Conversatorio: No recomiendan la castración química para agresores sexuales

Desde el área médica, psicológica y legal piden que haya más estudios que puedan arrojar una mayor certeza sobre las consecuencias de una castración química.

Conversatorio: No recomiendan la castración química para agresores sexuales
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Ante el constante incremento de casos de violación y agresiones sexuales, permanentemente surge el debate sobre cuál es la sanción o el castigo que pueda frenar este tipo de hechos. Una de las sugerencias que suma apoyo de algunos sectores es la castración química a quienes cometen esos tipos de delitos, sin embargo, expertos en diferentes áreas advierten que no es la mejor opción.

La castración química consiste en la administración de medicamentos que reducen la libido —Dietilestilbestrol (DES), acetato de medroxiprogesterona o la hormona liberadora de hormonaluteinizante (LHRH)—, y se aplica con el objetivo de impedir que los violadores, pederastas y otros delincuentes sexuales reincidan.



El tema fue ampliamente debatido en el conversatorio denominado: ¿La castración química es una solución a los crímenes sexuales?, que realizó el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) como parte de las actividades para conmemorar el 25 de noviembre, Día Mundial de la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer.

La directora del Sedeges, María Esther Valencia, dijo que este conversatorio se planificó por la cantidad y frecuencia de estos delitos, además porque se trata de un tema controversial. Para la exposición se convocó a expertos en el área legal, psicológica y el área médica, se trata de Jorge Nuñez de Arco, Mabel Aguilar Bernal, Janeth Burgos de Ávila y Zulma Angulo Poma.

La funcionaria recordó que el Código de Procedimiento Penal que está en plena vigencia cuenta con una pena máxima de 30 años de privación de libertad. Sin embargo, dijo que hay situaciones en las que los agresores que cometen delitos en razón de género logran esquivar la justicia con una reducción de la condena o una salida alternativa.

“Considerando que en septiembre de la presente gestión el senador Erick Morón propuso un proyecto de ley para la castración química y tomando en cuenta que el 25 de noviembre es el Día Mundial de la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer lanzamos este conversatorio para contar con un análisis profesional del tema”, declaró.

Durante los dos días que duró el conversatorio, los exponentes presentaron argumentos indicando que no recomiendan la castración química para los agresores sexuales.

Desde el punto de vista de la psicología, el justificativo sería que con esta acción se estaría afectando aún más la salud mental de la persona. En realidad, un agresor sexual ya tendría una patología en la que siente placer al momento de hacer daño a su víctima, es decir que con la castración no se podría evitar que actúe con la misma o mayor violencia.

“Ellos (agresores) han llegado en casos a normalizar las agresiones (…) además que tenemos que recordar que la violación no contempla solamente la penetración mediante un órgano sexual, sino que puede ser con otros objetos”, explicó Valencia.

Valencia refirió que todos los profesionales coincidieron en recomendar que no se lleve adelante una legislación de esta naturaleza. Pero recalcaron que hace falta que se ejecuten más estudios para tener una mayor certeza sobre las consecuencias.

Sobre las actividades por el 25 de noviembre, dijo que existe un calendario de actividades, una feria educativa y teatro, además de triatlón por etapas, que se realizará el 28 y las inscripciones ya están abiertas en el Sedeges.

Una fecha en memoria a las hermanas Mirabal

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se conmemora anualmente el 25 de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación. La convocatoria fue iniciada por el movimiento feminista latinoamericano en 1981, en conmemoración a la fecha en la que fueron asesinadas, en 1960, las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), en la República Dominicana.

Fuente: El País

Violeta Castillo