La nostalgia puede ayudar a afrontar la crisis de salud mental por la pandemia

Considerada en el pasado un trastorno cerebral, la nostalgia está siendo repensada por sus beneficios psicológicos en tiempos de crisis. La opinión de los especialistas

Una vez considerada una enfermedad, con opciones de tratamiento extrañas y potencialmente dañinas, la ciencia cambió sus puntos de vista sobre la nostalgia en la última parte del siglo XX (Getty Images)

Una vez considerada una enfermedad, con opciones de tratamiento extrañas y potencialmente dañinas, la ciencia cambió sus puntos de vista sobre la nostalgia en la última parte del siglo XX (Getty Images)



Cuando el COVID-19 ataca, dicen los expertos, proyecta una pandemia de lesiones psicológicas y sociales. Esta “sombra” a menudo es persistente y continúa atacando por semanas, meses e incluso años. Y recibe poca atención en comparación con la enfermedad, a pesar de que también devasta familias, daña y mata.

En el último informe, Estrés en América: una crisis de salud mental de la Academia Americana de Psiquiatría (AAP), la entidad emitió una advertencia sobre el impacto de estos eventos estresantes sobre la salud física y mental a largo plazo. Advirtieron que las personas enfrentarán una segunda pandemia, una que persistirá incluso después de que se haya abordado la amenaza física del virus.

“Creo que muchos están recurriendo a la nostalgia, incluso si no se dan cuenta conscientemente, como una fuerza estabilizadora y una forma de recordar lo que más aprecian”, explica en una entrevista con National Geographic Clay Routledge, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Dakota del Norte y autor de La nostalgia: un recurso psicológico.

En un estudio reciente que rastrea los efectos de COVID-19 en las opciones de entretenimiento, más de la mitad de los consumidores informaron que se sienten cómodos al volver a disfrutar de la televisión y la música que disfrutaban en su juventud. Las reuniones de elenco virtual en línea para programas como Taxi, Twin Peaks y Melrose Place ofrecen un regreso a los queridos personajes del pasado. Cada vez más, estamos tejiendo la nostalgia en nuestros juegos, nuestra moda e incluso en nuestros sueños durante la pandemia.

La definición moderna de nostalgia es “un anhelo sentimental o un afecto nostálgico por el pasado, típicamente por un período o lugar con asociaciones personales felices” (Getty Images)

La definición moderna de nostalgia es “un anhelo sentimental o un afecto nostálgico por el pasado, típicamente por un período o lugar con asociaciones personales felices” (Getty Images)

Krystine Batcho, profesora de psicología en Le Moyne College en Syracuse, Nueva York, ve el resurgimiento de la nostalgia durante el COVID-19 como una respuesta natural. “Generalmente, la gente encuentra consuelo en la nostalgia durante momentos de pérdida, ansiedad, aislamiento o incertidumbre”, dice.

“La nostalgia tiene que ver con la añoranza de situaciones pasadas y en ese sentido puede ser un indicador de qué es lo que nos falta y extrañamos para ir en búsqueda de eso. En esta pandemia perdimos muchas cosas y debemos escuchar qué es lo que extrañamos para ver si podemos recuperarlo”, manifestó ante la consulta de este medio la psicoanalista Fiorella Litvinoff, autora del libro Psicoanálisis de la nueva vida cotidiana. Una lectura acerca de las redes sociales.

La definición moderna de nostalgia es “un anhelo sentimental o un afecto nostálgico por el pasado, típicamente por un período o lugar con asociaciones personales felices”. Pero su historia es mucho menos agradable y mucho más compleja. Una vez considerada una enfermedad, con opciones de tratamiento extrañas y potencialmente dañinas, la ciencia cambió sus puntos de vista sobre la nostalgia en la última parte del siglo XX, y los estudios de las últimas décadas han revelado sus efectos psicológicos buenos y malos.

Conexión cencerro

No fue hasta el siglo XIX que la ciencia médica pasó a categorizar la nostalgia como una aflicción de la psique (Getty Images)

No fue hasta el siglo XIX que la ciencia médica pasó a categorizar la nostalgia como una aflicción de la psique (Getty Images)

Varias personas intentaron describir médicamente el sentimiento específico de nostalgia y angustia que comenzó en el siglo XVII, incluido un diagnóstico médico que apareció hacia el final de la Guerra de los Treinta Años de Europa Central (1618-1648) que denominó el fenómeno “el mal de corazón”. Pero fue el estudiante de medicina suizo Johannes Hofer quien acuñó el término “nostalgia” en su disertación de 1688 combinando dos palabras griegas: nostos (regreso a casa) y algos (dolor).

