La vicepresidente dejó en claro que no quiere asumir ninguna responsabilidad especial en la relación con el organismo y el plan plurianual que el presidente prometió enviar al Congreso
Una de las cosas que queda clara de la nueva carta de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner es que no quiere que le endosen ninguna responsabilidad particular en el acuerdo que el Gobierno pueda llegar a alcanzar con el Fondo Monetario Internacional para renegociar los USD 43.200 millones que la Argentina aún le debe al organismo internacional.
El mensaje va explícitamente dirigido tanto a la oposición como al presidente Alberto Fernández.
“¿En serio que los mismos y las mismas que trajeron de vuelta el FMI a la Argentina, reiniciando el ciclo trágico de endeudamiento que Néstor Kirchner había clausurado en el año 2005, hoy no se hagan cargo de nada?”, pregunta rétoricamente Cristina, además de citar la ley de “Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública” que el Ejecutivo envió al Congreso en noviembre del año pasado y que –recuerda- “tuvo como objetivo principal evitar que pudiera repetirse en la historia argentina una experiencia similar a la del gobierno de Mauricio Macri, que nos endeudó en apenas un instante de forma extraordinaria, exorbitante e insostenible sin pasar por el Congreso de la Nación”.
Queda claro así que es la coalición de Gobierno, no el FMI, el interesado en que el acuerdo tenga aprobación legislativa. El organismo habla siempre de “consenso político”, no de un trámite legislativo particular.
Pero aún más importante es cómo la vicepresidente apunta a la responsabilidad y el poder decisorio de Alberto Fernández. “Surge a simple vista –afirma- que la totalidad de las fuerzas políticas de ambas coaliciones asumió la responsabilidad de decidir si se aprueba o no, lo que el Poder Ejecutivo negocie y acuerde con el FMI”.
Y ahí es que el sayo se lo pone claramente al presidente. “Es el titular del Poder Ejecutivo quien lleva adelante las negociaciones en ejercicio de su responsabilidad constitucional en esta materia”, señala. Y subraya “la lapicera no la tiene Cristina… siempre la tuvo, la tiene y la tendrá el Presidente de la Nación. Y no lo digo yo, lo dice la Constitución Nacional”, para rematar con otra frase de su estilo: “Que a nadie lo engañen sobre quién decide las políticas en la Argentina”.
Que a nadie lo engañen sobre quién decide las políticas en la Argentina (Cristina Fernández de Kirchner)
Previsiblemente, además de generar la reacción de la oposición, la carta volverá a remover el avispero de la coalición de Gobierno, que desde las elecciones legislativas y la derrota del oficialismo el pasado 14 de noviembre, estaba en una suerte de recreo en torno del silencio de la vicepresidente.
“Es un momento histórico de extrema gravedad y la definición que se adopte y se apruebe, puede llegar a constituir el más auténtico y verdadero cepo del que se tenga memoria para el desarrollo y el crecimiento CON INCLUSIÓN SOCIAL de nuestro país”, recalca el texto que difundió Cristina Kirchner y que la autora cierra citando –ergo, comprometiéndolo son sus propias palabras- al presidente Alberto Fernández, en particular con el siguiente pasaje:
El lunes los mercados, y en particular la cotización del dólar, darán un veredicto, como siempre provisorio y parcial, pero cuyos efectos van condicionando los pasos siguientes, sobre la carta de Cristina Kirchner.
A juzgar por el tono y los apuntados y aún antes de que se conozcan los números y la letra del “plan plurianual” que el presidente le encargó al ministro Guzmán y se comprometió a enviar al Congreso en los primeros días de diciembre, el acuerdo con el Fondo va a ser políticamente muy pero muy complicado.
Fuente: infobae.com