El oficio de parteras subsiste para apoyar en nacimientos naturales

Las ventajas del parto natural van más allá de conservar los conocimientos ancestrales y los valores culturales.

La partera Dionicia Pacara con su ropa de trabajo, que ahora incluye el barbijo por bioseguridad. | José Rocha

El oficio de las parteras subsiste en ámbitos rurales, pero también urbanos y pese a los avances médicos. Su labor se enfoca en los partos naturales y en que la pareja acompañe el nacimiento para afianzar los lazos familiares.

“Es que, cuando la mujer está en la sala de parto y se inclina por la cesárea, puede tener más desventaja. No está el marido para que esté con ella y sea su sostén. Tampoco está esa naturalidad de apego entre el bebé y la madre”, contó la partera Dionicia Pacara.



El contacto con la pareja es próximo y existe una mejor relación que cuando la paciente está internada en una clínica, dijo la presidenta del Colegio de Médicos Naturistas, María Elena Claros.

Pero las ventajas del parto natural van más allá de conservar los conocimientos ancestrales y los valores culturales.

Desde el ámbito médico, el director de hospital materno Germán Urquidi, Antonio Pardo, explicó que en un parto por cesárea el sangrado es mayor y en ocasiones requiere extirpación del útero. Otro de los riesgos es que la misma cirugía se puede generar adherencias a órganos vecinos, es decir, pueden pegarse.

Equipo de trabajo

Los materiales que usan las parteras difieren según su conocimiento y experiencia. Por ejemplo, Dionicia Pacara usa un hilo de color rosa si es mujer y blanco si es varón. Además, chocolate puro, hierbaluisa o cedrón, llausa mora y cuchi, ambas usadas como cicatrizantes.

En cambio, Justina Calle, otra partera que lleva más de dos décadas en el oficio, usa otros insumos como mate de coca, pomada de romero y molle.

Aseguró que tiene el tacto y la ayuda de Dios para desarrollar con éxito un parto. Ya perdió la cuenta de cuántos niños vio nacer, pero asegura que son más de 40.

“No es dar nomás, les puede complicar el parto. Otras no toman nada y así tienen a sus bebés”, contó.

Pacara se dedica a este oficio por más de una década. Ella, además de haber sido discípula de un médico naturista, estudió para ser auxiliar de enfermería y los conocimientos le ayudaron a realizar un mejor trabajo como partera.

“En el caso de que la madre tenga complicaciones, le soy sincera y le digo que acuda nomás a un centro de salud. Tampoco puedo arriesgarme cuando no podría tener éxito”, argumentó.

Las parteras suelen realizar entre tres a cinco partos por año, aunque en algunos casos supera la cifra mencionada.

No se tiene una cuantificación exacta de la demanda y los partos, pero la directora nacional de Medicina Tradicional, Vivian Camacho, aseguró que durante la pandemia, especialmente en la primera ola, la demanda “fue abismal”. Agregó que la situación sanitaria ayudó a visibilizar este oficio que aún está escondido.

Reconocimiento

Las parteras que atendieron a mujeres gestantes durante la pandemia de Covid-19 recibieron un reconocimiento de la Dirección Nacional de Medicina Tradicional y la Gobernación.

La mayoría de las 30 parteras distinguidas ofrece sus servicios a domicilio en Aiquile y Mizque.

BUSCAN REGISTRAR A LAS PARTERAS Y HACEN BÚSQUEDA

No existe una cifra de cuántas parteras existen en Cochabamba, pero la funcionaria de la Unidad de Medicina Tradicional del Sedes, Ana Rosa Queteguari, dijo que superan los 60 entre varones y mujeres.

Gracias al estudio del Proyecto Arriba del Plan Internacional, se logró identificar a varias en los municipios de Aiquile y Mizque.

“Nos falta buscar a más. Próximamente nos iremos al trópico y a otros lugares más a identificar a nuestras parteras”, aseguró.

El Sedes sólo cuenta con la documentación de 20. Queteguari aseguró que aún llegan mujeres gestantes para solicitar contactos de parteras. La demanda fue mayor en pandemia.

MATERNO ATIENDE 9 MIL NACIMIENTOS CADA AÑO, EL 40 POR CIENTO POR CESÁREA

REDACCIóN CENTRAL

Cada año, el hospital materno infantil Germán Urquidi atiende 9 mil partos. Sin embargo, durante la pandemia se redujeron a 6 mil, probablemente por las restricciones sanitarias, informó el director Antonio Pardo.

Este descenso de cifras se atribuye a que hubo una gran cantidad de mujeres gestantes evitaron ir los establecimientos de salud por miedo a contagiarse de coronavirus. Este año, las cifras volvieron a regularizarse.

“Si los pacientes no tenían la prueba negativa de Covid-19, no recibían la atención médica en los establecimientos de salud. Eran tiempos muy confusos que los supimos sobrellevar gracias a nuestros tratamientos naturales y los conocimientos ancestrales, nuestros parteros y parteras que no dudaron en acudir y salvarlas”, aseguró la directora nacional de Medicina Tradicional, Vivian Camacho.

Pardo explicó que entre los meses de noviembre y febrero fueron las fechas con más nacimientos con 15 a 20 atenciones por día.

De los 9 mil, un 40 por ciento son por cesárea, un índice alto de lo que sugiere la norma internacional. Esto responde a que una gran parte de los pacientes son referidos de otros hospitales con complicaciones. Por otro lado, en consulta externa se atiende a más de 30 pacientes.

Parte de los insumos de trabajo para un nacimiento. | José Rocha
Una madre que dio a luz con ayuda de una partera. | Los Tiempos

Fuente: Los Tiempos

Ulises Cabrera