Hofer estudió los efectos de la nostalgia en los mercenarios suizos y concluyó que se trataba de “una enfermedad cerebral de causa esencialmente demoníaca”. “Describió síntomas de nostalgia que incluyen un anhelo obsesivo por el hogar, pérdida de apetito, palpitaciones, insomnio y ansiedad. Creía que una obsesión con las casas que dejaron los mercenarios permitía que los espíritus animales entraran en sus cerebros e infligieran daño. Los médicos militares suizos sugirieron más tarde que la nostalgia era causada por el implacable sonido de los cencerros en los Alpes, que dañaban las células cerebrales y los tímpanos de los soldados de formas que desencadenaban los peligrosos síntomas.

La nostalgia fue vista como una aflicción neurológica durante el resto de los siglos XVII y XVIII. En un momento, algunos médicos pensaron que un “hueso patológico” en el cuerpo era la causa de la nostalgia, aunque, por supuesto, nunca se localizó. No fue hasta el siglo XIX que la ciencia médica pasó a categorizar la nostalgia como una aflicción de la psique.

La comunidad médica durante ese tiempo lo consideró un trastorno psicopatológico que era una forma de depresión y melancolía. Cuando los inmigrantes inundaron Estados Unidos en los siglos XIX y XX, los médicos se refirieron a la nostalgia como “la psicosis del inmigrante” debido a que la gente suspiraba por sus países de origen mientras intentaban procesar la vida en uno nuevo.

A lo largo de los siglos, los tratamientos para la nostalgia variaron de tontos a mortales. Los pacientes soportaron sanguijuelas, purgas de estómago, sangrado, opio, “emulsiones hipnóticas calientes”, intimidación, amenazas e incluso daños corporales hasta la muerte. En 1733, un general ruso amenazó a cualquiera bajo su mando que cayera en las garras de los anhelos nostálgicos con ser enterrado vivo. Cuando cumplió su promesa, sus soldados supuestamente dejaron de lado el pasado y se centraron en el presente, demasiado real, en el campo de batalla.

Amortiguador existencial

La última parte del siglo XX trajo un cambio en la forma en que el mundo veía la nostalgia (Getty Images)

La última parte del siglo XX trajo un cambio en la forma en que el mundo veía la nostalgia (Getty Images)

La última parte del siglo XX trajo un cambio en la forma en que el mundo veía la nostalgia. Por un lado, los investigadores de marketing y publicidad comenzaron a documentar el poder de la nostalgia para impulsar las preferencias por los productos de consumo, según Routledge.

“La investigación empírica también fue muy importante para este cambio, ya que la antigua visión de la nostalgia como una enfermedad se basaba en especulaciones teóricas y observaciones no científicas”, asevera el experto.

En 1995, Batcho de Le Moyne College presentó el Inventario de Nostalgia, una encuesta de más de 200 participantes diseñada para medir con qué frecuencia y con qué profundidad las personas sienten nostalgia. Los resultados ayudaron a sentar las bases para una investigación más sólida desde el punto de vista científico, y comenzaron a surgir beneficios psicológicos.

Un conjunto de estudios publicados en 2013 encontró que “la nostalgia contrarresta el sinsentido que experimentan las personas cuando están aburridas”. Y una revisión de 2018 del panorama científico concluyó que la nostalgia actúa como un amortiguador contra las amenazas existenciales. “La nostalgia es una forma de ofrecernos esperanza e inspiración, nos moviliza para el futuro y aumenta nuestro deseo de perseguir metas importantes en la vida y nuestra confianza en que podemos lograrlas”, subraya.

Si bien la nostalgia ofrece varios beneficios psicológicos, existen posibles desventajas de aferrarse al pasado. Un estudio de 2012 publicado en el European Journal of Social Psychology encontró que las personas con “un fuerte hábito de preocupación” que estuvieron expuestas a algún tipo de estímulo nostálgico exhibieron “síntomas mejorados de ansiedad y depresión”, en comparación con los del grupo de control.

