Fumio Kishida, el nuevo primer ministro japonés que quiere introducir un ‘nuevo capitalismo’

Kishida asumió el cargo con la misión más inmediata de reactivar la economía afectada por la pandemia.

Juliana Sayuri, corresponsal de RFI en Japón

Fumio Kishida promete aplicar políticas para reducir la disparidad de ingresos con el fin de estimular el crecimiento del país. Foto del 04/10/2021. AP – Toru Hanai

 



Fuente: www.rfi.fr

 

Recién investido, el nuevo primer ministro de Japón tomó posesión de su cargo con el discurso de reconstruir la economía castigada por la pandemia del Covid-19. Fumio Kishida promete aplicar políticas para reducir la disparidad de ingresos con el fin de estimular el crecimiento del país.

El mes de octubre comenzó con grandes expectativas en Japón. Con el fin del estado de emergencia que duró meses en 19 de las 47 provincias de Japón a causa de la pandemia y el 60,9% de la población totalmente inmunizada contra el COVID-19, el país vive días de nueva normalidad. La instalación del gabinete de Fumio Kishida, el centésimo primer ministro de la historia de Japón, contribuye a este clima.

Elegido líder del Partido Liberal Democrático el 29 de septiembre y tras jurar como nuevo primer ministro el lunes, Kishida asumió el cargo con la misión más inmediata de reactivar la economía afectada por la pandemia.

«La batalla contra el coronavirus continúa. Tenemos que hacer frente al coronavirus para devolver la normalidad a las actividades económicas y sociales y construir una nueva economía, un nuevo estilo de vida, una nueva era», declaró el primer ministro. Se ha referido a la propuesta con el término «nuevo capitalismo», apuntando al crecimiento económico y a las políticas para reducir la disparidad de ingresos en Japón.

Kishida señaló que una de las directrices que se barajan para la distribución de la riqueza es ajustar el tipo del impuesto sobre la renta, recaudando de los más ricos para subvencionar políticas para los más pobres. En cuanto al impuesto sobre el consumo, que grava la venta de productos, no debería aumentarse hasta dentro de «una década», dijo cuando era entonces candidato a la presidencia.

Momentum político

Una de las primeras medidas del primer ministro fue anunciar la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas. La votación estaba prevista para noviembre, pero se adelantó al 31 de octubre. Según los analistas, el objetivo es aprovechar el buen momento del inicio del nuevo gobierno, dado el optimismo sobre el relativo control del coronavirus en Japón. El próximo jueves 14, el parlamento debería ser disuelto, abriendo el camino a las elecciones.

Japón, que registró un récord de casos con la variante Delta durante los Juegos Olímpicos de Tokio entre julio y agosto, vio caer el número de nuevas infecciones por día a lo largo de septiembre.

El nuevo primer ministro asumió el cargo tras la dimisión de Yoshihide Suga, que llevaba un año en el poder y decidió no disputar el liderazgo del partido gobernante. Suga dejó el gobierno con un 30% de aprobación. Kishida, por su parte, comenzó el mandato con diferentes márgenes de popularidad: desde el 45%, según una encuesta del diario Asahi, hasta el 59%, según un sondeo de Nikkei-TV Tokio.

Aunque la administración indica cierta continuidad política, al contar con aliados del ex primer ministro Shinzo Abe y del ex ministro de Finanzas Taro Aso en la composición de los ministerios, la expectativa es que Kishida trate de evitar los errores de la administración anterior, criticada por acciones consideradas insuficientes para enfrentar la pandemia.

El último país del G7 en iniciar la inmunización contra el COVID-19, en un proceso lento y problemático, Japón aceleró la campaña en los últimos tiempos y administró más de 167,4 millones de dosis de vacunas, superando los indicadores de Estados Unidos y Reino Unido. Desde el inicio de la pandemia, el país ha contabilizado 1,7 millones de casos y 17.700 muertes por coronavirus.

Japón después de la pandemia

El primer ministro también dijo que abrirá un panel permanente para proponer medidas que impulsen el crecimiento económico de Japón tras la pandemia. Entre ellas, el gobierno está estudiando la posibilidad de poner en marcha la campaña «Go To Travel» para impulsar el turismo interno. El programa, que subvencionaba descuentos de hasta el 50% en los gastos de los viajeros de julio a diciembre de 2020, se suspendió tras el repunte de los casos de Covid-19 y la consiguiente declaración de varios estados de emergencia a partir de enero de 2021.

Con el fin del último estado de emergencia el 30 de septiembre, el gobierno está considerando reanudar la campaña, dijo el nuevo ministro de turismo Tetsuo Saito. «Es importante equilibrar la prevención del contagio y la promoción del turismo», dijo.

Hasta ahora, Japón ha mantenido sus fronteras cerradas a los turistas internacionales. Es poco probable que el archipiélago se abra a los viajeros de fuera del país antes de 2022. Sin embargo, según Saito, el gobierno pretende alcanzar la cifra de 60 millones de visitantes en 2030.