¿Y ahora qué hacemos?

Ya marcharon, despotricaron contra la derecha, enarbolaron e izaron la bandera cuadriculada de su partido, lanzaron vítores para defender el instrumento, mostraron musculatura obligando a los funcionarios públicos y se llenaron la boca asegurando que Arce Catacora y el 55% se respeta o sino guerra civil, finalizado ese nuevo circo, pregunto, ¿ya se solucionó los problemas del país, ya tenemos menos gente desocupada y hambrienta, habrá posibilidad cierta de crecimiento económico y viviremos días de tranquilidad? Claro que no, porque Arce está esperando las instructivas de Evo Morales y su gabinete entre penumbras para seguir destruyendo el país. Dos presidentes y no hacemos uno medianamente bueno.

Los masistas están convencidos que es con la fuerza en las calles, con su aplanadora en el Congreso, con leyes persecutorias o con los matones de la Policía que se consigue los cambios hacia el progreso.



Lamento decirles a los masistas y ramas anexas, que para crecer y lograr estabilidad es con neuronas y conocimiento, y eso no lo pueden comprar con todo el dinero que puedan robarle al pueblo. Las poses de sabiondos y superdotados, caen por si solas en las cifras y el país ya no está para seguir aguantando más discursos, análisis y cumbres.

Bolivia se encuentra sumida en la crisis económica y el desespero ciudadano, porque sus autoridades están incapacitadas de dar respuestas serias, verdaderas, reales y constatables.

Lo que nos espera hasta fin de año y de seguro el 2022, son más discursos de Arce y sus ayudantes, las leyes inconstitucionales, mayores niveles de pobreza y menos empleo, más procesos políticos contra los opositores, más viajes de don Evo y su gabinete envolvente, más concentraciones con facturas al Estado, más ataques al que produce y aporta a la economía y más permisividad a los narcos.

Llegará el momento que ya no habrán los recursos del TGN para pagar movilizaciones “espontáneas” de los azules, se acabará la plata para el pollito al final de las jornadas. Entonces sí ingresará en cancha y con toda la fuerza represora, la ley de Ganancias Ilícitas con todos sus colgandijos, porque los masistas deben seguir viviendo de las pegas y del dinero que puedan quitarle al pueblo.

Fuente: Richard Arispe