Batcho dice que es poco probable que la nostalgia cause depresión o ansiedad, pero “una persona que está clínicamente deprimida o es desafiada por un trastorno de ansiedad podría tener más probabilidades de ‘perderse’ en la nostalgia, quedando atrapada en la ensoñación nostálgica como un escape”.

Las múltiples formas de la nostalgia

La fallecida erudita literaria y profesora Svetlana Boym definió dos tipos de nostalgia: reconstituyente y reflexiva (REUTERS)

La fallecida erudita literaria y profesora Svetlana Boym definió dos tipos de nostalgia: reconstituyente y reflexiva (REUTERS)

Un factor clave para determinar si la nostalgia es una fuerza para bien o para mal se reduce al tipo de nostalgia que está experimentando alguien.

Los psicólogos de hoy reconocen un tipo beneficioso llamado nostalgia personal, que es cuando un individuo recuerda detalles de su propio pasado, a menudo provocados por cambios en la vida e hitos como graduaciones y bodas. Por el contrario, la nostalgia histórica está ligada a valorar aspectos de un período de tiempo que sucedió antes del nacimiento de una persona, y refleja un nivel de insatisfacción con lo que está sucediendo en el presente.

“La nostalgia personal tiende a asociarse con beneficios psicológicos, como contrarrestar la soledad, promover sentimientos de pertenencia y estrategias de afrontamiento saludables”, explica Batcho. No se puede decir lo mismo de la nostalgia histórica.

La fallecida erudita literaria y profesora Svetlana Boym también definió dos tipos de nostalgia, reconstituyente y reflexiva, en su libro El futuro de la nostalgia. “La diferencia proviene de cómo estos dos tipos de nostalgia ven el pasado”, destaca Hal McDonald, profesor de idiomas y literatura en la Universidad Mars Hill en Carolina del Norte.

“La nostalgia restauradora mira hacia atrás con nostalgia, incluso con celos, al pasado y desea recrearlo o revivirlo en el presente”, indica McDonald. La nostalgia restauradora, por lo tanto, permite a las personas quedar atrapadas en el pasado y anhelarlo de una manera que es contraproducente y potencialmente dañina. “La nostalgia reflexiva, por otro lado, saborea el pasado con el pleno conocimiento de que, de hecho, es pasado y nunca más se podrá revivir”.

"El posicionamiento nostálgico asume que el futuro nunca alcanzará las bondades del pasado” (Getty Images)

«El posicionamiento nostálgico asume que el futuro nunca alcanzará las bondades del pasado” (Getty Images)

Para Maximiliano Martínez Donaire, psicoanalista y exsecretario científico del Claustro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, “el posicionamiento nostálgico tiende a mirar hacia atrás, hacia el pasado perdido, y por ende, suele debilitar la mirada puesta en lo actual y la construcción del futuro. El posicionamiento nostálgico asume que el futuro nunca alcanzará las bondades del pasado”.

“Se trata del término que habitualmente se usa para describir los sentimientos de tinte penoso que nos atraviesan ante el recuerdo de situaciones o personas del pasado, o perdidas. El sentimiento de nostalgia suele quedar asociado a algo que se ha perdido y ya no puede ser recuperado. Es precisamente la vivencia de pérdida lo que se manifiesta en el aspecto penoso, triste o añorante de la nostalgia; lo que suele situar al mismo tiempo que lo actual o presente es, en algún punto, menos que aquello: menos satisfactorio o más frustrante”, detalló a Infobae el experto.

Con tanta investigación empírica sobre la nostalgia, los científicos y el personal sanitario de hoy están encontrando formas de utilizarla como tratamiento médico. La terapia de reminiscencia, que la Asociación Americana de Psicología define como “el uso de historias de vida, escritas, orales o ambas, para mejorar el bienestar psicológico”, utiliza fotografías y música para ayudar a las personas con Alzheimer y otras enfermedades cognitivas y neurodegenerativas. En 2018, George G. Glenner Alzheimer’s Family Centers abrió Town Square en Chula Vista, California, una recreación de una ciudad de la década de 1950 donde los proveedores usan la terapia de reminiscencia para fortalecer los recuerdos de los pacientes con demencia.

Por ahora, ya sea escuchando canciones antiguas o volviendo a las maravillas de la infancia, la nostalgia parece ofrecer a las personas una forma de sobrellevar la pandemia.

Fuente: infobae.com