“Pititas” contra la “Ira de los falsos incas”


La estrategia del gobierno de llevar su intencionalidad de imponer un autoritarismo en BOLIVIA desde la presidencia, está basada en generar un “conflicto étnico» utópico. De hecho, podemos sostener que el conflicto étnico en sí no existe. Lo que sí existe y no quiere reconocer el MAS, son conflictos sociales, políticos y económicos entre regiones, entre liderazgos políticos o entre grupos de poder que se identifican mutuamente según diversos criterios como ser: étnicos; empresariales; productivos; ideológicos; comerciales; religión; tráfico; etc.

Y lo que el gobierno del MAS está ocultando, son sus intereses de clasificar las clases sociales y su poder político pretendido, y analizadas las mismas, pueden resultar ser los elementos más importantes de este conflicto creado a partir de las esferas gubernamentales. Sin embargo, lo peligroso es cuando en su afán de conseguir sus fines sin medir consecuencias, se utilizan las diferencias étnicas de manera consciente o inconsciente para distinguir a los adversarios en una situación de conflicto determinada -en particular cuando se han convertido en poderosos símbolos de movilización, como sucedió en el periodo de gobierno de Evo Morales.



“Pititas” poderosas se volvieron a ver en las calles de Santa Cruz, pititas que fueron motivo de críticas morbosas de parte del Narco Evo en su momento, cuando quiso enseñarle al pueblo cruceño a bloquear cuando buscaba consolidarse como dictador.

Como no sentirnos engreídos de ser “CAMBAS PITITAS”, si nunca nos sentimos insultados cuando simplemente nos decían “CAMBAS DE MIERDA” decía un bloqueador en la rotonda de La Salle. Engreimiento que mujeres, hombres, jóvenes y niños o para que entiendan los socialistas “todas y todos” demostraron tener desde el lunes 8 de noviembre, cuando el presidente y su gabinete desafiaron a todo un país, queriendo imponer una sarta de leyes nocivas para las libertades ciudadanas y otras que atentan contra las autonomías departamentales, regionales e institucionales.

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En la lógica humana, de personas normales, se entiende que todos los hombres se equivocan, pero un buen hombre cede cuando sabe que su rumbo es erróneo y repara el mal. El único crimen es el orgullo personal nefasto que pueda tener.

Seguro que muchos jóvenes nunca habían vivido una situación como la actual, en las que un jefe de Estado aún viéndose acorralado por una mayoría incuestionable en las calles (nada parecido a la quimera del 55%) no quiera arreglar el conflicto, que nos pudiera llevar a una confrontación insospechada de resultados trágicos en BOLIVIA.

Y es que claramente, el presidente con su orgullo, su indiferencia y su resentimiento social se ha interpuesto ante este deseo. La mayoría de los bolivianos en algún momento hemos sido orgullosos, a veces podemos habernos arrepentido con el tiempo de habernos aferrado a esta emoción, que puede incluso haberse convertido en una barrera para nuestro bienestar emocional.

El concepto de orgullo, para tenerlo claro, hace referencia a una emoción muy determinada por factores y valores sociales aprendidos. Además, tiene una doble vertiente: por un lado, el orgullo puede ser considerado una emoción positiva, un signo de buena autoestima y de satisfacción, así como una forma de reivindicar un hecho o circunstancia como algo positivo y admirable, tal como estamos sintiendo la mayoría de los bolivianos, al estar en las calles defendiendo nuestros derechos y principios.

Por otro lado, existe el orgullo considerado como negativo, un concepto bastante opuesto al primero que se da cuando esta emoción, enceguece y acerca al portador a la arrogancia. Es una forma de demostrar un cierto estatus que puede interponerse en todas las relaciones y crear una gran inestabilidad emocional. Esto hace que se pueda llegar incluso a despreciar a los demás, en este caso, a todo un pueblo que es gobernado por este sujeto, de una manera democrática aún.

Lo que es seguro, es que este orgullo excesivo, fue heredado de su gran mafioso NARCO JEFE que lo está convirtiendo en un soberbio, vanidoso y resentido presidente. Este pequeño gran detalle, está llegando a bloquear nuestras ideas de respeto hacía el primer mandatario, impidiendo procesar nueva información y llevándonos a tener empatías con todos los demás que han observado este proceder.

Vivir con ideas cerradas puede ser un verdadero impedimento para crecer a nivel psicológico, social y emocional para el primer mandatario, puede interponerse en todas las relaciones y hacer que pierdan la confianza en su liderazgo que fue adquirido en una contienda electoral dudosa. Por el simple hecho de vivir de acuerdo con ideas distorsionadas basadas en una necesidad de superioridad ya sea moral, social o de cualquier tipo y de imposición sin importar las consecuencias.

Arce y Choquehuanca, mestizo aimara e indio aimara, evocan la «ira del inca» y al indio Katari para lanzar amenazas, demostrando de manera vergonzosa, una ignorancia respecto a la historia de los incas y de Julián Apaza alías Túpac Katari caudillo rebelde de los aimaras que le hizo frente a la supremacía quechua, o sea a los INCAS. Es incomprensible e inaudito el querer cambiar la historia para querer enaltecer el ánimo en contra de las demás naciones que son parte de nuestro país y de blancos o mestizos varios, que son ciudadanos bolivianos también.

La confrontación está cada vez más cerca, los dignatarios de Estado (Arce y Choquehuanca) y sus delincuentes masistas, quieren demostrar fuerza a través de varios mítines con pequeñas convocatorias pagadas para contrarrestar el poderío de los bloqueadores a nivel nacional, que sin necesidad de prebenda alguna ni transporte masivo, en EL CRISTO reunió más de medio millón de personas.

La gran diferencia de los discursos entre unos y otros, es que el presidente y el vicepresidente, convocan a estar preparados para la lucha, y los representantes de los gremiales, transportistas y cívicos llaman a la reflexión a los jefes de Estado para que depongan intereses dictatoriales y puedan gobernar para todos los bolivianos.

Un paquete de leyes que coinciden en darle un poder de gobernabilidad por decretos supremos al presidente, es el meollo del problema. Leyes que le quitan autonomías a los gobiernos departamentales y locales, ni que decir a las universidades públicas. Otras; de control en las estadísticas que se producen en nuestro país, más aquellas que quieren controlar a las empresas, los ascensos militares y policiales.

Un Supra poder que pretende delegar el parlamento al presidente para que gobierne como le dé la gana, le hará daño a la democracia.

La prioridad es determinar y analizar profundamente, la naturaleza de los dos bandos con proyectos de sociedad irreconciliables, que están dispuestos a resolver esa divergencia por el camino de la lucha armada, que es lo que se debe evitar.

Somos y seremos un pueblo de paz, pero si se insiste en la provocación, no alcanzaran las flechas y arcos de un lado para aguantar las balas del otro, ya que, a la hora de la verdad, a todos les sale el INDIO.

Alberto De Oliva Maya