La próxima cosecha mundial de soja podría ser menor de lo previsto, pero el volumen sigue siendo grande, lo que debería proteger a la soja de la subida de precios que está afectando a los cereales.
Fuente: rfi.fr/ Por Marie-Pierre Olphand
Junto con el maíz, la soja es una de las materias primas más importantes sobre todo para la alimentación animal. Por lo tanto, las previsiones de las cosechas se siguen de cerca. Y cualquier variación en las estimaciones de producción puede hacer saltar el mercado. Esto es lo que ha ocurrido esta semana. La tendencia esperada fue cambiada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, cuyas estadísticas son la referencia: la producción mundial de semillas oleaginosas para la próxima campaña (2021/2022) se revisó a la baja, con 1,1 millones de toneladas menos de lo previsto, es decir, 384 millones de toneladas estimadas.
Los peores resultados son los de Argentina, donde las intenciones de siembra y, por tanto, la superficie de cultivo, han disminuido, y los de Estados Unidos, donde se espera que los rendimientos sean inferiores a los del año pasado en varios estados. La producción estadounidense podría disminuir en 600.000 toneladas.
Sin embargo, «seguimos esperando una buena cosecha al otro lado del Atlántico», dice Sébastien Poncelet, director de desarrollo de la firma de análisis Agritel, con una cosecha que debería ser superior a la del año pasado, apenas por debajo del récord de 2018, y superior a la de 2020. Al revisarse también a la baja las exportaciones estadounidenses, se están reponiendo las existencias de ese país.
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A pesar de la subida de los precios, el mercado de la soja está mucho más equilibrado que el de los cereales, ya que los precios suben con menos intensidad y rapidez, explica Poncelet. Esto se debe, en parte, a que, salvo algunas excepciones, Brasil aumenta su superficie de producción de año en año. Esta capacidad brasileña de aumentar la oferta es uno de los factores de la estabilidad de los precios en la actualidad.
La otra es la demanda china, país que está reconstruyendo su ganado porcino, y que compra dos tercios de la soja del mundo para alimentar a su ganado. Sin embargo, los pedidos chinos cayeron un 41% en octubre, su mes más flojo desde marzo de 2020, según una nota de Commerzbank. Si se confirma esta ralentización, los precios podrían bajar en los próximos meses y hacer que la soja sea un poco más competitiva en el mercado.