedan por delante, de forma que él no pierda vigencia, pues nadie duda ni dentro ni fuera del partido que intentará volver a postular, sin embargo, no deja de haber conflictos internos.

En Tarija, por ejemplo, se acaban de nombrar dos presidentas de la Regional de Cercado, que viene a ser la Regional más importante de Tarija por números y por vocería. De un lado se ha posicionado a Sandra Baldivieso, de la que se duda incluso de su militancia, y de la otra a Pilar Lizárraga. A Baldivieso le apoya Carlos Acosta, que es el brazo operativo de Álvaro Ruíz en el partido. Álvaro Ruíz fue candidato, alcalde de El Valle, presidente de la FAM y hoy Viceministro de Autonomías, es decir, dentro del Ministerio de la Presidencia, el único “ministerio político” que controla Luis Arce. Lizárraga, sin embargo, es parte del núcleo duro de siempre del MAS Tarija, muy cercana a Evo Morales y también a Álvaro García Linera, enfocada en el partido desde la construcción de lo nacional – popular.

La tercera pata de la discordia es David Choquehuanca, que, aunque rompió en Santa Cruz su imagen de “conciliador” con la iza de banderas, mantiene un discurso diferente al oficial en tanto ha hablado explícitamente de no someter a la Justicia y de una necesaria reconciliación, algo que tanto Arce como especialmente Morales han desahuciado.

Fuentes dentro del partido señalan que no es verdad que haya un pulso permanente, pero sí una disparidad de criterios y no demasiada voluntad porque todo vaya bien en la gestión. Más al contrario, en determinados espacios no se ve con malos ojos que se viabilice el revocatorio para volver a ir a elecciones.

¿Prepara un golpe de Estado Evo Morales?

La bancada de Creemos ha lanzado la acusación de que Morales pretende un golpe contra el propio Arce, algo que ha sido respondido con ironías y acusaciones mutuas por parte del propio Evo Morales. “La bancada parlamentaria de Camacho, principal golpista confeso, nos acusa de preparar un «golpe de Estado» contra el Hno. @LuchoXBolivia. La derecha inventa intrigas y mentiras para dividirnos. Que Camacho responda por qué su exministro de Defensa contrató sicarios colombianos”.

Por el momento, todo sigue en su sitio, aunque octubre es muy largo.

La medida del opositor Carlos Mesa

En la previa del 20 de octubre, el expresidente y excandidato Carlos Mesa, hoy jefe de la primera fuerza de oposición, publicó un extenso artículo en el que desgranó los argumentos por los que considera legal y legítima la sucesión de Jeanine Áñez.

El MAS ha entrado con gusto a la discusión y a descalificar los argumentos de Mesa, “que sabe mucho de renuncias”. La estrategia de polarizar sobre el tema no acaba de darle resultados, pero sí le está sirviendo para desgastar las relaciones entre Comunidad Ciudadana, de Mesa, y Creemos, de Luis Fernando Camacho, que rivalizan por capitalizar precisamente los hechos de 2019.