Indicó que la elección per sé, el voto per sé no garantiza la dinámica democrática, es decir, la elección es la base de la legitimación del poder, pero para que haya realmente democracia se requiere de ciertas condiciones, “donde el respeto a los derechos ciudadanos y a la autonomía de la sociedad civil respecto del Estado es fundamental”.
Fuente: ANF
Raúl España Cuellar, director del Instituto de Investigaciones Sociológicas “Mauricio Lefebvre”, dependiente de la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), advirtió que cuando existe una lógica autoritaria en los gobiernos, a lo que se avanza es a concentrar el poder de los órganos del Estado y romper la independencia de poderes en perjuicio de los derechos de la ciudadanía.
“Cuándo hay una lógica autoritaria a lo que se avanza es a concentrar el poder, a tener el control del poder, a centralizar el control del poder, a copar por ejemplo el Órgano Electoral, a copar el Órgano Legislativo, a copar el Órgano Judicial, etcétera, y entonces esto bloquea la posibilidad de desarrollo de un Estado democrático y nos conduce hacia un Estado autoritario”, dijo el especialista a ANF.
Indicó que en lo que viene a ser el desenvolvimiento de un Estado democrático de derecho, uno de los principios fundamentales para que pueda funcionar plenamente es la independencia de poderes, y es a partir de esta independencia de poderes que es posible un control mutuo entre los distintos poderes que constituyen el Estado, para que no se tomen decisiones arbitrarias que atenten contra los derechos de la ciudadanía.
En ese sentido explicó que la idea principal desde el punto de vista de la sociología política es que el Estado debe ser garante de los derechos ciudadanos y que nadie está por encima de la ley.
“Eso permite la igualdad ante la justicia, donde tanto las autoridades políticas como el ciudadano de a pie son iguales ante la ley y deben ser tratados de la misma manera, que no hay ciudadanos de primera y no hay ciudadanos de segunda, y el Estado como tal tiene que garantizar los derechos del ciudadano”, enfatizó.
Entonces, dijo, lo que sucede en Bolivia es que no hay independencia de poderes; el Poder Judicial que administra la justicia está subordinado a los designios del Poder Ejecutivo, y entonces “eso hace que los ciudadanos estén desprotegidos, que sus derechos no estén plenamente garantizados porque la justicia no está obrando de manera independiente, sino que está obrando de acuerdo a la injerencia que el Poder Ejecutivo tiene sobre ellos”.
Indicó que esta situación distorsiona y genera que haya un funcionamiento, por decirlo menos, negativo de la justicia, es decir “que la justicia ya no se convierte en un instrumento que garantiza los derechos ciudadanos por igual”.
España dijo que existe una errónea interpretación sobre que la voluntad popular en las urnas da la autorización y valida la concentración del poder a pedido del pueblo.
Indicó que la elección per sé, el voto per sé no garantiza la dinámica democrática, es decir, la elección es la base de la legitimación del poder, pero para que haya realmente democracia se requiere de ciertas condiciones, “donde el respeto a los derechos ciudadanos y a la autonomía de la sociedad civil respecto del Estado es fundamental”.
En ese sentido el experto alertó que cuando el Estado “fagocita a las organizaciones sociales, fagocita a la sociedad civil, ya no hay quién controle, quién le ponga límites al poder, y entonces ahí ya no hay democracia, el poder político tiende a la arbitrariedad porque no hay quien lo controle, se coloca por encima de la ley, es decir, puede hacer y deshacer y eso no es democrático”.
Explicó que a través del voto popular se puede generar un despotismo y “eso es lo que podemos caracterizar cuándo se produce este tipo de concentraciones de poder”.
Citó como ejemplo que el dictador Benito Mussolini –político y militar italiano- fue elegido por el voto popular, e igual sucedió con Adolfo Hitler – político y militar alemán- que también ganó elecciones, por lo que “esa no es una garantía, eso no basta, es una condición necesaria, pero no suficiente el ganar las elecciones para legitimar el poder”.
España enfatizó que para que la democracia pueda desarrollarse plenamente se requiere que el Estado se constituya en el garante de los derechos ciudadanos, que ponga límites al poder y “los límites están dados en términos al respeto del derecho ciudadano, para lo que se requiere independencia de los poderes”.
¿Pero qué hacer frente a una realidad de concentración de poderes e irrespeto a los derechos ciudadanos? España dice que no hay una receta, que eso depende de las condiciones en las cuales se desenvuelve una determinada sociedad.
Sin embargo, agregó que lo cierto es que va a tener que ser el movimiento social, la ciudadanía, la sociedad civil, la que comience nuevamente a movilizarse para poner coto a este tipo de arbitrariedades, es decir, “es la propia ciudadanía la que nuevamente va a tener que organizarse para enfrentarse a este tipo de arbitrariedades como sucedió en octubre-noviembre de 2019”.
“Solo los ciudadanos en las calles son los que pusieron un cierto límite a estás arbitrariedades de no respetar la ley como fue poner coto a esta re-re-reelección que era anticonstitucional; fue la movilización ciudadana la única que puso coto, pudo salir al frente para evitar ese tipo de arbitrariedades, ese es un elemento fundamental”, apuntó.