Del “cambio de tono” del Gobierno al rumor del cambio de Gabinete

La estrategia de la polarización con el supuesto “Golpe de Estado” parece haber encallado tanto en la opinión pública como en la capacidad de acción: Áñez sigue presa, Mesa libre y Camacho no ha declarado.

Del “cambio de tono” del Gobierno al rumor del cambio de Gabinete



Sesión de la Asamblea Plurinacional

¿Hasta dónde retrocederá el Gobierno de Luis Arce en su propósito de enmienda? De momento se ha ido hasta febrero de 2021, fecha en la que se convalidó el decreto de amnistía e indulto para los encausados en el Gobierno de Áñez por delitos políticos, o más o menos políticos, que es donde radicaba el problema y donde se centró la crítica del Grupo Independiente de Expertos Internacionales – que en realidad depende de la CIDH – y que elaboró un pormenorizado informe de las violaciones a los derechos humanos acaecidos en Bolivia entre el 20 de octubre y diciembre de 2019, es decir entre la elección y la caída de Evo Morales hasta la consolidación del Gobierno de Jeanine Áñez como Gobierno de transición lanzando una nueva convocatoria electoral.

La iniciativa la tomó el presidente Luis Arce, que mandó ya en agosto el decreto de su anulación siguiendo las recomendaciones del GIEI, pero “las casualidades” han querido que se fuera a tratar ahora, justo cuando el Gobierno está pasando un mal momento a cuenta de las Leyes de Antilegitimación y la “conflictiva” citación del Gobernador cruceño Luis Fernando Camacho a declarar por el caso del supuesto Golpe de Estado, que todo el mundo sabe que no puede obviar por el papel que jugó Camacho en la caída de Morales, pero que a nadie parece apetecerle demasiado hacerlo por las “complicaciones” políticas que reporta.

La bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS) ventiló rápido el asunto con una sola hora de debate que a la oposición le pareció poco, ya que esperaban un mayor harakiri del vicepresidente David Choquehuanca, que presidía la sesión, o algo así como un reconocimiento de un error que no lograron arrancar. El MAS se limitó a decir que “en aquel momento servía”, aunque, por cierto, no se tiene contabilizado ningún indulto en esa línea, porque para eso hace falta tener una sentencia, y ya se sabe lo que cuesta una sentencia en Bolivia.

¿Cambio de ritmo?

Esas percepciones entre el antes y el ahora, entre lo que servía en un momento dado y lo que sirve ahora, es lo que ha disparado los análisis sobre el predecible cambio de tono del Gobierno de cara al fin de año.

El Gobierno de Luis Arce empezó la gestión el 8 de noviembre con un tono más pausado, más de celebración, que con los meses se fue crispando. El propio presidente Luis Arce y sus discursos son ejemplo. El punto de inflexión fueron las elecciones subnacionales del 7 de marzo, a las que se llegó con un tono moderado. Los malos resultados en el eje, donde el MAS no ganó ningún municipio, desataron la acción judicial y se repuso el asunto “golpe de Estado” en el centro de la escena política.

La aprehensión de Jeanine Áñez y sus ministros benianos es el punto de arranque de la nueva estrategia impuesta desde el partido – de Evo Morales – hacia el Gobierno – de Luis Arce – y tiene un punto de inflexión: aquel encuentro con militantes en el que Choquehuanca habló de reconciliación nacional y Morales le negó absolutamente. La cuestión es que, en la práctica, el Gobierno ha bajado un cambio porque una cosa es querer meter a todos presos, como plantea la “denunciante” Lidia Patty, y otra, meter preso al Gobernador de Santa Cruz con la que está cayendo en el oriente.

El debate en el MAS y en el Gobierno estos días es precisamente ese, pues no se puede mantener presa a Jeanine Áñez indefinidamente mientras no se toma ni declaración al resto de los involucrados, y mientras eso no pase, tampoco se puede juzgar ni emitir sentencia.

Discurso de Arce y posible cambio de ministros

Fuentes gubernamentales confirmaron que se prevé un discurso presidencial sobre el 8 de noviembre para conmemorar el año de Luis Arce al frente del ejecutivo, y, en consecuencia, también empezaron a circular nombres para un nuevo gabinete ministerial, que en realidad no está confirmado que vaya a suceder.

La clave, en cualquier caso, la darán los nombres del Ministerio de Justicia, de Gobierno y de Defensa, que son los más cercanos a Morales y los que llevan el peso en la estrategia política actual.